Capitulo diez

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En la hora de salida iba a su lado por la calle de siempre, lo miraba y era el mismo de siempre pero la sombra de esa imagen de un Bao feroz y malvado era lo que no dejaba de imaginar, esa cara de despreocupación y felicidad eran cubiertas por unos ojos llenos de ira y una expresión de odio, asustada baje la vista al suelo

– estas bien? – pregunto mirándome de lado

– Si – respondí sin poder verlo a los ojos

– segura? Si quieres podemos detenernos a descansar – comento con la amabilidad de siempre

– Sí, solo...caminemos – replique

– Sobre esa serie ya espero el siguiente capítulo – dijo

– oye...siempre...siempre me dices la verdad? – pregunte

Apreté el borde de mi suéter

– Si – contesto

– entonces...la cicatriz de arañazos te los hizo una persona? – pregunte

Bao me miro un momento

– Si – contesto muy serio

– y por qué? – pregunte

Bao respiro pesadamente y miro a otro lado

– Yo...eh...por qué se defendía – contesto y quedo en silencio

– quien te lo dijo? – pregunto

– y como sucedió? – pregunte

Bao seguía mirando a otro lado

– No te lo puedo decir – respondió con seriedad

– por qué? – sus ojos se apagaron

– podemos sentarnos? No creo que este sea un buen lugar – dijo y asentí

Nos movimos a una banca de cemento y sentados miraba el sucio suelo

– Te dije que hice daño antes...– dijo se tomó las manos un momentos

– estas me las hizo alguien a quien estaba golpeando, todo lo que paso me mantuvo en ese momento queriendo solo quitarme ese odio que tenía y después de haberlo golpeado lo comencé ahorcar y el en defensa me enterró las uñas en el pecho, fue cuando me di cuenta de lo que en me convertí, toda la escuela me temía y los que me seguían solo era por miedo ninguno era mi amigo, me arrepiento –dijo

Lo mire y sentí tristeza pero apreté mis manos

– y...y por qué no me lo dijiste antes? Podría haberlo entendido – conteste

– No quería asustarte o preocuparte – dijo

Me sentí confusa demasiado que me dio nauseas la mala combinación de enojo y amor por él, entendía que había pasado por tanto pero aun así el que me lo ocultara y me lo dijera esa tipa me ponía triste, tal vez Bao no sentía mucha confianza conmigo. Me levante de esa banca y camine a casa

Atrás de mi venia Bao quien tenía la misma mirada fría de antes y me apreté el pecho porque me dolía mucho dejarlo así, en mi garganta sentía un nudo en el que si Bao me llegara hablar solo me rompería en llanto, lo miraba de reojo e iba detrás sin detenerse y así llegamos a casa, el permanecía en la distancia como un pequeño cachorro y yo solo alguien que lo abandonaba. Sin decir nada entre y subí a mi cuarto

Deje mi mochila en el suelo y me arroje a mi cama solo mirando la pared con la mente en blanco, entre el tanto silencio me estremecí cuando sonó mi teléfono, con la duda revise y era un mensaje

No es mi culpa no ser popular pero si la suyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora