Ataque A Cochlea Parte 1

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Suzuya y yo caminábamos con rumbo al edificio donde trabajábamos, el edificio del CCG perteneciente a nuestro distrito.
     Las cosas marchaban normal; Juzo y yo charlábamos de algunas cosas cotidianas mientras también recorríamos los caminos con la mirada. Las cosas iban como siempre, pero había un extraño ambiente que señalaba la proximidad de peligros. Un ambiente amenazante.
     Preferimos mantenernos callados para estar alertas a cualquier perturbación en el ambiente.
     Llegando al sitio de trabajo, Suzuya rompió aquella barrera de silencio que se había forjado en pocos segundos.
—Debemos tener cuidado -Dijo mirándome fijamente-, especialmente tú—.
—También tú eres importante, debes tener el mismo cuidado que yo -Resalté-. Pero sí que tienes razón. Debemos tener mucho cuidado, ¡AMBOS!—.
—Pero más tú -Murmuró de manera que apenas logré escuchar-.
—Qué difícil eres -Resalté con carisma-. ¿Sabes?, desde el otro día presiento que hay alguien vigilandonos. Siento que algo no va bien—.
—¿Habrá algún Ghouls acechando?—.
—No lo sé - respondí pensativa-. No hablemos de esto por hoy. Más tarde, por la noche, lo discutiremos—.
—Me parece bien -asintió inmediatamente-.
     Entramos a la edificación donde, al parecer, Shinohara ya nos había estado esperando hacia un buen rato.   Nos entregó nuestros Quinques a mí y Juzo para después darnos la noticia de que le acompañaríamos a ciertos lugares a lo largo del día.
     Tanto yo, como también el muchacho, estuvimos estusiasmados con la idea de viajar al lado de nuestro superior.
     Suvimos al auto que le pertenecía a Shinohara y nos encaminamos al primer lugar que "Visitaríamos".
     Estaba algo lejos, por lo que el camino era bastante largo.
     Mantuve mi vista perdida mirando por la ventana, hasta que en parte del trayecto volteé a ver a Juzo, quien abrazó con fuerza la maleta donde estaba guardado su Jason. Fue una escena sumamente adorable, me conmovió ver al hermoso albino tan feliz.
     «Él disfruta cada una de las cosas que es y lo que hace».
     Luego de buen rato conduciendo, Shinohara recibió una llamada con la que, según nos dijo, le comunicaron que se estaba llevando a cabo en ese preciso instante un ataque a la prisión para Ghouls "Cochlea". Y, lo peor de todo, los investigadores Mado Akira y Amon Koutaro estaban justo ahí.
     Shinohara cambió la dirección del auto rápidamente dirigiéndose hacia aquella cárcel tan peligrosa de la que había escuchado anteriormente.
—Prepárense para una dura batalla -Advirtió nuestro Superior a mí y Juzo-. Parece que los que llevan a cabo ese ataque son los de Aogiri—.
—¿¡Aogiri!? -Pregunté con asombro-.
-Sí -Aseguró con firmeza-. Tengan Mucho Cuidado. Y Juzo -Dijo hablándole-.
—¿Eh? -Preguntó el albino que se estaba frotando la cabeza con suavidad debido al golpe que le había provocado el previo frenar del auto-.
—No hagas algo arriesgado -Pidió con seriedad pero dibujando una pequeña sonrisa en señal de simpatía-.
—¿Cómo sería divertido entonces?-.
—Solo anda con cuidado -Imploré-, ¿Sí?—.
—Intentaré -Dijo volteando la mirada hacia la ventana, levemente ruborizado-.
     Luego de varios minutos en el auto, por fin llegamos al colosal lugar. Era verdaderamente enorme aquel sitio.
     «Ahora entiendo porqué aquí son resguardados los más peligrosos Ghouls».
     Entramos con prisa y desde un principio nos encontramos con Ghouls tratando de destruirnos. Éstos primeros eran débiles, fue sencillo matarles.
     «Esta es la primera vez, desde que entré a laborar en el CCG, que asesino a un Ghoul. La primera vez que yo, Mídory Kumiko, arrebato una vida intencionalmente» Un ligero escalofrío recorrió mi cuerpo con aquel turbio pensamiento.
—¡KUMIKO! -Exclamó Shinohara plantándose frente a mí para defenderme del ataque de un Ghoul que estuvo a punto de aniquilarme-. ¡Concéntrate, No pierdas la vista del frente!, ¡Estate atenta!-.
—Oh, ¡Sí!, Lo Siento mucho -Asentí mientras cortaba en dos a otro de aquellos Monstruos-.
     «Habrá que acostumbrarse a hacerlo... Mi trabajo es, literalmente, Matar Ghouls. Mi trabajo es matar». Pensaba mientras batallaba con los seres que me rodeaban, amenazantes.
     Todo el tiempo observé cómo Juzo daba golpes excepcionales. Cada movimiento suyo era excepcional.
     «A mí me nombraron como la mejor de las academias en las que estudié a lo largo de mi vida, tanto en desempeño físico como en intelectual, pero Juzo es mil veces Superior a mí en todos los aspectos que he apreciado hasta ahora en él. Juzo, Tú Sí eres Admirable».
     Estuve rodeada por dos Ghouls que tenían el uniforme de la prisión, estos parecían fuertes, pero eso fue tan solo una suposición, realmente fue Muy fácil acabar con sus vidas.
     «Los Ghouls que estaban presos aquí se le han unido a los de Aogiri... Esto será muy interesante». Alejé de mi cabeza todos los pensamientos y me enfoqué en fijar mi objetivo, moverme rápido hasta él y dar un golpe decisivo. Con la mayoría, ésta técnica era infalible, pues casi todos a los que nos estábamos enfrentando en ese momento eran ghouls sin mucha resistencia física. Algunos de ellos, incluso, hacían notar con su apariencia que ya habían sido atacados por otros investigadores.
     Corté a la última de las criaturas que nos rodeaban. Suspiré y me giré para asegurarme del bienestar de Juzo y Shinohara, pero únicamente pude ver a Shinohara.
—¿¡Dónde Está Juzo!? -Pregunté muy exaltada y preocupada-.
—Él se fue -Respondió Shinohara, al parecer también muy angustiado-. En medio de la pelea se fue para otro lugar... sabía que se separaría de nosotros—.
—¿¡Hacia dónde fue!?—.
—Por aquella dirección -Dijo mi superior, señalándome un lugar que se veía poco seguro como para adentrarse en él-.
     «Juzo. . . »
     No dije nada más. Salí corriendo en aquella dirección, sosteniendo con fuerza mi Quinque.
—¡KUMIKO! -Escuché a mi superior llamarme alarmado desde mis espaldas-.
      «Lo siento, Shinohara-San. Ya volveré, lo prometo».
     Corrí lo más rápido que pude.
     «¿Dónde estás?» Pregunté mentalmente en repetidas ocasiones, invadida de un gran temor.
     Corrí y corrí, pero no encontraba a Juzo. Entre los pasillos donde estaba transitando me encontraba algún Ghoul de vez en cuando, pero era tanta mi impotencia que los exterminaba en un abrir y cerrar de ojos, con cortes finos y precisos.
—¡Esto es como una reunión escolar! -Escuché a lo lejos-.
     «No cabe duda, ¡ES JUZO!».





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En la Guerra y en el Amor (Juuzou Suzuya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora