T R E I N T A Y D O S

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Era Quirrell.

"¡Usted!" exclamó Draco, Harry seguía perplejo
.
Quirrell sonrió. Su rostro no tenía ni sombra del tic.

"Yo" dijo con calma "me preguntaba si me iba a encontrar contigo aquí,
Potter, pero no contigo, señor Marfoy"

"Pero yo pensé… Snape…"

"¿Severus?" Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda "Sí, Severus parecía ser el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell?"

Harry no podía aceptarlo. Aquello no podía ser verdad, no podía ser.

"¡Pero Snape trató de matarme!"

"No, no, no. Yo traté de matarte. Tu amiga, la señorita Granger, accidentalmente
me atropelló cuando corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de quidditch. Y
rompió el contacto visual que yo tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho
caer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, tratando de salvarte."

"Dios mio"

"¿Snape trataba de salvarme a mí?"

"Por supuesto" dijo fríamente Quirrell "¿Por qué crees que quiso ser árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo
otra vez. Gracioso, en realidad… no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba de
impedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular… Y qué pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a matarte esta noche."
Quirrell chasqueó los dedos. Unas sogas cayeron del aire y se enroscaron en el
cuerpo de Harry y Draco, separando los al instante y , sujetándolos con fuerza.

"Harry!"

"Eres demasiado molesto para vivir, Potter. Deslizándote por el colegio, como en Halloween, porque me descubriste cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la
Piedra."

"¿Usted fue el que dejó entrar al trol?"

"Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos. ¿No viste lo que le hice al
que estaba en la otra habitación? Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo
por ahí para buscarte, Snape, que ya sospechaba de mí, fue directamente al tercer piso
para ganarme de mano, y no sólo hizo que mi monstruo no pudiera matarte, sino que
ese perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera en que debería
haberlo hecho…" Hizo una pausa "Ahora, esperen tranquilos. Necesito examinar este interesante espejo."
De pronto, Harry y Draco vieron lo que estaba detrás de Quirrell. Era el espejo de Oesed.

"Este espejo es la llave para poder encontrar la Piedra" murmuró Quirrell, dando golpecitos alrededor del marco "Era de esperar que Dumbledore hiciera algo así… pero él está en Londres… Cuando pueda volver, yo ya estaré muy lejos."

Lo único que se le ocurrió a Harry fue tratar de que Quirrell siguiera hablando y
dejara de concentrarse en el espejo, y Draco solo le seguía la corriente, no quería que le pasara nada.

"Los vimos a usted y a Snape en el bosque…" dijo de golpe.

"Sí" dijo Quirrell, sin darle importancia, paseando alrededor del espejo para
ver la parte posterior "Me estaba siguiendo, tratando de averiguar hasta dónde
había llegado. Siempre había sospechado de mí. Trató de asustarme… Como si pudiera, cuando yo tengo a lord Voldemort de mi lado…"

Quirrell salió de detrás del espejo y se miró en él con enfado.

"Veo la Piedra… se la presento a mi maestro… pero ¿dónde está?"

Harry y Draco lucharon con las sogas que los ataban, pero no se aflojaron. Tenían que evitar que Quirrell centrara toda su atención en el espejo.

"Pero Snape siempre pareció odiarme mucho."

"Oh, sí" dijo Quirrell, con aire casual" claro que sí. Estaba en Hogwarts con
tu padre, ¿no lo sabías? Se detestaban. Pero nunca quiso que estuvieras muerto."

"Pero hace unos días yo lo oí a usted, llorando… Pensé que Snape lo estaba amenazando…"

Por primera vez, un espasmo de miedo cruzó el rostro de Quirrell.

"Algunas veces" dijo "me resulta difícil seguir las instrucciones de mi maestro… Él es un gran mago y yo soy débil…"

"¿Quiere decir que él estaba en el aula con usted?" preguntó Draco.

"Él está conmigo donde quiera  que vaya" dijo con calma Quirrell "Lo conocí
cuando viajaba por el mundo. Yo era un joven tonto, lleno de ridículas ideas sobre el
mal y el bien. Lord Voldemort me demostró lo equivocado que estaba. No hay ni mal
ni bien, sólo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo… Desde entonces
le he servido fielmente, aunque muchas veces le he fallado. Tuvo que ser muy severo conmigo. "Quirrell se estremeció súbitamente "No perdona fácilmente los errores, Cuando fracasé en robar esa Piedra de Gringotts, se disgustó mucho. Me castigó…
decidió que tenía que vigilarme muy de cerca…"

La voz de Quirrell se apagó. Harry recordó su viaje al callejón Diagon… ¿Cómo
había podido ser tan estúpido? Había visto a Quirrell aquel mismo día y se habían
estrechado las manos en el Caldero Chorreante.
Quirrell maldijo entre dientes.

"No comprendo… ¿La Piedra está dentro del espejo? ¿Tengo que romperlo?"
La mente de Harry funcionaba a toda máquina.
«Lo que más deseo en el mundo en este momento —pensó— es encontrar la Piedra antes de que lo haga Quirrell. Entonces, si miro en el espejo, podría verme
encontrándola… ¡Lo que quiere decir que veré dónde está escondida! Pero ¿cómo
puedo mirar sin que Quirrell se dé cuenta de lo que quiero hacer?

Trató de torcerse hacia la izquierda, para ponerse frente al espejo sin que Quirrell
lo notara, pero las sogas que tenía alrededor de los tobillos estaban tan tensas que lo hicieron caer.

"Harry! Que haces?" dijo Draco tratando de soltarse

"tengo una idea"

Quirrell no le prestó atención. Seguía hablando para sí mismo.

"¿Qué hace este espejo? ¿Cómo funciona? ¡Ayúdame, Maestro!"
Y, para el horror de Harry y Draco, una voz le respondió, una voz que parecía salir del
mismo Quirrell.

"Utiliza al muchacho… Utiliza al muchacho…"

Quirrell se volvió hacia Harry.

"no te acerques a él!"

"Sí… Potter… ven aquí." dijo ignorando al rubio, que luchaba por liberarse.

Hizo sonar las manos una vez y las sogas cayeron. Harry se puso lentamente de
pie.

"Ven aquí" repitió Quirrel "Mira en el espejo y dime lo que ves."

Harry se aproximó.
«Tengo que mentir —pensó, desesperado—, tengo que mirar y mentir sobre lo
que veo, eso es todo.»

Quirrell se le acercó por detrás. Harry respiró el extraño olor que parecía salir del turbante de Quirrell. Cerró los ojos, se detuvo frente al espejo y los volvió a abrir.
Se vio reflejado, muy pálido y con cara de asustado. Pero un momento más tarde, su reflejo le Sonrió. Escuchaba por detrás de él a Draco tratando de soltarse.

Puso la mano en el bolsillo y sacó una piedra de color sangre. Le guiñó un ojo y volvió a guardar la Piedra en el bolsillo y, cuando lo hacía, Harry sintió que algo pesado caía en su bolsillo real. De alguna manera (era algo increíble) había conseguido la Piedra.

"¿Bien?" dijo Quirrell con impaciencia "¿Qué es lo que ves?"

Harry, haciendo de tripas corazón, contestó:

"Me veo con Dumbledore, estrechándonos las manos" inventó "Yo… he
ganado la Copa de las Casas para Gryffindor."

Volvió a escuchar a Draco, pero esta ves se detuvo, dejó de tratar de soltarse, entendió que hacía Harry, mentía.

Quirrell maldijo otra vez.

"Quítate de ahí" dijo. Cuando Harry se hizo a un lado, sintió la Piedra Filosofal
contra su pierna. ¿Se atrevería a escapar?

°Una Historia Distinta° /Editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora