Extra del capítulo nueve

5K 72 1
                                    

Los gemelos Elsen

¿Recuerdan aquella noche en la que Nick y Eliza conocen a Rita? ¿Recuerdan a la niñera encerrada en el baño?
Aquí les dejo qué fue lo que ocurrió en casa de Stinne y cómo sus diablillos lograron su cometido.

El timbre suena y aún colocándose su cadena de oro favorita fue a abrirla.

-Hola, señora Elsen. Soy Tiffany -dijo la joven sonriente de diecisiete años. Stinne le dio una rápida mirada analizándola; vestía de forma apropiada, timbre de voz agradable al oído, a simple vista sin maquillaje, por lo visto segura de si misma. Se veía como alguien capaz de cuidar a sus pequeños demonios.

-Hola, Tiffany. Pasa, los niños están dormidos arriba -una vez dentro de la casa Stinne cerró la puerta, dándose la vuelta para ver de frente a la chica que consigo llevaba una mochila apoyada en uno de sus hombros -no deberían darte problemas -comenzó a caminar subiendo las escaleras siendo seguida por Tiffany -pero en caso de que despierten solo dales un vaso de leche y llévalos a la cama, si te dicen que tienen hambre -tomó de la mesa que adornaba el pasillo del segundo piso su pequeña bolsa para colocarla a través de su cuerpo, dándose nuevamente la vuelta -dales alguna fruta de las que hay en la cocina, no chocolate, ni comida chatarra, ni galletas y los jugos son para la escuela por lo que tampoco pueden tomarlos -comenzó a bajar nuevamente y una vez en el primer piso siguió hablando -siéntete libre de tomar cualquier cosa de la nevera a excepción del pastel y el alcohol. ¿Alguna pregunta?

La joven le otorgó una sonrisa que solo demostraba seguridad y confianza -sus pequeños están en buenas manos señora Elsen. Vaya y disfrute.

-Bien, no sé a qué hora vuelvo pero seguramente será tarde.

-Ya le dije, no se preocupe por nada.

Stinne salió de casa subiendo a su auto en camino a recoger a su amiga y su esposo.

Inmediatamente la puerta de madera fue cerrada, Tiffany perdió su bien practicada sonrisa y se dirigió a pasear por el lugar en busca de la cocina y la sala. Una vez ubicada en el lugar se acostó en uno de los sillones de la sala mientras comía un tazón de palomitas con la televisión encendida y su mejor amiga al teléfono.

Mientras tanto, Emil y Karen se asomaban por una esquina viendo a detalle cada movimiento de su ilusa presa. Será una noche divertida.

...Al menos para ellos.

-¿En serio él es quién te... -dejó la pregunta que le hacía a su amiga para fijarse en el par de niños idénticos que se encontraban justo frente a sus ojos -te llamo en un minuto.

El par de pequeños, parados uno junto al otro inclinado sus cabezas ligeramente de manera que se señalan mutuamente, era una imagen jodidamente tierna de no ser por las extrañas sonrisas y sus ojos inecesariamante más abiertos de lo normal.

A pesar de encontrárselo extraño simplemente decidió ignorarlo, levantándose del sillón colocando su celular en el bolsillo de su pantalón y agachándose a la altura de los niños apoyando sus manos en sus rodillas.

-Hola, mi nombre es Tiffany -dijo con una sonrisa incluso más amplia que la de los gemelos -¿Qué les párese si les doy un vaso de leche y vuelven a la cama?

-Hvad synes du? [¿Qué opinas?] -dijo Emil aún manteniendo la sonrisa mientras rotó su cabeza al otro lado confundiendo a la niñera. La cual en lo único que podía pensar era en: ¿Qué diablos dijo? ¿Este niño sabe invocar al diablo?

-Jeg kan ikke lide hend, hun har et fjollet ansigt. [No me agrada, tiene cara de tonta.] -respondió a su copia la niña de la misma manera en la que lo hizo su hermano; amplia sonrisa, mirada penetrante, manos tras la espalda y rotando su cabeza al otro lado.

Mi novia y sus fetiches Donde viven las historias. Descúbrelo ahora