Intento de escritura a continuacion. Orig. {20200521} Edit. {20200702}
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Pov Beomgyu.
De las pocas veces que podía compartir tiempo con mí madre o alguna de sus compañeras de trabajo, siempre me recordaba la misma historia, su favorita era cuando tenía unos dos años aproximadamente, en Daegu, vivíamos una pequeña casa con solo tres habitaciones, contando con el baño. Mí madre tenía 20 años y se estreso mucho en cuánto volvió a retomar sus estudios en la facultad de medicina, sin contar que aparte de estudiar, trabajaba en la noche en un bar a las afueras de la ciudad para costear sus estudios.
Ella se sumergía en sus pensamientos mientras que yo trataba de dar mis primeros pasos, porque sí, a mí me tomó más aprender a caminar, la acera de nuestra casa tenía relieve y hacía que perdiera el equilibrio fácilmente, me provocaba raspones, moretones pero nunca llegaba a más. Según ella, yo fui quien la impulso a seguir hasta graduarse.
Ella quería cuidarme hasta cuánto su vida terrestre se los permitiera.
Sus suaves manos se paseaban por mi rostro, sus ojos oscuros se movían en conjunto a sus dedos, no dudo en tocar mí herida abierta cerca de mi pómulo derecho, a lo cual me retire al instante en un quejido.
- Cuando me llamaste decirme que vendrían a verme, no pensé que estuvieras lastimado.- Bromeó la mujer frente a mí- Hubiera preferido desinfectar un raspón-.
La noche anterior había preparado suficiente comida para venir en la hora del almuerzo con la excusa de verla, porque aún sentía que mí refugio es ella. Estofado de tofu con un acompañamiento de arroz y verduras salteadas, cerdo también ternera junto a dos latas de Coca-cola light estaban sobre la mesa. La cafetería del hospital normalmente se encontraba con pocas personas, que no sean sus empleados, algunos del personal médico no se daban el lujo de comer calmados. El parking se encontraba lleno, los pasillos por igual, los cuartos estallaban, el estrés y demas emociones se cargaban en el lugar.
Para el puesto de mi progenitora, solo era una enfermera que se encargaba de cosas pequeñas sin tener una categoría de alto riesgo, pero ella se sentía felíz. El uniforme que llevaba puesto era azul marino de botones y lo más llamativo, la identificación que colgaba desde su bolsillo en su lado izquierdo; Shin Su-ran.
- Dile a SooBin que la próxima tenga más cuidado, podría ser tú brazo la siguente-. Mencionó sujestivamente. Desde el botiquín que estaba sobre sus piernas saco un paquete de color blanco, el cual rasgo en su extremo para sacar gasas. Empapo el cuadro de tela con peróxidano y lo paso sobre mi herida, me removí con molestia.
