Capítulo 2: Confesiones

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Habían caminado todos juntos de vuelta a su guarida secreta. Todos con un millón de preguntas en la cabeza y las últimas palabras que habían escuchado de Richie y Beverly como única pista. Todo indicaba que algo pasaba entre ellos, aunque Richie había dicho que debía contarles algo él, no él y Beverly.

Una vez dentro, Richie se apoyó en los escalones que daban al exterior. Cada uno se situó dónde estaban más cómodos. Bill en una de las cajas de madera, Ben en otras detrás de unos cubos de metal, Mike se quedó de pie al lado de uno de los postes, Eddie se había sentado en la hamaca, pero sin tumbarse, Stan se había apoyado en una de las paredes de la cabaña y Beverly permanecía de pie cerca de donde estaba Richie, por si necesitaba apoyo.

― Bueno, ¿y qué tienes que contarnos? Algo que supongo que Beverly ya sabe, ¿no? ―empezó a preguntar Stan.

― Ha-habeis tar-tardado mucho ―observó Bill.

― Ella lo sabe. Lo sabía ya, en realidad ―confesó Richie. Eddie decidió que era momento de hablar.

― Creen que estáis liados o algo. Han estado especulando sobre ello ―comentó.

― Bueno, tanto como especulando... ―se defendió Mike sintiéndose aludido.

― Todos hemos escuchado lo que os habéis dicho y cómo os habéis abrazado, así que tal vez Mike tuviera razón ―razonó Ben, evidentemente dolido. Eddie lo miró un instante, luego se centró en Richie.

― ¿Estáis liados, entonces?

Richie estaba con la boca abierta, literalmente, y Beverly... Bueno, digamos que no ayudó demasiado. Aunque sí a liberar tensiones, pues se echó a reír.

― Eso casi me ofende, Bev ―le reprochó. Beverly intentó calmar la risa.

― Perdón, perdón. No te ofendas, sabes porque me rio. No me malinterpretes, estaría encantada, pero no soy tu tipo ―apuntó guiñándole un ojo. Richie le dedicó una mirada fulminante, aunque se sintió diferente a cómo imaginaba. Porque era Beverly, porque había sido sincera y comprensiva. Porque lo sabía y bromeaba con ello de forma natural. Y era... era bonito. Quería que todos hicieran lo mismo. Quería que fuera así siempre. Natural.

― ¿Que no es su tipo? Eso es difícil de creer ―añadió Stan con soltura. Al fin y al cavo había escuchado a casi todos decir que Beverly era muy guapa.

― Creo que nos estamos per-perdiendo algo. ¿A qué ven-venia ese abra-abrazo entonces? ―preguntó Bill.

― Apoyo moral ―señaló Beverly con simpleza.

― ¿Apoyo moral? ¿Apoyo moral de qué? ―dijo Mike.

Silencio. Beverly no tenía ninguna intención de decir nada más. Pero ahora parecía ser la hora de la verdad y Richie se había quedado callado. La mirada de Beverly fue suficiente para que Stan volviera a instar a su amigo a hablar.

― ¿Richie?

Pero parecía que las palabras no salían. Era más difícil de lo que parecía.

― Beverly ha dicho que te quiere y sentís lo mismo, que por eso ha vuelto a Derry, si no estáis liados, ¿qué pasa? ¿Y por qué Beverly se ha enterado antes que nadie? Se supone que somos amigos ―dijo Eddie algo dolido―. Y a los amigos no se les ocultan las...

― Soy gay.

El silencio que vino después era aquello que tanto temía. Lo había dicho. Lo había soltado. Pero no se sentía liberado para nada. Así que siguió hablando.

¿Y si...? (Reddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora