Capítulo 5: Yuki enamorada

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Capítulo 5: Yuki enamorada

—Kaname —Yuki había llegado sonrojada y jugando con su camisa de dormir al cuarto del mayor quien recién había vuelto de su trabajo de medio tiempo— ¿Cómo sabes que estás enamorado de alguien? ¿Qué no es algo más?

Aquello era suficiente como para que el castaño deseara la cabeza de cierto chico de cabellos color plata en una bandeja del mismo color ¡No! ¡En una de oro era mejor! ¿Cómo su pequeña hermanita podía hablar de palabras tan grandes? Hace muy pocos años había terminado de cambiar sus dientes de leche y ahora hablaba de amor ¡Todo era culpa de aquel delincuente!

Podía imaginar el tipo de artimañas había ocupado en contra de su hermanita, palabras bonitas, gestos caballerosos, alguna caricia sutil. Ese maldito granuja había comenzado un juego que no acabaría bien ¡Nadie jugaría con los sentimientos de su pequeña hermanita!

Estaba seguro que por más que su hermanita hubiera intentado resistirse aquel chico supo cómo burlar todas las barreras que esta había formado y ¿Cómo no? Aquellos ojos color amatistas escondía tanto y a veces parecían expresarlo todo, sus sonrisas eran inocente y sinceras, tenía un carácter fuerte, era muy seguro de sí mismo pero también era muy compasivo y un enorme corazón para los animales que sacaba a relucir una faceta más cariñosa...

¡Y el maldito supo ocupar todo eso contra su hermana!

Le destruiría su maldita cara de ángel con sus propios puños ¿Y que le quedaría? Su buen físico, su buen humor, su rudeza... ¡debía destruirlo todo lo que lo volviera él!

¡IBA A MATAR A ZERO POR JUGAR CON LA MENTE DE SU PEQUEÑA HERMANA!

—Pues pequeña —Kaname camino y acarició con dulzura la cabeza de la menor— Eso no es algo fácil de saber ¿Por qué?

—Pues... porque... bueno... —La chica comenzó a jugar con su vestido mientras sus orejas se coloreaban de un rojo intenso

—Tranquila —Kaname acarició su cabeza con dulzura— Primero debes asegurarte que no sea otra cosa... por ejemplo hambre

Yuki lo miro curioso pero finalmente asintió. Él tenía claro lo que sentía y era un enorme deseo de venganza contra el maldito delincuente que había profanado la inocencia de su hermana.

Del Odio al Amor hay quince pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora