Capitulo 1

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-¡Pero que mierda hicieron mocosos! ¡Hey!.- Tatsumi y compañia salieron rápidamente de aquel lugar.- ¡A donde creen que van!

-¡Lo sentimos mucho de verdad!.- Dijo el castaño a gritos mientras se alejaba con cada paso.- Te dije que no era buena idea

-Si tienes tiempo para quejarte, entonces tendrás tiempo para correr mas.- Dijo el acompañante del castaño. A lo que la persona que les perseguía les volvió a gritar "¡Me las pagarán malditos mocosos!".

Ambos chicos siguieron corriendo mientras una persona toda furiosa las seguirá desde atrás. La escena era graciosa de ver ya que, ambos chicos, llevaban consigo unas cuantas verduras. ¿Es extraño? Si, y más aún al permanecer en un lugar cubierto de nieve, un lugar que por supuesto: el cultivo de verduras no podía ser posible...., al menos que tuvieras contacto con la gente de afuera del pueblo.

La nieve hizo eco entre cada pisada que hacían los chicos. Tatsumi, que traía consigo un gran ramo de verduras: como lo son zanahorias, lechugas, y unas que otras cosas de color verde "tal vez era la raíz..." pensó el castaño al recibir por primera vez la canasta de verduras. El chico ya estaba cansandose por el largo recorrido que tenía que hacer hasta llegar a su aldea y ni se diga de aquella gran elevación de nieve que debían de subir para desaparecer de la vista del dueño de las verduras.

"Tirarlas al otro lado, subiré y te ayudaré" dijo el acompañante de Tatsumi. Tal y como lo dijo, así fue lo que ambos hicieron, con un último aliento, Tatsumi arrojó el resto de verduras al otro lado del camino; el primero en subir fue su amigo para posteriormente, este mismo, ayudar a Tatsumi a subir. El lugar estaba cubierto de nieve, lo que le hacía aún más difícil escalar aquella elevación.

Ambos chicos ya estaban en la cima de aquella elevación de terreno. Gracias a esto pudieron escapar de la vista de su perseguidor que traía consigo un asa. Tatsumi suspiro una vez que vio a su perseguidor irse de largo.

-Jamas vuelvo a hacer esto...- dijo Tatsumi entre jadeos. El castaño no podía ser más sincero.- No se cómo me convenciste para hacer esto.

-Relájate quieres.- Tatsumi escucho a su amigo: el chico aún seguía recostado mirando por dónde se había ido la persona con la asa.- Además, recuerda que estos son suministros para nuestro viaje. O acaso quieres morirte de hambre...

-No, y tampoco quiero darte la razón pero no hay de otra.- Tatsumi respondió, a lo que su amigo solo se vasto con sonreírle y seguirle la mirada.

-¿Que te pasa...? Acaso hay alguien detrás.

-No, es solo qué...- Su acompañante guardo silencio: Tatsumi estaba actuando muy raro desde esta mañana. Solo se levantó y en vez de saludar a todo el pueblo con entusiasmo..., el castaño solo se mantuvo en la cama sudando a mares.- Es raro ver una flor de diente de dragón acá ¿No crees?

-¿De que carajos estás hablando...?.- Su acompañante si que estaba alucinando ahora. ¿Una flor de diente de dragon? ¿Aquí?.- Bien sabes que esas flores solo crecen en las montañas. La fiebre si que te está afectando... ¡Oh mierda! Levanta tu culo y vamonos que ya se dió cuenta...

Tatsumi palidecío y miro por dónde su compañero había estado vigilando. Tenía razón. Aquel sujeto con su asa; los miro por fin y salió una vez más desparramando nieve con cada paso que daba, iba a por ellos y no en palabras pacíficas.

Los minutos pasaron y ambos chicos por fin habían llegado a su aldea. Pero había algo que no cuadraba... ¿Quienes eran estas personas? Tanto Tatsumi como leyasu, bajaron la cabeza al ver qué esos sujetos llevaban armas: unas personas yacian sentadas en fogatas hechas por ellos, otros, solamente se limitaron por rodear la aldea, esperando tal vez que nadie escapara del perímetro...

¿Me recuerdas...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora