Capítulo 5

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Jimin se dejó caer en la cama con la mirada clavada al techo. Era la tercera vez que trataba de comunicarse sin suerte y el "Vuelva a llamar en una hora", pronunciado con la voz chillona de la secretaria de Taehyung, ya se le antojaba más que odiosa. Detestaba estar a la espera, intentar algo sin conseguir una respuesta.

Sacudió la cabeza como si así pudiera espantar las telarañas que se formaban en su cerebro, buscando una explicación "lógica" a sus reacciones. Se levantó con el deseo de que el humor le cambiase pero suspiró, parado en el medio de la habitación, aturdido. Había finalizado todos sus trabajos pendientes, descubriendo pronto qué tan distinto era hacer tareas de temas que disfrutaba, a algo que era simple obligación. Y si a eso le sumaba que ya no tenía sobrecargo de trabajos de investigación y ensayos hechos para otras personas, a menudo encontraba que tenía demasiado tiempo libre en sus manos.

Suspiró, a continuación sobresaltándose al escuchar el tono de notificación de su teléfono. Era un mensaje en el chat de Kakao y sonrió.

De un segundo a otro, Taehyung le había cambiado el ánimo.

"Mañana no tengo universidad ni turno en el café", escribió y esperó una respuesta sin despegar la vista de la pantalla.

Quince minutos después, avergonzado y fastidiado de refrescar la pantalla del chat repetidas ocasiones, dejó el teléfono en su escritorio.

Las líneas no solo se estaban haciendo borrosas. Ahora eran un caos.

Tomó su cuadernillo de notas y sin darse cuenta, un relato corto cobró forma. Ni siquiera podía precisar en qué momento había comenzado a escribir, sino que era como si estuviera en trance. Las palabras se acumulaban una tras otra y las hojas de papel pasaban sin tregua. Cuando colocó el punto final, su mano temblaba. Tragó en seco y notó que tenía mucha sed, que su camisa estaba abierta y sus sienes se hallaban húmedas de sudor.

—Me estás jodiendo la vida —canturreó para sí mismo con sentimientos mixtos, exhausto luego de su catarsis.

Abrió su laptop, un nuevo modelo regalado Taehyung en reemplazado a la chatarra que tenía antes, y comenzó a transcribir.

Tres golpes a la puerta lo sacaron de su ensimismamiento. Se levantó como un autómata y abrió sin detenerse a preguntar quién era o ver por la mirilla.

El rostro de Taehyung y sus labios con un rictus severo le hicieron fruncir el ceño.

—Es tarde. Te escribí que te recogería en dos horas y no estás listo.

Jimin frunció el ceño todavía más y fue a revisar su teléfono. Era verdad, Taehyung le había mandado dos mensajes media hora después del suyo. En el primero ponía que saldría de viaje por varios días y que no podrían verse. En el segundo que, para recompensarle, lo llevaría a cenar.

—No me di cuenta de la notificación —replicó Jimin, neutro.

—Pero...

—A veces hago otras cosas además de esperar a que te dignes a hablarme —interrumpió.

De inmediato, la expresión de Taehyung pasó a confusión y se acercó a Jimin, acariciando su mejilla.

—Estuve ocupado, Jiminie, no pude contestarte de inmediato.

Guardándose una respuesta que no sería precisamente bonita o comprensiva ("¿No podías darte medio minuto? ¿En serio?"), Jimin se separó. Apagó su laptop y se preocupó en despejar su escritorio.

Se sentía cargado de emociones y no muy apto para cualquier interacción en esos momentos, mas no se imaginaba haciéndole un desplante a Taehyung. No sabía si era porque sería violar el pacto que existía entre ambos o la alegría genuina de pasar un rato con él. «Qué desastre», se dijo a sí mismo. Estaba metiéndose en un callejón sin salida.

Tiempo CompradoWhere stories live. Discover now