PRÓLOGO

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PRÓLOGO

     Dos caminos cruzados. Dos almas que parecen una, juntas en esta aventura de incertidumbres. Tomados de la mano, uno al lado del otro. Un poco asustados, y a la vez excitados. La curiosidad de lo desconocido envuelve a la pareja de jóvenes. Tumbados en su cama, él hace trazos al azar por el vientre desnudo de ella. Ella nerviosa por el roce, pero cautivada por su delicadeza. Le mira, él le devuelve la mirada llena de amor y ella se derrite más por sus huesos. Ninguno parecía saber cómo acabaría todo, pero ambos eran conscientes de lo que implica dar tal paso.

     — ¿Estás segura? — le preguntaba él a ella dejando pequeños y delicados besos por el cuello de la chica.

     — ¿Lo estás tú? — le devolvía ella la pregunta con su tranquilizadora y característica sonrisa.

     — Nunca he estado más seguro de algo. — afirmaba él mientras la cogía por los hombros y la tumbaba delicadamente sobre su cama.

     Los labios de ella se mezclaron con los de él. Junto a pequeñas caricias y besos los dos se deshicieron de la ropa que todavía llevaban, quedando desnudos el uno para el otro. Ella con más pudor del que él mostraba se tapaba un poco avergonzada, y cuando él se dio cuenta de la acción separó los brazos de la chica de su cuerpo para contemplar mejor.

     — Nunca escondas tu belleza — le dijo él a ella —, y menos a mí. — la contemplo durante unos segundos más, admirando cada parte de su piel, maravillándose de la forma de sus diminutas caderas, y posteriormente fijó su mirada en sus preciosos ojos que lo miraban curiosos y deseosos — ¡Te quiero! — respondió ella. Esa calurosa noche de mayo que ninguno olvidaría jamás, fue sin duda la más sincera en la relación de los dos jóvenes.

(...)

     Lágrimas. Y más lágrimas recorren sus mejillas. No puede evitar que el agua salada que baja por sus pómulos cese y con ellas su corazón se parte un poco más. Hace unas horas encontró al que era su novio con su supuesta mejor amiga.

     "¡Qué cruel es a veces el destino. Te quita a las personas que más quieres o creías querer, y además de una forma tan cruel! ¿Por qué me pasa esto a mi?!"— piensa ella mientras recoge entre sus pequeños brazos sus piernas y mira por la ventana de su habitación.

     Finalmente, las personas que más quieres son las que más daño pueden hacerte.m, porque les has dejado entrar en tu vida y en tu corazón. Les has dado la confianza de hacerlo y no siempre sale bien, a veces te llegan a hacer mucho daño, como acaba de comprobar ella.

(...)

     Caminando por aquel dichoso campus al que no hace ni tres días que ha llegado, y tiene que ser el mismo al que va él. Ambos se miran, después de tantos años y ella comprende que él no ha cambiado nada. Es en ese instante en el que se alegra de haber cortado con él en su día. Quizá lo hizo tarde, pero lo hizo y eso es lo que importa.

     Sale corriendo de allí y choca contra uno de los hermanos Johnson. Aunque no es el Johnson que ella quería ver.

     "Solo me enamoro de gilipollas!" — se reprocha ella mentalmente al observar a Will. Si le gustase él todo sería más fácil, pero no...

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¡HOLA maripositas! Sé que este capítulo es algo raro comparado con lo usual en la historia. Pero quería explicar algo que ocurrió antes de que Nora llegase al internado y me ha salido así, jeje 😉

Puede que hayas leído este capítulo (que ahora forma parte del prólogo, como el capítulo 36) antes, si es así me alegro. He querido dejarlo aquí de forma introductoria ya que pienso que es mejor así.

Si no entiendes algo de este capítulo o de alguna parte de la historia házmelo saber, para explicarte. Y si queréis aportar algo a la historia también amores.

Os leo en los comentarios💖

Besos,
Airin🧡

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