FOR MY STEPS YOU ARE THE WAY ♡ [editando ]

Capítulo 27

Bajamos al salón para comer todos juntos. Mi madre ha hecho arroz, que bueno me encanta.
Me siento al lado de mi hermano Raúl, me hace una gracia verlo. Ahí sentado tan pequeño que no llega ni a la mesa. No sabe coger ni el tenedor.
-Raúl cariño, ¿Te ayudo?-le pregunto.
-No, puedo yo solito-me responde el pequeño echándose el arroz a la boca.
-¿Estás seguro?
-Sí, ya soy mayor-dice.
Me río. Que cosa más mona por dios.
-¡No te rías!-exclama.
-Uy lo siento, usted perdone-digo entre risas.
Raúl no entiende y no me dice nada.
-¿Quieres comer? Te recuerdo que esta tarde tenemos que hacer algo importante y como tardes tanto no llegamos ni mañana-me reprocha Dylan.
-Vale vale, ya como-me río.
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-¿¡Se puede saber cuando piensas bajar?!-Grita mi hermano desde el piso de abajo.
-¡Ya voy!¡Joder espera un momento!-le grito.
Termino de hacer la última de mis dos trenzas de raíz y me pongo una goma para sujetarla. Me miro al espejo. Parezco una niña pequeña con las dos trenzas dios. Pero bueno ya da igual, mejor bajo abajo que Dylan se va a estresar más de lo que está. Me hecho un poco de perfume y sonrió de nuevo frente al espejo.
-¡Eres una florona!¡O bajas ya o no vamos a ningún sitio!-vuelve a exclamar mi hermano.
-¡Ai que ya estoy!-grito mientras que bajo los primeros peldaños de las escaleras.
Llego abajo y Dylan comienza a hacer palmas cuando me ve.
-Eres un exagerado-le digo.
-Y tú una tardona-me reprocha.
-Venga vámonos anda-digo ignorando su comentario.
Dylan y yo vamos hacia la puerta.
-¿A donde vais?-pregunta Raúl asomando la cabecita por el pasillo de entrada.
-A casa de Damián y Eliot cariño-le respondo con una sonrisa.
-Jolín, ¿Cuando volváis podemos jugar?
-Ay no por dios-se queja Dylan.
-Yo luego juego contigo, ¿vale pequeño?-le propongo.
-¡Si!-exclama el pequeño con una gran sonrisa.
Voy hacia él y le doy un beso.
-Adiós mi vida-sonrío.
Dylan me imita y también le da un beso a nuestro hermano pequeño.
-Adiós chicos-se despide Raúl.
Después de esto Dylan y yo salimos de casa, por fin. Y emprendemos camino hacia casa de los gemelos.

Voy con el móvil metida en instagram y viendo algunas de las fotos que subí anteriormente y que obviamente no recuerdo nada de ellas. Suspiro. En fin.
De repente me tiran de una de mis trenzas.
-¡Auch!-me quejo.
-Pareces pipi calzas largas con esas trenzas-se burla mi hermano.
-Ja ja ja, muy gracioso-digo con sarcasmo.
-Ay pero no te enfades tonta-dice pasando su brazo por mi cuello y pegandome a él.
-No me enfado Dylan-me río.
-Estás muy mona eh
-Ya bueno-le digo un poco avergonzada.
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Llegamos a la puerta de la casa de Eliot y Damián. Como comprenderéis, yo tampoco recuerdo donde estaba su casa. Está muy cerca de la mía, a tres calles. Dylan toca y a los pocos segundos nos recibe Eliot.
-Hey-nos dice con una sonrisa.
-Hola-saludamos mi hermano y yo a la vez.
-Pasad-añade echándose a un lado.
Así hacemos.
-No están mis padres-dice Eliot.
-¿Y Damián?-pregunto yo sin rodeos.
-Está en su habitación-me indica.
-Vale-digo yendo hacia allá.
-Ey espera-me coge del brazo Eliot.
-¿Qué pasa?-le digo.
-Eso mismo digo yo Abigail, ¿Qué pasa?
-Nada, déjalo.
-No, cuéntamelo-insiste.
-Dylan cuéntaselo tú-le indico a mi hermano.
-Vale-me responde él.
-Oye Eliot-digo.
-Dime
-¿Dónde está la habitación de Damián?-pregunté riéndome- Es que no lo recuerdo.
Eliot suelta una pequaña risita.
-Arriba, la segunda a la derecha-me explica.
-Vale gracias-digo yendo hacia las escaleras.
Subo las escaleras y voy a dónde me indica Eliot. Doy unos toquecitos en la puerta. Pero nada, no recibo respuesta.
-¿Damián? Soy yo, Abigail.
Pero sigue sin responderme entonces abro la puerta por mi cuenta.
Abro y está tumbado en la cama, boca arriba, lleva unos auriculares puestos y tiene los dedos de sus manos entrelazados y apoyados en su abdomen, está con los ojos cerrados y la expresión de su rostro no es de alegría precisamente.
-Damián, ¿estás dormido?
Pero no ne responde.
-Ey Damián-le muevo un poco.
Él abre los ojos y me mira, después se quita los auriculares y se sienta en la cama.
-Lo siento, no estaba dormido, solo estaba escuchando música y pues no me entero de nada-se rasca la nuca.
-No pasa nada-le digo.
-¿Qué haces aquí?
-Pues no sé, creo que tenemos un asunto pendiente.