cuatro

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El atardecer había llegado, y como cada día, Sasuke se dispuso a tomar notas. Una ridícula rutina que había adquirido apenas semanas antes. Escribía lo relevante, cada suceso y detalle del mismo, movimientos del hibrido, el clima, no había una sola cosa que se le escapara a su bolígrafo. Y no obstante, seguía en el mismo punto de partida. Entre más creía conocer de Naruto, mas se daba cuenta de la verdad…no era así

No lo conocía, ni un poco. Las costumbres del raro hibrido variaban según su aspecto corpóreo. En su fase intermedia, el comportamiento de Naruto era lo más cercano a la realidad que él había podido si quiera concebir antes. Era astuto, enérgico, intuitivo, desinhibido. Sin embargo, estos conceptos no se presentaban cuando la forma física de Naruto adoptaba por completo la de un zorro rojo. Empero, nunca lo había visto adquirir dicha forma en su totalidad, por más curiosidad y morbo que pudiera tener para querer presenciar la transformación, el sueño terminaba venciéndolo siempre, los parpados le pesaban y antes de que pudiera llegar a la cúspide de la espera, todo se tornaba borroso, oscuro, y entonces, tras varias horas de sueño, despertaba. Se espabilaba solamente para maldecir su poca resistencia nocturna y se lamentaba aun mas al reparar en el mamífero que reemplazaba a su bello hibrido

Sasuke solía preguntarse durante las noches si Naruto en algún momento había sido íntegramente humano, o en su defecto, totalmente animal. ¿Cuál era el fallo?, ¿Cuál variable pasaba por alto?

Con el paso de los días la ansiedad se convertía en desesperación, y la incertidumbre en capricho. Su mente no podía estar más envenenada a causa de la mortífera confusión que le acaecía Naruto, el gusto e interés por el hibrido estaba traspasando lentamente las barreras de lo permitido, Sasuke lo sabía y lo más irónico del asunto era que, no hacía nada por evitarlo

Se dejaba arrastrar de lleno por su mórbida fantasía, orillado a los extremos de la línea hacia lo desconocido, y quería traspasarla, anhelaba saber que secretos ocultaba un ser tan malditamente bello

Naruto era su actual nexo entre la realidad y la utopía. Podía observarlo horas enteras sin perder detalle alguno de sus movimientos, de sus acciones y su atrayente mirada celeste

Lo contemplaba al amanecer y seguía haciéndolo cuando el sol se ocultaba. Recopilaba datos y estos no le decían nada en lo absoluto, al igual que Naruto, quizá un poco más

Naruto desconocía su apellido, su edad, ignoraba todo lo que estuviera relacionado con la vida urbana. Y Sasuke no estaba seguro de si se trataba de algún engaño del astuto zorro o si realmente no tenía nada para decirle. Cualquiera que fuera el caso, era menester solucionarlo pronto. Últimamente se había estado enfocando mucho mas en Naruto que en sus propios escritos, y no que le importara. Su seguridad en torno al tiempo extra que le darían cuando la novela estuviera terminada fue tal que ni siquiera se tomó la molestia de comunicarse, ni con su "jefe" ni mucho menos con Suigetsu

No, si su cordura aun permanecía intacta, puede que aquel simple error, un sencillo acto de caridad derivara en un enorme descubrimiento de gran importancia. Un hibrido, otra raza desconocida, un ser ligado a la mitología, exceptuando el hecho de que Naruto si era real. Se cuestionaba a diario sobre ello, siempre difería en sus propias conclusiones, aquello que lo llevaba a aceptar la existencia del hibrido, lo hacía vacilar al día siguiente

Pero seguía atento, deleitándose con el majestuoso y extraño ser, y al mismo tiempo retroalimentando sus conocimientos sobre el mismo. Y a Naruto no parecía molestarle, por el contrario, era él quien lo instaba a unirse a su ajetreada y salvaje rutina. Claramente no lo hacía, se limitaba a observar, solo cuando el escepticismo alcanzaba un nivel peligroso que lo hacía dudar de su raciocinio, entonces y solo entonces dejaba de tomar notas para poder confirmar lo que veía

Phenomenon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora