-Nicky, bebé despierta.
-Deja dormir, amor- ni idea de cuánto llevo dormido, pero el ligero meneo que provoca Eliza con su mano en mi hombro consiguió despertarme.
-Llevas casi dos horas y media dormido, si sigues así en la noche no dormirás y te comportara como un puto zombie mañana- puto el sillón yo quiero dormir, aunque tiene razón, mañana tengo que dar clases y hay examen, si me comporto como un zombie en clase los mocosos tendrán la oportunidad de hacer trampa- además, me prometiste que jugaríamos cartas.
-No entiendo porque insistes en jugar si siempre te gano- me siento en el sillón y veo el libro favorito de Eli a un lado suyo, seguro leyó mientras dormía.
-Si dejamos de jugar porque siempre pierdo nunca te podre ganar.
-¿Y eso qué tiene de malo? -rodar los ojos fue su respuesta. Se levanta del sillón y va al mueble de la televisión, donde a los lados hay estantes en los que reposan libros, plantas plásticas decorativas porque somos lo suficientemente descuidados como para dejarlas morir, juegos de mesa y nuestra querida baraja inglesa -¿Quieres jugar aquí o en el comedor?- le pregunté.
-En el comedor, es más sencillo -me levanto del sillón en dirección al comedor tomando la baraja que me entrega, ella se sienta frente a mí y comienzo a barajar.
Una vez he terminado de barajar reparto siete cartas a cada uno y coloco el resto en la mesa.
-Amor, llevamos tres rondas y aún no estas ni cerca de ganar ¿Qué te parece si preparamos la cena, comemos y luego te sigo aplastando en el juego? -por su expresión al decir lo último, suelto una carcajada que ella responde diciéndome que se alegra de que no sea comediante, ya que moriría de hambre, y claro sacándome la lengua lo cual imito de la misma forma juguetona.
Nos levantamos y comenzamos a preparar la cena, entre un par de besos, amenazas por parte suya diciendo que si coloco aunque sea una sola hoja de la "asquerosa" espinaca en el pescado me mataría. No entiendo su problema con la espinaca, se toma unos batidos de un muy oscuro verde por toda la mata que le echa, pero échale una hoja de espinaca al batido ese a ver si sales ileso. Terminamos de cocinar y nos sentamos a continuar con el juego y comer.
El reloj marca que faltan veinte para las diez, al ganar esta última partida lavamos los trastes y nos arreglamos para ir a dormir. En la cama, tapados por las sabanas, con su cabeza sobre mi pecho mientras la abrazo se ve como un buen momento para darle mi opinión sobre nuestra vida sexual.
-Eli, ¿estás dormida?
-Sí- que lindo, ahora habla dormida.
-Bueno, ya que estas dormida le contaré al techo mi opinión sobre tu propuesta del viernes- mueve la cabeza para verme a la cara mientras hablo- ¿Qué no estabas dormida?-reí un poco.
-Resulta que soy sonámbula- dijo a modo de chiste apoyando su mentón en mi pecho y así tener un mejor ángulo para verme.
-Claro -alargo la palabra al decirlo -¿Sí te interesa saber o sigo hablando con el techo?- aunque estoy algo nervioso la sonrisa burlona no sale de mis labios.
-Ya, cuéntame -creo que ella ya sabe la respuesta, solo que espera mi confirmación de forma verbal para estar segura de no equivocarse, suelto un suspiro y luego lo que tengo pensado decirle -acepto tu propuesta fetichista -la sonrisa no cabe en su rostro, diciendo un par de gracias me abraza y me besa las mejillas y labios -ahora que acepté, ¿Qué sigue? -porque claro, eso es un punto importante, puedo aceptar y simplemente hacerme el loco olvidando por completo el tema.
-Escoger un día para ir a una sexshop y comprar un par de cosas, en especial la crema que te colocaré cuando terminemos -eso suena a que voy a terminar con el culo muy adolorido -después, podemos fijar qué día lo haremos.
Bien, no suena como algo drástico, me parece bien -¿Qué día sales temprano esta semana? -no es que tenga prisa en hacerlo, pero se ve emocionada por que lo intentemos.
-El miércoles tengo cita con la señora Harris, con ella siempre terminamos rápido y es mi único paciente ese día, ¿te parece bien? -la señora Harris, una vez la vi cuando fui al trabajo de Eli, no es una mujer para nada encantadora.
-Sí, no hay problema ¿entonces el miércoles iremos a la sexshop?
-Sí, oye -dice de forma un poco más cautelosa esa última palabra.
-Dime.
-Quería saber si, ya que aceptaste... si no quieres no hay problema, pero ¿Te gustaría que compráramos algunas cosas extra? -mi cara de confusión le dio a entender que no sé a que se refería con cosas extra -ya sabes -no, no sé, si supiera no traería cara de ignorante -me refiero a paletas de madero o cuero y ese tipo de cosas -ah, con que a eso se refiere, estoy seguro de que si digo que sí mi culo no me lo agradecerá -no tenemos que usarlos de una vez, de hecho no creo que podrías soportar alguna de esas cosas sino hasta ya luego de un par de veces- no sé si está tratando de que mi orgullo acepte por el último comentario o se está preocupando de no querer lastimarme con esas cosas.
Acepté que las compráramos, con la condición de que estuvieran guardadas en una caja en la esquina más remota de su armario hasta que yo lo diga. Sonriente besa mis labios y yo la abrazo contra mí por la cintura para quedar dormidos y al día siguiente lidiar con los monstruos llamados adolescentes que tienen examen mañana.
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Mi novia y sus fetiches
AcakNick y Eliza son una pareja como cualquier otra, tres años de noviazgo y Eliza decide que es momento de que su novio conozca un pequeño secreto fetichista que para él, estaba oculto, hasta ahora. Esta historia contiene spanking en su mayoría junto c...