Reviviendo el pasado

456 57 20
                                    

//Renji////

Desde hace un par de semanas, Byakuya y yo hemos seguido teniendo sexo. Sin embargo, cada que lo hacemos, siempre me repite que será la última vez. Por una parte me pone realmente feliz poder tener sexo con él, después de todo es lo más increíble del mundo. Pero por otro lado, que me diga que está mal me decepciona un poco. Creo que a final de cuentas a Byakuya sí le ha de importar que yo sea un salvaje y él un blanco.

—Mírame. —Byakuya llama mi atención y toma mi rostro pegando su frente con la mía. —No te vayas, quédate aquí conmigo. No pienses en nada más.—me besa mirándome fijamente, ya que recién terminamos de hacer el amor, si es que le puedo decir así, cuando de repente, tocan la puerta con fuerza.

—¡Byakuya, bebé! —Byakuya se levanta de un brinco y se viste a prisa.

—¡Ya voy, un segundo, por favor! Vístete rápido, salvaje, muévete. —me cierro los pantalones a toda velocidad mientras me coloco mi camisa, pensando quién rayos se atrevería a decirle bebé a Byakuya con ese tono de voz.

—¿Ya estás? —asiento mirando como abre la puerta, de inmediato cae delante de él un tipo inconsciente mientras que detrás sonríe otro hombre, que en cuanto lo veo abro la boca de la impresión, es idéntico a Byakuya.

—Hola, mi hermoso hijo, estoy en casa ¡Tanto tiempo sin vernos! ¡Ah! Mira, me encontré un perro callejero en el camino y pensé en recogerlo ya que me dio un poco de pena.

—Padre, bienvenido. Ese no es un perro callejero, es Coyote Starrk.

—¿Ah sí? ¿Pues qué no es lo mismo?

—Tienes razón, pero has favor de no traer animales rastreros a casa, por favor.

—Lo siento, ya sabes que me gustan las mascotas.

—No somos una veterinaria que cuide animales ebrios y sucios.

—¿Qué debería hacer entonces? ¿Tirarlo a la basura? Ah, pero mira qué tenemos aquí. —el hombre entra mirándome curioso y parándose frente a mí, analizándome muy de cerca.

—¿Quién es él Byakuya?

—Es un salvaje. —contesta Byakuya.

—Eso ya lo sé. Y para no gustarte las mascotas tienes algo muy exótico y curioso aquí. Hola, soy Kuchiki Soujun, ¿Tú eres? —estoy a punto de abrir la boca, cuando Byakuya se acerca.

—No habla. —dice.

—¿No? Qué raro, me da la impresión de que tiene mucho que decir. —lo miro sorprendido mientras él me sonríe, arrastrando al hombre inconsciente cerca del sillón, para luego sentarse suspirando cansado.

—Padre, no puedo creer que estés aquí, me da mucho gusto. La última vez que nos vimos fue hace tres años.

—Lo sé, Byakuya, también me da gusto verte ¿Qué tal te va en el trabajo?

—Bien, ¿Y a ti? ¿Conseguiste algo?

—No, pero no vale la pena lamentarse por algo que ya pasó.

—Padre, algún día recuperaremos lo que es nuestro.

—Hijo, por dios, el dinero viene y va, eso dejó de importarme hace mucho. Pero ahora que he regresado y que lo primero que me encuentre sea al infeliz de Starrk, me hace pensar que la venganza no suena tan mal cuando tengo la oportunidad frente a mí. —sonríe perversamente a la vez que jalonea al hombre. —Despierta, gitano desvergonzado, te mataré apenas abras los ojos. —lo amenaza.

Almas Gemelas (GrimmIchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora