Capítulo 6: Sin Nombre

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+18.

Las semanas avanzaron, todo iba bien. Con Fluke la relación iba en progreso, días me quedaba en su casa y él días en la mía. No sé si vivíamos el guíon de la serie, pero la relación era parecida, lo diferente era que Fluke cocinaba poco, ambos trabajamos y que en cuanto a estudios, a Noo, le doy espacio para que estudie y esos días no nos vemos. Una vez me quedé y no se concentró nada, al final habíamos terminado viendo la maratón de la saga de Harry Potter. A ambos nos gusta, así que tenemos collares de parejas con su temática.

—Daddy Bear, ¿Crees que apruebe el examen? —Sí, ese era mi apodo, su "papi oso", desde mi graduación quedó aquel apodo— No he podido con ésta asignatura, por más que leo, no entiendo —tenia el libro sobre la mesa de la sala, él sentado en el suelo,  así que no encontró mejor cosa que hacer que estrellar su frente con el libro.

—Noo, te harás daño— bajé del sofá hasta su lado, haciendo que levantara la cabeza de ahí, atrayéndolo a mi regazo para acunarlo— No te lastimes así, te has dejado la frente roja —fruncí el ceño, acariciando la zona afectada. A pesar de mi expresión, mi voz era suave.

—No te enfades conmigo —puso su carita de tristeza, que me hacía pedacitos el corazón— Me duele la frente— En serio, Fluke no podía ser más adorable, me derribó, le besé la frente, y luego los labios.

—No estoy enfadado, sólo me preocupa. Creo que será mejor que cada vez que estudies yo no te visite, así puedes enfocarte en esa única tarea.

—No me gusta esa idea —negó, con su boquita estirada. Tan infantil, se cruzó de brazos— Pero llevas razón, no te culpo soy yo el que no te quita el ojo de encima. Así que tendrá que ser así, pero no hay porque ya es tarde.

—Siempre puedo manejar a casa —señalé el echo de que no sería difícil, menos a las 21 hrs.

—No te vas, no te dejo —me envolvió con sus brazos el cuello.

—No puedo respirar, amor —nos quedamos de piedra los dos… se me había escapado.

Fluke se separó, estaba ruborizado y yo había perdido el color, porque me sentía extremadamente frío. Se puso de pie, sacudiendo la ropa sin necesidad alguna. Mirando el suelo, no a mi.

—Iré a cambiarme de ropa… ahì, a la habitación, yo, yo te veo ahí, sì… ahì —dicho eso, salió cual robot al andar y se perdió tras la puerta.

En cuanto cerró la puerta, solté el aire contenido que ni sabía cuando habia dejado de respirar, me extendí en el sueño y observé el techo por largo rato. Si bien nos habíamos dicho que nos gustabamos, y estabamos en una relación "sin nombre" porque queriamos dejar fluir las cosas, sin apresurarnos. Estabamos juntos hace 2 meses, en ésto… jamás nos dijimos un "Te quiero" sólo nuestros apodos. [¿Estoy realmente enamorado de Fluke], tuve una novia hace un tiempo, de adolescente, duramos un año, en ese año no me había sentido ni la mitad de como me siento junto a Fluke, no es por comparar, porque ella fue especial, pero Fluke va más allá, por eso es mi interrogante.

—Daddy Bear, ¿Vendrás? —Fui interrumpido de mis cavilaciones  por la voz de mi Noo.

—Sí, voy —me puse de pie, y entré a la habitación cargandolo en mis brazos— ¿Estás cansado?

—Mucho sueño, Daddy, Noo necesita de mimos de Daddy Bear — Dio un casto beso en mis labios, sonriendome y acariciando mi mejilla.

Así es como nos besamos antes de dormirnos. No pasaba "eso" aún, no era tiempo aunque moría de ganas, sobre todo cuando a Noo, le daba la idea brillante de ponerse mis playeras para dormir -ya tenía ropa en su casa y él en la mía- me tentaba más el que se le subiera por las noches y dejara al descubierto sus pierna y parte de su vientre. Porque si, Fluke era el primero en dormirse siempre. La tentación me dominaba a veces y le acariciaba la piel expuesta, sólo hasta ahí. En serio era un dilema, porque en cuanto a sexualidad, siempre pensé en mujeres, que eso sólo el sexo opuesto podía ponerme erecto, pero ahora viendo a Fluke, recostado, con la playera subida, su pequeño trasero pegado a mi ya mencionada erección, durmiendo plácidamente, me hace dudar de que si todo lo que creí gustar es así. Su piel es tan suave, supe que él se depilaba, eso me causó gracia, pero según justifica que es porque sus vellos son pocos y no se miran bien. Ahora me agradaba más que su piel fuese así de tersa.

"El hilo rojo", ¿También nos unió? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora