Capítulo 8: Tú

728 71 12
                                    


Capítulo final.

La noche de celebración por decir oficialmente a todos que estabamos ya juntos, fue la mejor fiesta de mi vida. Nos divertimos un montón, hasta juegos hicimos. Hasta mis padres participaban de las ocurrencias de Prem, Boun y Earth. P'Sheep no se salvaba ella es una traviesa, le gusta mucho bromear. Mi corazón se sentìa rebosante de alegría. Hicieron bailar a mi Bebé Noo, y puedo decir que lo hizo muy bien, Earth le enseñó una de las tantas coreografìas que se sabía de bandas de chicas coreanas. Fluke era entre tiernamente sensual para moverse, cuando su turno acabó Boun y Prem se miraron sonriendo con complicidad, también fue incluida Sammy que apareció de  no sé donde con un top y short ajustados, y con una canción de fondo que la reconocí de inmediato, sì, era la del vídeo clip que participe alguna vez. Sammy, Boun y Prem comenzaron a cantarla, Sammy imitaba a la cantante del vìdeo, mientras que Boun animaba a Fluke a ser como el chico, me di un palmetazo en la frente, riendo estrepitosamente, y en vista que mi Noo se acercó bailandome -no como lo hacía el chico del vídeo, sino más tierno, pero provocativo- asì que me animé y comencé a bailar con él, pero fui atrapado por Sammy, quien estaba muy inmersa en su papel, los demás animaban con aplausos al ritmo de la música y reían, otros se encargaron de dejar evidencia. Al final de la canción, Sammy y Fluke se dieron un toque de labios, lejos de enojarme me causo tanta gracias pues se empujaron y miraron raro, pero riendo.

—Pensé que no lo harías, voy a ser asesinada —decía con exageración, señalandome.

—Es solo un roce de labios, ¿Verdad P'Ohm? —preguntó Fluke en mi dirección.

Asentí, estaba feliz y medio ebrio asì que  todo me parecía perfecto, estábamos en familia. Un par de horas más tarde, entrada la madrugada la fiesta dio término, como era una casona y solo ocupamos la sala, habían habitaciones disponibles, todas las mujeres, -menos mi madre, la de Fluke, la de Prem y la de Boun, pues se habían ido más temprano- subí con Fluke a una de las habitaciones, no era muy grande, incluso la cama era de tamaño para una  persona. Nada más cerrar la puerta, hicimos contacto visual y ya nos estábamos comiendo la boca, del otro, quitando los telares, torpemente tropezamos y por poco fuimos a dar al piso, nos causó gracias, pero nuestra conexión no fue interrumpida.

Su lengua caliente lamió el lobulo de mi oreja, bajando por mi cuello  y pecho, fui empujado contra la pared, y Fluke tan movido por la pasión, se arrodillo frente a mi prominente polla que estaba libre, la llevó toda dentro de su boca, solté un alarido de placer, eché la cabeza atrás golpeándola.

—Mirame, Ohm —y obedecí, cuando escuché su voz. Me prendía más su atrevida forma de ser cada vez que lo hacíamos. Tan salvaje, tan osado.

Sonrió antes de volver a comerme, hundí los dedos en su cabellera para atraerlo,  clavándola hasta llegar a su garganta, soltando un  bufido y Fluke un gemido ahogado. Moví las caderas contra la boca de Fluke a un ritmo medio, soltando ruidos de satisfacción, mi hermoso Noo, masajeaba mis bolas y su propia erección, era una escena bastante excitante, me ganaron las ganas de tenerlo gimiendo mi nombre así que saqué mi pen* y tomé a Fluke de los brazos para ponerlo de pie, una vuelta y él daba la cara a la pared, mientras yo me soboreaba toda su parte trasera, ese culito que me tenía loco, esa espalda tan bien definida, sus piernas delgadas pero cinceladas. Con ambas manos agarré fuerte cada uno de sus glúteos, masajeando y separando, introduje un dedo en su estrecha cavidad, escuche un suave "Ah" e introduje otro dedo, su cuerpo se estremeció y mi miembro se sacudió deseoso. Cada vez era como la primera, aunque ahora había más confianza, pero las sensaciones, el sentir era el mismo potenciado, porque estaba enamorado de Fluke, muy enamorado.

Mis dedos dejaron de hacer su trabajo de dilatar para mi palpitante miembro, antes de entrar di golpes en sus nalgas con éste, y lo restregue entre ellas, eso hizo gemir alto a Noo, arañando la pared.

"El hilo rojo", ¿También nos unió? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora