Dk: 02

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Jimin sabía pintar, y lo hacía muy bien. Comenzaba con un dibujo fino y terminaba coloreándolo con acuarelas o pinturas acrílicas, dependiendo de lo que fuera hacer.

El sueño de su madre siempre había sido ver sus cuadros en una gran exposición de artes. Ella decía que era un logro haber podido hacer entrar algunas de sus creaciones al Mushen, un museo de artes en Seúl, el más famoso y visitado del país. Había tenido una habitación para sí mismo, y habían ido muchas personas importantes.

Entre ellos George Hwang. Un coreano mitad ingles que parecía ser el Dios de todos los artistas, la inspiración de Jimin en cuanto a contexto artístico se hablaba. Su madre estaba tan encantada cuando George había hablado sobre una posible vacante en la universidad de artes modernas de Londres.

Y Jimin también lo había estado, había llegado a casa y había estado tan emocionado hablándole a las sirvientas y hasta a su chofer sobre esa gran oportunidad.

Curiosamente su padre también se veía tranquilo y emocionado como su madre. Incluso los había escuchado hablar a escondidas sobre que era una gran oportunidad para su hijo y que él viviría feliz y cómodamente como siempre lo había hecho. Todo hasta que Jimin realmente entendió el detrás de aquel misterio que rodeaba a su padre.

Una semana antes de que Jimin pudiera responder el correo de George Hwang, Kim JongHun se había presentado en las puertas de su hogar, con un elegante traje y corbata, vistiendo zapatos caros y esa sonrisa que Jimin sabia no era una verdadera.

Jimin conocía a JongHun, era hijo de uno de los inversionistas de su padre. JongHun trabajaba en la empresa familiar y durante la agradable cena, el hombre había dicho que los planes para expandir la empresa hasta Londres habían quedado sellados.

Sus padres se veían felices y contentos, y Jimin era el único que no entendía, sin embargo, levantó su copa durante el brindis.

No fue hasta el final, cuando llegaron más personas, entre ellos el padre de Kim JongHun.

Era una fiesta de compromiso de la que él no estaba enterado, y eso que el compromiso nupcial lo incluía a él y a JongHun. La idea de que Jimin viviera en Londres sólo había sido un bonus para poder expandir la empresa hasta dicha ciudad. Jimin sabía que su padre no era un hombre malo, sólo veía por su bien.

Pero dos días antes de que el compromiso se volviera formal, Jimin se había ido a la estación de trenes y había comprado un boleto, con las manos sujetando dos maletas y unos pocos billetes en su bolsillo, Jimin llegó a Daegu.

Había recibido miles de llamadas y tal vez si no hubiera contestado a los llamados de su histérica madre por teléfono, estaba seguro de que su rostro hubiera estado en los noticieros el día siguiente a primera hora.

Jimin había nacido en una cuna de oro, pero sin embargo jamás había adaptado la mediocre personalidad de sus primos. La familia de su padre siempre había sido ególatra y egoísta, pero su madre siempre le había enseñado a cuidar sus cosas y cuidar de los demás.

Es por eso por lo que jamás se quejó de que Agust D viviese frente a su departamento.

Era un buen chico, por eso fruncía el ceño discretamente cuando ShinJun hablaba mal de su hermano.

—Siempre fue el hermano menor rebelde, ya sabes, el típico que se revela por todo. Mis padres siempre estuvieron decepcionados de él, yo le tenía afecto hasta cierto punto. Era un puerco de primera, ¿Sabes a cuantas chicas llevaba a casa? mi pobre madre tenía que soportar todo aquello.

Y bebiendo de su copa de vino, Jimin tuvo que engañarse a sí mismo y decir que el aguijón doloroso que se instaló en su pecho no fue precisamente por celos.

El hombre tomó su tenedor y cuchillo. Con delicadeza cortó un pequeño trozo de carne—lo salve de ir a prisión dos veces, lo encontraron durmiendo dentro de un camión que exportaba kilos de drogas, él insistía en que lo habían dormido a la fuerza, nunca volví a creer en sus palabras cuando una bala se incrustó en mi hombro.

—¿Te hirió? —preguntó Jimin sin creerlo.

ShinJun limpió cuidadosamente sus labios con la servilleta—No, fue una confrontación entre vándalos. Yo sólo pasaba por ahí, trataba de hacerle regresar a casa, regresar a su vieja vida, él no era de callejones sucios ni ropa rota, nacimos en un buen seno familiar y el dinero nunca nos faltó. Realmente no sé qué sucedió con él, ¿sabes que se hace llamar Agust D?

—Eso es nuevo —Mintió. No le diría a Min ShinJun que su hermano era su vecino. No lo haría, sentía esa pequeña conexión solamente entre Agust y él, nadie más debía enterarse.

—Yoongi tenía ocho años cuando comenzó a llamarse así mismo Agust D... pero en aquel entonces, él solo quería ser un superhéroe.

Jimin estaba confuso, siempre había sido de los chicos directos. No le gustaba mucho dar vueltas en un mismo tema; si lo sabía lo decía, si lo aprendía lo hacía. Pero últimamente, sólo dejaba el tema de los hermanos Min para después. Realmente no sabía con exactitud qué era lo que había en la cabeza de ShinJun, el chico era apuesto y soltero, Jimin estaba consciente de eso, pero cuando el hombre comenzó a esperarlo después de clases y le llevo a lujosos almuerzos, Jimin no supo que creer ni que decir.

—Me gusta el hecho de que sepas de lo que hablo, que conozcas de cultura y tengas una buena educación. Es todo lo que cualquier persona desearía en una pareja—Mencionó ShinJun una vez que ambos se reunieron en la cafetería de la universidad. Jimin había estado incomodo, no todos los días se veía a un simple alumno comer con el director general de la institución. Pero ahí estaban, y ShinJun lucía una simple camisa de cuadros y pantalones vaqueros, su cabello no tenía algún producto como acostumbraba, se veía natural y suave.

Y cuando sonrió mostrando sus encías.

Jimin se dio cuenta de cuanto extrañaba a Agust D, pues ahora hasta podía verlo en su hermano. Se parecían, demasiado, ahora Jimin no sabía si sólo era el hecho de que comenzaba a sentir algo por su vecino o simplemente eran unos genes familiares demasiado fuertes.

No podía evitar compararlos, trataba, pero no lo lograba ¿Cómo poder ignorar el hecho de que Yoongi prefería el chocolate caliente y ShinJun un vino tinto de 1890? O que ShinJun no podía durar más de una semana repitiendo la misma prenda y Yoongi amaba su campera verde la cual le veía usar desde que se mundo a aquel vecindario. / Nota mental de coser el agujero de la campera de Yoongi al llegar a casa.

—¿Le gustan las películas? —Preguntó Jimin a ShinJun.

—Me gusta disfrutar de ver los documentales de Sebastián Hiffdrock, un historiador de los noventa.

—¿Te gustan las películas? —Preguntó Jimin a Yoongi.

—Me gusta Scooby Doo, ¿Eso cuenta?




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¡Muchas gracias por leer! saben, hace rato que tengo algunos borradores DKi, cuando publiqué Daegu king la primera vez, creo que mencioné sobre eso uwu si todo sale bien con las demás historias y las termino a su tiempo, tal vez pueda subir alguno de los borradores ❤

-susy

Daegu King [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora