Es de madrugada, y no te quiero tanto.
Este es un amor perdido.
Sé a dónde va, pero constantemente olvido de dónde viene.
Y tu simple existencia no me hace la vida más fácil.
Pero definitivamente me hace querer vivirla.
Y no encuentro realidad más triste que el motivo que me mantiene aquí no sea la gravedad o mi corazón palpitante, sino, el calor que yo sé que tu pecho emana. No soy el único testigo y confidente de este sentimiento que vuelve a crecer en mi, pero sí soy el único que no sabe que este amor es una batalla perdida.
No creo en muchas cosas, una de ellas es tu Dios. Y no me malentiendas, no tengo nada en contra de este. Pero es que muchas veces le pedí ayuda, fuerza, una señal o un milagro.
Y nunca llegó nada.
Eso me llevo a la incredulidad, dejé de creer en él hace muchos otoños.
Pero la vida me jugó una vez más a las casualidades, entonces te encontré.
Todo iba bien conmigo y mi afán de no creer.
Y luego te vi sonreír y entré en crisis por que no supe a quien agradecer.
Mi vida es una constante pérdida. Perdida de tiempo, de dinero, de fuerza, de ganas, de personas, de cosas, de recuerdos, de sentimientos. No importa que sea, sé que lo voy a perder
Ahora, ponte un poco en mis zapatos, dejame pintarte el panorama.
Siempre pierdes, todo, absolutamente todo. Pero está bien pues tu pan de cada día es el "Nada es eterno". Entonces ¿Qué se supone que debes hacer cuando aparece alguien que no te hace perder, sino ganar?
Ganas las batallas, ganas confianza, ganas risa, ganas ilusión, ganas esperanza, ganas paciencia y un sinfín de cosas bellas que encuentras muy nuevas.
Pero sabes que tu destino está en el arte de perder. Ahora tienes miedo.
Tienes miedo de perder todo lo que por arte de magia ganaste, o peor aún, de perder a la persona que te mostró este mundo de victoria en primer lugar. ¿Ahora lo entiendes?
Por eso te pido mis más sinceras disculpas si no me acerco tanto, si no te abrazo tanto, si no te beso tanto, si no te sonrió o hablo tanto. Pero es que a veces el miedo a perder toma el liderazgo de mi vida en todo aspecto.
Y no deberías culparme, no lo hago a propósito.
Pero la vida me ha dado tantas cosas buenas para luego arrebatármelas sin clemencia, que ya vivo con miedo. Vivo con el miedo de no poder volver a ver tu bella sonrisa que en más de una ocasión me regresó las ganas de creer.
Me vuelvo a disculpar por si no te parece suficiente explicación aún. Pero esta es toda la verdad.
Te quiero más de lo que debería, y cada día me encuentro queriéndote un poco más que ayer. Pero luego regresan todos los recuerdos de lo que he perdido, y con ellos, también regresa el miedo. Y vuelvo a tener miedo de que la vida, en sus humos de injusticia, me vea queriéndote demasiado, y decida que ha sido suficiente.
Es por eso que a veces te quiero más de lo que debería, y a veces me obligo a no quererte tanto.
Espero ahora puedas entender lo que siento cada vez que te veo. Y puedas entender también que quien no responde los mensajes, quien no te toma de la mano, quien no te cuenta todo, y quien no te abraza, no soy totalmente yo. Es el xx que intenta proteger tu existencia en mi vida, por favor se amable con él, sus intenciones son de lo más puras.
Sin más que decir en esta fría madrugada, me despido. Pero recuerda que regreso pronto. Aún que sea a través de estas letras, pero te prometo que regreso.
No te quiere tanto, xx.