Angel, My Angel;; Juliver [nsfw]

H e a v en

«Encontré el paraíso
en el lugar menos esperado.»

    Oliver ingresó al club en compañía de Gary, quien se había agarrado a su hombro cual garrapata al saber que aquella noche él invitaba los tragos a causa de una satisfactoria venta de una propiedad difícil.

   No es que fuese una salida después de meses de abstinencia (para Chamberlain sí, pero para The King no tanto), Gary solía inventar pretextos para pasar tiempo en un bar con su amigo a mitad de semana recurrentemente, y si bien ambos estaban en el limbo de los cuarenta, fue cosas de un par de semanas desde que Gary se había mudado junto a él para que sus hígados estuvieran al mismo nivel.

   Lo especial de esta salida estaba en que por primera vez no irían a un bar promedio como usualmente lo hacían; ahora jugarían en las ligas mayores e irían a un club. O sea, abría gente por todas partes y también alcohol.

   El elegido por la dupla de amigos fue uno cercano a la casa de Chamberlain, sólo un par de cuadras de casa y no más de siete minutos a pie caminando. Habían leído una reseña por internet y Oliver se las arregló para conseguir un par de datos de la propiedad, asegurándose de que fuera un lugar decente y no una pocilga. Les había convencido –en realidad, Oliver se decidió, Gary había dado el visto bueno sin siquiera saber el nombre ni el lugar– y en caso de que pasase lo que sea que pasase, podrían devolverse.

   Terminando el resumen, volvemos a los primeros segundos de haber ingresado al local. Por alguna razón, tuvieron que caminar por un estrecho pasillo de luces coloridas en tonos graduales antes de llegar al lugar de por sí. Al comienzo caminaron con calma, pero llegado a un punto ninguno pudo ver mucho más allá de su propia nariz, misma que se teñía de azul o rosado según se proyectaran los leds en el techo.

   ”Diablín“ dijo Gary todavía agarrando su hombro ”Espero que hayas traído condones porque el otro día vi una replica del sandwich de mermelada entrando aquí, y planeo dejarte la mermelada“. Oliver frunció el ceño queriendo detenerse y preguntar si habían pagado entrada a aquel club para perseguir a un trío de mujeres, pero sus deseos de salir de aquel pasillo fueron mayores por lo que sólo murmuró un pequeño "Ujum" y siguió caminando.

   Según fueron llegando hasta el final del pasillo –lograron identificarlo puesto que las luces cambiaban constante de colores y formar y la música comenzaba a retumbar en sus oídos– Oliver se armó de valor para poder afrontar una noche de incalculable cerveza debido al día libre, ordenando mentalmente sus objetivos para la noche y clasificálandolos según cómo sonaban.

   ¿Beber? Eso estaba bien.
   ¿Imitar la Milla Dorada? Imposible, 0 posibilidades y 0 disposición.
   ¿Estar con Gary? Meh, aceptable.
   ¿Bailar? Sólo de ser necesario.
   ¿Coquetear? Posible y aceptable, sí.
   ¿Sandwich de mermelada? Imposible. Aún y si hay fuese posible, atracción femenina baja, prácticamente nula.
   ¿Encontrar a alguien? ¿Chica? No rotundo. ¿Chico? Fantasioso y poco probable, pero no imposible. Podría idear un plan por si Gary se da cuenta. Mínima esperanza, pero latente.

   La lista lucía bien, según transcurriera la noche seguiría verificando los puntos y añadiría y cambiaría lo necesario.

    El lugar lucía más agradable allí que en el pasillo, era de techo alto y de estructura rectangular extendiéndose hacía su derecha. El color de las paredes cambiaba a causa de las luces ubicadas en todas partes del lugares, esparciando el color a su vez a las personas que estaban distribuidas por el lugar, especialmente los de la pista de baile. Había mucha gente, pero no demasiada; se podía deambular sin tener que tocar cuerpos ajenos ni que te toquen a tí y se podían distinguir las diferentes caras a pesar de la iluminación.