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Al día siguiente después de clases, Verena y Sonic habían ido a comprar lo necesario para preparar la cena, Sonic no estaba para nada animado debido a lo sucedido a la noche anterior, aún surgían dudas en su cabeza. Se lo había contado todo a Verena y ella trataba de mantener ocupada la mente de su amigo.


Durante la preparación de la cena, Verena había puesto música y bailaba mientras cantaba, eso hacia divertir a Sonic, algo que amaba de ella era que era muy espontánea y busca la forma de hacer feliz a la gente.


– Había estado pensando en algo. – Mencionó el azulado mientras lavaba los trates que utilizaron para cocinar – Deberías meterte a alguna clase de baile o de canto, ambas cosas las haces muy bien. – Sonrió.

– Ah... ¿Qué? – Dejó de preparar la mesa mirándolo sorprendida – ¿Crees que debería hacerlo? No podría hacerlo con miles de ojos mirándome...

– Vamos, tú puedes hacerlo ¿Por qué no lo intentas?

– Lo pensaré...


El timbre sonó, ambos se apresuraron en acomodar lo último y Sonic fue de inmediato a abrir la puerta para recibir a su padre, un erizo color azul fuerte y de ojos verdes. Ambos se saludaron sin tanto ánimo y el padre procedió a pasar mirando el departamento.


– Que lindo lugar, es muy acogedor. – Mencionó con tranquilidad mientras dejaba su maletín en el pequeño sofá para dos.

– Gracias, papá. – Respondió en seco dejando un momento de silencio entre los dos hasta que salió la eriza blanca dirigiéndose hacia ellos.

– Señorita Relish. – Le sonrió de forma amistosa acercándose a ella – Es un gusto volverte a ver, cada vez más hermosa. – Tomó la mano de ella y le dio un pequeño beso en su fina mano.

– Gracias, señor. – Sonrió con tranquilidad.


Procedieron a la cena, la mesa era redonda y un poco pequeña, Sonic y su padre estaban sentados al extremo de la mesa quedando se frente y Verena estaba en medio un tanto incómoda por el silencio que había, sentía aquella tensión entre ambos erizos.


– ¿Qué tal los negocios? – Dijo después de beber de su refresco y dejar el vaso nuevamente en la mesa.

– Va todo excelente. – Sonrió volteando a verla y al mismo tiempo a su hijo – En unos días, me reuniré con otro jefe de las mejores empresas en el mundo para formar una alianza y ambos tener un porcentaje de las ganancias.

– Oh, suena muy bien, ¿Verdad, Sonic? – Lo miró para tratar de alguna manera calmar las cosas entre ambos. El azulado la miró y  luego miró a su padre dando un gran suspiro.

– ...Si – sonrió desganado –, excelente... – Dijo casi susurrando y volviendo a mirar su plato para seguir comiendo.

– ¿Sucede algo, Sonic? – Dejó sus cubiertos en la mesa mirando a su hijo, cuestionaba de forma tranquila, pero a la vez algo molesto por la actitud que su hijo estaba tomando.

– No, ¿Debería de pasar algo? – Respondió un poco agresivo volviendo a mirarlo, la eriza blanca tan solo miraba hacia el frente pensando en cómo evitar tal caos.

– He tratado de comunicarme contigo y solo recibo un "Luego le llama" ¿Cuándo va a pasar? Parece que nunca.

– Desde que recuerdo, nunca has estado conmigo como un verdadero padre. – Lo miraba de forma desafiante – ¡Tuvo que pasarme algo peor para que así pudiera tener tu atención como padre!

– Sonic... – Llamó la eriza blanca.

– Nunca te ha faltado absolutamente nada. – Respondió con la voz firme sin dejar de ver a su hijo.

– ¡Hay postre! ¿Alguien quiere? – Sonrió nerviosa levantándose de su lugar callando a ambos erizos que solo se miraban de forma retadora – Ven, Sonic. Ayúdame con los platos. – Tomó al azulado del brazo llevándolo hacia la cocina y al entrar lo soltó para verlo – ¿Qué es lo que haces? – Cuestionó un poco molesta, pero estaba más que nada preocupada.

– Si, lo sé... Lo sé. – Suspiró frotándose la cara – Aún tengo algo de rencor... Amm... Ahora mismo me disculparé, ¿Si?

– De acuerdo. – Sonrió y sacó pequeños platos para servir el postre que había preparado. El azulado la ayudaba a poner la porción en los platos – No estaría mal que le mencionaras acerca de Shadow.

– A ti sí que te encanta complicarme la vida.


Ambos rieron y salieron de la cocina, pero al dirigirse a la mesa, vieron a su padre levantado en la sala hablando por teléfono y no se le notaba muy feliz. Dejaron los platos en la mesa y se dispusieron a sentarse nuevamente en sus respectivos asientos y hablaron un poco entre ellos hasta que el erizo mayor se acercó con ellos guardando el celular.


– Lo lamento, pero debo irme. – Dijo mirando a ambos, el azulado tan solo suspiró desviando su mirada de forma molesto – Surgió algo en la oficina y debo ir. Podemos pasar esta cena para otra noche, podemos ir a un restaurante y yo pago por los tres.

– ¿Lo ves? – Lo miró con los brazos cruzados – A esto me refería, ¡Siempre haces esto!

– Hey, Sonic, cálmate. – Quiso colocar su mano en el hombro del azulado, pero este se alejó de forma agresiva – Hijo...

– ¡Estoy cansado de esto! ¡Por eso mi mamá se divorció de ti! – Gritaba molesto – ¡Y cuando murió no te importó!

– Señor, le voy a pedir que se vaya... – Pidió la eriza blanca de la forma más tranquila y preocupada, sabía bien que ambos terminarían peor de lo que ya estaban – Por favor. – El mayor tan solo suspiró asintiendo suavemente con la cabeza y tomó su maletín.

– No tienes idea de cómo fue para mí perder a tu madre... – Dijo casi en susurró y procedió a salir del departamento.


Después de haber recogido todo de la cena y lavar los platos, ambos erizos estaban en el sofá. Verena estaba un poco recostada y Sonic tenía su cabeza recostada en el pecho de su mejor amiga, tenía su cuerpo totalmente recostado y Verena acariciaba las púas azules con suavidad. Él se sentía triste y a la vez molesto. 

Soy parte de ti ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora