E P I L O G O

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Bueno, después de todo, el año acabó bien, habló con Draco, y luego de que el se fuera, entró Hagrid, llorando.

"¡Todo... fue... por mi maldita culpa!" gimió, con la cara entre las manos "Yo le dije al malvado cómo pasar ante Fluffy. ¡Se lo dije! ¡Podías haber muerto! ¡Todo por un huevo de dragón! ¡Nunca volveré a beber! ¡Deberían echarme y obligarme a vivir como un muggle!"

"¡Hagrid!" dijo Harry, impresionado al ver la pena y el remordimiento de Hagrid, y las lágrimas que mojaban su barba "Hagrid, lo habría descubierto igual, estamos hablando de Voldemort, lo habría sabido igual aunque no le dijeras nada"

"¡Podrías haber muerto!" sollozó Hagrid "¡Y no digas ese nombre!"

"¡VOLDEMORT!" gritó Harry, y Hagrid se impresionó tanto que dejó de llorar "Me encontré con él y lo llamo por su nombre. Por favor, alégrate, Hagrid, salvamos la
Piedra, ya no está, no la podrá usar. Toma una rana de chocolate, tengo muchísimas..."

Hagrid se secó la nariz con el dorso de la mano y dijo:

"Eso me hace recordar... Te he traído un regalo."

"No será un bocadillo de comadreja, ¿verdad?" dijo preocupado Harry, y
finalmente Hagrid se rió.

"No. Dumbledore me dio libre el día de ayer para hacerlo. Por supuesto tendría
que haberme echado... Bueno, aquí tienes..."

Parecía un libro con una hermosa cubierta de cuero. Harry lo abrió con
curiosidad... Estaba lleno de fotos mágicas. Sonriéndole y saludándolo desde cada
página, estaban su madre y su padre...

"Envié lechuzas a todos los compañeros de colegio de tus padres, pidiéndoles fotos... Sabía que tú no tenías... ¿Te gusta?"

Harry no podía hablar, pero Hagrid entendió.

Harry bajó solo a la fiesta de fin de curso de aquella noche.

Lo había ayudado a levantarse la señora Pomfrey, insistiendo en examinarlo una vez más, así que, cuando llegó, el Gran Comedor ya estaba lleno.

Estaba decorado con los colores de Slytherin,
verde y plata, para celebrar el triunfo de aquella casa al ganar la copa durante siete años seguidos.

Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la mesa de los profesores, mostraba la serpiente de Slytherin.

Cuando Harry entró se produjo un súbito murmullo y todos comenzaron a hablar al mismo tiempo. Se deslizó en una silla, entre Ron y Hermione, en la mesa de Gryffindor, frente suyo estaba Draco, sonriendole amistoso, le devolvió la sonrisa y trató de hacer caso omiso del hecho de que todos se ponían de pie para mirarlo.

Por suerte, Dumbledore llegó unos momentos después. Las conversaciones
cesaron.

"¡Otro año se va!" dijo alegremente Dumbledore" Y voy a fastidiaros con la
charla de un viejo, antes de que podáis empezar con los deliciosos manjares. ¡Qué
año hemos tenido! Esperamos que vuestras cabezas estén un poquito más llenas que
cuando llegasteis... Ahora tenéis todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año... Bien, tengo entendido que hay que entregar la Copa de las Casas y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con
trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos;
Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.

Una tormenta de vivas y aplausos estalló en la mesa de Slytherin. Harry pudo ver
a Connor Malfoy golpeando la mesa con su copa. Era una visión repugnante.

"Sí, sí, bien hecho, Slytherin" dijo Dumbledore "Sin embargo, los
acontecimientos recientes deben ser tenidos en cuenta"

Todos se quedaron inmóviles. Las sonrisas de los Slytherin se apagaron un poco.

°Una Historia Distinta° /Editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora