Capítulo 2

6 4 0
                                    

Dios ¿Qué esta diciendo? Yo no he hecho nada de lo que él dice, pero si ni siquiera lo conozco. ¿Cómo puede ser? Este se está volviendo loco o algo. Pero aún así, lo que ha dicho es muy bonito, demasiado bonito. Joder, quiero despertarme, pero nada que no puedo.
-Pequeña, voy a acercar mi camilla hasta aquí para dormir más cerca de ti, un momento-y me suelta la mano, por fin.
Se vuelve a escuchar el chirrido de las ruedas al moverse. Y el sonido se acerca cada vez más.
A los pocos segundos de que el ruido pare, el chaval me vuelve a coger la mano.
- Voy a intentar dormirme un ratito ¿Vale? Llevo varios días sin hacerlo y estoy demasiado cansado. Pero eso sí, no te pienso soltar la mano. Sé que no puedes despertarte, ni moverte. Pero por favor, si mientras duermo te pasa algo, aprietame la mano, o por lo menos intentalo. Te lo pido por favor.
Tras decir esto, noto un suave beso en mi frente.
-Buenas noches, descansa, te quiero muchísimo princesa.

Ahora mismo escucho ronquidos. Bueno, ronquidos no, escucho su respiración, está respirando fuerte. Eso me hace deducir que el chaval este ya se ha dormido. Y aún no me ha soltado la mano. Que mono. Quiero despertarme y verle, no sé quien es y porque me está tratando así de bien joder. Lo intento de nuevo, pero no tengo fuerzas para poder abrir los ojos. Sigo intentándolo y noto como el chico me aprieta la mano. Como si se hubiera dado cuenta de que estoy intentando despertarme. Eso me ayuda. Lo vuelvo a intentar pero sigo sin poder. El chico me vuelve a apretar la mano, esta vez más fuerte. Y eso me da un poco más de fuerzas. Lo vuelvo a intentar de nuevo y ¡PUM!
Lo he conseguido, lo he hecho, he abierto los ojos. No me lo creo, no puede ser. Miro un poco a mi alrededor, estoy tumbada en una camilla, con un pijama de hospital, no puedo ni moverme, giro la cabeza suavemente hacia la izquierda y lo veo a él.
Hay una camilla a mi lado, separada sólo por unos pocos centímetros, sobre ella está ese chico, está dormido y me tiene cogida de la mano. Por fin puedo verle. Es moreno, con un tupé hacia arriba, está más bien delgadito. Va vestido con vaqueros y una sudadera color granate con un número 28 estampado en color blanco.
Le miro la cara y a pesar de las pocas fuerzas que tengo se me escapa una sonrisa. No lo conozco, pero es guapo.
Recuerdo que antes de dormirse, hace unos pocos minutos me dijo que si me pasaba algo le apretara la mano. Me da corte hacerlo. ¿Qué le voy a decir? No tengo ni idea.
Pero no quiero que se preocupe más. Entonces le hago caso y le aprieto la mano. No se despierta. Pobrecito, por lo que he oído lleva varios días sin dormir y debe de estar súper cansado.
Le aprieto la mano de nuevo, esta vez un poquito más fuerte.
Le miro y abre los ojos. Se incorpora costosamente y me observa. Por su cara parece que acaba de ver un ángel. Me suelta la mano y se tapa la boca.
-No puede ser... No puede ser... No puede ser...-se repite así mismo mientras me sigue mirando.
El chico se levanta de la camilla y comienza a llorar, mucho, muchísimo y se arrodilla ante mi camilla y me vuelve a coger la mano. ¿Por qué llora?

FOR MY STEPS YOU ARE THE WAY ♡ [editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora