Capítulo 12: No es una cita

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Capítulo 12: No es una cita

Kaname jugaba con sus dedos sobre la mesa mientras a una distancia prudente observaba a Zero en compañía de una chica. Era la noche de titulación y después de una hermosa ceremonia habían ido en grupo a la fiesta que le habían hecho, Yuki había estado tan emocionada que no quería volver a su casa para cambiarse el uniforme, así que se cambió en la casa de los gemelos cuando los llevaron a cambiarse.Pero al llegar parecía que a nadie le importaba su presencia e incluso Zero estaba con una chica que no lo soltaba.

Su hermana estaba bailando en medio de la pista con Aidou que había llegado después de su trabajo de medio tiempo, mientras Kain le hacía compañía a Wakaba que hacía poco se había torcido la pierna.

—¿Te diviertes? —Preguntó Ichiru sentándose a su lado ofreciéndole un vaso de jugo— Por tu cara veo que tienes un millón de cosas mejor que hacer

—Sólo quiero que asegurarme que estarán bien —Kaname aceptó el vaso y desvió la mirada de la pista de baile a su nuevo acompañante— Sólo me siento algo anciano entre tantos adolescentes

—En teoría la mayoría ya somos adultos —Señaló divertido Ichiru— ¿No será porque estás solo en una mesa? Así o son divertidas estas cosas

—¿Qué hay de ti? —Kaname alzó una ceja en su dirección

—Quiero ver como te aburres —Ichiru se burló antes de levantarse y cogió el brazo del castaño— Ven, vamos a divertirnos

—No creo que... —inconscientemente Kaname miró hacía Zero quién parecía ver que sucedía

—Tranquilo, no es una cita —Luego se acercó hasta el oído de Kaname— Y lo de ellos tampoco, pero solo así tendrá un motivo para salir de ahí

—¿Crees que lo irrite? —Preguntó el castaño al ver como Zero apretaba sus labios

—Estoy seguro —Kaname se levantó tomándolo de la cintura y caminando hasta la pista se reía al ver como algunos volteaban a verlos

—Ichiru —La profunda voz de Zero los alertó y ambos giraron a verlo— Espero te estes divirtiendo

—Bastante —Coincidió el gemelo antes de guiñar un ojo— Solo será un baile y te lo devuelvo, claro a menos que vuelvas a estar ocupado

—No pasará —Afirmó Zero antes de alejarse y observarlos desde la mesa en donde Kaname había estado.

Aquel fue el baile más lento y rápido que jamás había disfrutado Kaname, incluso con la extraña relación entre dichas ideas, entre el murmullo de todos esos adolescentes, la sutiles amenazas de Ichiru para que no hiriera a su hermano y la calculadora mirada que iba con una clara promesa de venganza por parte del delincuente en la mesa.  

Del Odio al Amor hay quince pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora