Habían pasado varios días desde ese almuerzo. Todo transcurría normal, el local funcionaba bastante bien y eso alegraba a las chicas.
En cuanto a Martina, había decidido que era una muy mala opción tratar mal a Paula por el hecho de querer alejarse de ella. Además, era infantil y descortés de su parte. Así que decidió que se distanciaría de ella a pesar de que le dolía y mucho, pero debía hacerlo. No podría resistirse estando todo el tiempo con la colorada, le era imposible. Cada vez que la tenia cerca, esa molestia en el estómago aparecía y su sonrisa también. No podía evitarlo, le era imposible. A pesar de que era muy doloroso hacerlo, al fin y al cabo sabía que sería la mejor decisión que pudo haber tomado. Volvería a ser la de antes con Lena, Felipe y cualquier otro que se le cruzara, pero sin esta sensación tan horrible (según ella) que tenía.
Otra cosa que le molestaba y mucho, era perder la amistad que tenían. Porque antes de enamorarse, eran amigas y muy buenas amigas. En poco tiempo habían logrado tener la confianza que nunca con otra persona. Pasaban días y noches juntas riendo y bebiendo. Y, además eran confidentes entre ellas, se habían animado a contarse todos sus problemas y a conocerse como nadie. Martina iba a extrañar mucho eso de Paula, pero se repetía, "es lo mejor que podes hacer".
A Paula también le dolía y mucho. Perder de un día para el otro a una amiga que la conocía de arriba a abajo. Que la había acompañado en todos los momentos difíciles que había pasado desde que se conocieron. Y, en la que había confiado para contar secretos e intimidades de las que nunca había hablado con nadie.
Le jodia muchísimo, pero lo peor es que se comía la cabeza intentando buscar un por qué. Había llegado hasta a llorar algunas noches revolviendo el pasado y tratando de encontrar algún error en ella para haber logrado perder tan linda amistad.
Y no lo encontraba, creía haber sido muy buena con Martina. Estaba acostumbrada a perder amistades por su carácter, pero esta vez se había esforzado por no cagarla. Le había mostrado lo mejor de ella, incluso casi nunca se enojaba con su amiga, ni siquiera por las llegadas tardes que eran lo que más le molestaba.
Y seguía sin comprender, quería una explicación. Pero no iba a pedírsela, tal vez para Martina no significaba nada. Solo era algo que hacía con todas las personas que se cruzaba y ella era una más. No iba a quedar como una estupida planteandole algo a la rubia que, obviamente, no le importaba.Recordaba el último día en el que todo estaba bien, y se le venía a la cabeza esa hermosa escena con Roma. Estaba sorprendida por verla con una niña, ya que no le gustaban, y a su hija nunca le cayeron bien las amigas de su madre.
Romita, seguía preguntando por Martina y eso le partía el alma. Le decía que necesitaba hablar con la rubia ya que sus consejos la calmaban. Pero Paula inventaba excusas, le dolía tanto que su amiga haya formado una linda relación con su hija para luego dejarla así, de un día para el otro.
Y, otra cosa que le molestaba era el hecho de que su amiga le haya dejado una duda en la que pensaba una gran parte del día. Le había dado una charla en la que intentaba decirle que no debía tener miedo a enamorarse de una mujer y había coqueteado con ella. Martina hizo todo eso, y tiempo después la abandonó. Ahora estaba triste por perder a su amiga y también dudaba de ella misma.
No podía creer todo lo que le sucedía, pero no podía seguir así. Nunca había dudado de su sexualidad y le horrible solo pensarlo. Así que lo ocultaba, intentaba sacarlo de su cabeza con hombres o alcohol.
Pero últimamente, le estaba siendo imposible. Tiempo atrás, hubiese charlado con su amiga sobre el tema con toda la confianza del mundo. Pero ahora, ni eso podía hacer y le jodia muchísimo. Rogaba que el tiempo solucione todo esto e incluso que le borre la memoria.
Por momentos, estaba "cuerda" (según ella) y decía que era una locura que le atraiga Martina. Solo era algo que su cabeza hacía para confundirla porque ella era heterosexual.
Pero, a veces, llegaba hasta a fantasear con su amiga. Pensaba en cómo sería besarla, tocarla y hasta tener sexo con ella. La pasaba muy bien pensando en eso, pero luego volvía a la realidad y se odiaba por aquello. No podía ni verse al espejo, se daba asco a ella misma por el hecho de que su cabeza se imaginara esas cosas...
Holaaaa, capítulo triste y sin diálogos porque quería que se viera como estaba cada una con la decisión que tomó Martina.
Perdón, se que estaban acostumbrados a la actualización diaria es que estoy bastante ocupada y encima no tuve mucha inspiración.
Con el tema de que yo les pregunte a quien querían que Paula le cuente lo que le pasaba, ganó Luján y en segundo lugar Caro. Es bastante complicado lo de Luján ya que también sabe lo de Martina, pero estuve pensando y se me ocurrió una idea que creo que puede funcionar.
Gracias por leerme❤️! Los quiero y cuídense
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¿Que es el amor?
FanficHistoria paralela de Paula y Martina. Pd: escribo muy mal pero me aburro muchísimo y extraño a Pautina.