Capítulo 6: La noticia bomba

431 37 34
                                    

Esa noche Richie puso el despertador más temprano de lo habitual. No quería que Eddie se marchara, menos después de lo que habían hablado, pero tampoco quería que la señora K se enterara de la "excursión nocturna" de su hijo. Así que se había despertado temprano por si se dormían, algo que imaginaba que sucedería pese a las pocas ganas que tenían de dormir.

Recordaba haberse dormido en algún momento, pero en cuanto abría los ojos, enseguida comprobaba que estuviese allí de verdad. Eddie se había dormido abrazado a él. Y encontró una oportunidad perfecta para contemplarlo sin que él se diera cuenta. Porque normalmente tenía que ir con mucho cuidado, en ese momento podía contemplarlo a placer. Sonrió al pensar que ahora, despierto, también podría.

Estaba tranquilo, relajado. No podía creer que esto estuviese pasando de verdad. Si no hubiese sido por Beverly, jamás lo habría dicho. Se habría quedado callado para siempre. Y según la visión de su amiga, Eddie habría muerto sin saberlo nunca. Y por su culpa.

Ante la idea, abrazó de nuevo al pequeño, como si pudiera desvanecerse de un instante a otro solo de pensar en ello. Eddie se había acurrucado en su pecho, abrazándolo también y murmurando algo que parecía ser su nombre. Pensaba que estaba despierto, pero sus ojos seguían cerrados. ¿Estaría soñando con él?

Richie apagó el despertador segundo antes de que sonara. Se dirigió al chico que seguía durmiendo en la cama y lo despertó como siempre había imaginado que lo despertaría al quedarse dormido cuando estaban todos o cuando se habían quedado junto a Bill y Stan en su casa a dormir. Ese modo que solo imaginaba porque lo que hacía en realidad era despertándolo con un buen susto que hacía que se enfadara con él de ese modo tan adorable.

― Eds... Hay que despertarse ―murmuró depositando un beso sobre su mejilla.

Eddie se removió en la cama y alzó los brazos, encerrándolo entre ellos y evitando que se apartara.

― No me llames así... ―dijo, y lo calló con un beso.

Richie no protestó. Y habría seguido besándolo si no fuese porque el pequeño abrió por fin los ojos y lo apartó de él.

― Te huele el aliento ―apuntó con una mueca. Richie no pudo evitar reír. Sí, no entendía cómo no había esperado algo así.

― Culpa tuya, yo solo quería despertarte ―dijo.

Eddie se había sonrojado gradualmente. Como si al despertarse no lo recordase todo y a medida que pasaba el tiempo fuera siendo consciente de todo lo que había pasado la noche anterior. Alarmado, miró el reloj en su mesita de noche. Lo escuchó suspirar.

― Las cinco y media. ¿Has puesto el despertador?

Richie se había dirigido a la puerta.

― Te acompañaré a casa antes de que tu madre se entere que te has ido de fiesta y te encierre de por vida en tu habitación para no tener más malas influencias.

― No me he ido de fiesta. No sois malas influencias. Y antes de irnos... me gustaría ir al baño.

Richie se dio la vuelta, mirándolo con una sonrisa.

― No iba a marcharme aún. También tengo que ir al baño. A lavarme los dientes ―aseguró abriendo la balda. Eddie se acercó.

― ¿Solo a lavarte los dientes?

― Si no lo hago no vas a volver a besarme. Es cuestión de vida o muerte ―aseguró con solemnidad, provocando que Eddie se sonrojara todavía más.

― Eres muy exagerado. ―Entonces agachó la cabeza―. Es que... necesito ir.

Richie asintió, lo cogió de la mano y lo llevó al cuarto de baño en la planta inferior. Cuando se dio la vuelta, en lugar de a Eddie, tenía un tomate.

¿Y si...? (Reddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora