Capitulo seis

59 2 0
                                    



Camine a casa conteniéndome de no caer al suelo, temblaba demasiado y me dolían las manos, al llegar subí hasta mi habitación sentándome un momento en mi cama me cubrí la cara porque había estado de nuevo en esa situación, en mi pequeño momento sentí humedad en mi cara así que solo fui al baño y al verme en el espejo quede paralizado, manchas de sangre me cubrían la mitad de la cara y apenas podía notar del todo el color de mi piel, me limpie con agua y pasando un momento solo me quite los guantes encontrando una pequeña cortada la cual cure enseguida, mi aliento se volvió blanco cuando el agua del lavado se tiño de rojo y arroje esos guantes a la basura

Después de haberme limpiado fui a mi cama donde me recosté queriendo controlarme como siempre con respiraciones lentas, antes al terminar una pelea me podía llenar de sangre y no sentir nada pero ahora apenas podía tenerla cerca, no le tenía miedo solo que me daba ese mal recuerdo que me hacía arrepentirme de todo aquello nunca podía librarme de ese peso en la conciencia

Pase un momento quieto mirando la cinta que cubría la herida la cual no era muy grave, parecía que estaba en paz cuando solo escuche la voz de mama

– Bǎohù estas bien? – pregunto mama desde el otro lado de la puerta

– Si – respondí colocándome de pie

– quieres cenar? – pregunto

– Si –

Ocultando mi mano fui al comedor donde como en aquellos días usando mi ingenio hice que pasara de largo mis nudillos rojos

– y como te fue? – pregunto mama

Soportando el dolor en ese corte la mire y solo sonreí

– bien, sali con una amiga – replique

– qué bien! Y como es ella? – pregunto

La recordé en aquel momento cuando sus ojos se fijaron en mí y su cabello oscuro se movía con el viento

– Es la mejor chica que he conocido – respondí

Mama me miro y solo rio, confundido solo continúe comiendo

– y a donde fueron? – pregunto

– a comer unos postres – contesto

– oh...cuéntame de esa chica, es linda? – solo me centre en seguir comiendo

–bueno, si –

Mama estaba mirándome

– y llevas mucho conociéndola? – pregunto

– Poco tiempo – conteste

Hizo un gesto dejando un momento los palillos sobre el plato

– y te gusta? – Divague un momento

– No lo sé – mama me miro y suspiro

– Ya el tiempo aclarara eso – comento regresando a comer

– Tal vez – dije

Todo siguió normal hasta que termine y subí a hacer mis cosas de siempre entre la aparente paz

Un poco más tarde me acosté y cerré los ojos pero entre el sueño desperté de golpe, sali de la cama apretando mi pecho que dolía, abrí la ventana de mi habitación por el calor que sentía y entre tantas cosas solo recordé a Tomoko, tome mi teléfono y con mis temblorosas manos encontré su número, no lo pensé más y marque, permanecí atento y solo sonreí al escuchar su voz

No es mi culpa no ser popular pero si la suyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora