Phenomenon.

seis

Naruto dejó de sonreír en cuanto él y Sasuke cruzaron la puerta. Esa extraña base rectangular de cristal que se abrió cuando estuvieron a menos de un metro de distancia

-No te asustes- escuchó que decía Sasuke junto a él. La mano del moreno se entrelazó lentamente con la suya y Naruto solo atinó a afirmar para luego devolver la mirada frente a él

El lugar era frío, demasiado. Sentía como si estuviera en el escondite de alimentos que tenia Sasuke en su hogar. La caja blanca que solía llamar nevera

Sus orejas vibraron bajo el gorro, apenas un leve estremecimiento que lo forzó a quedarse en su sitio mientras se frotaba ambos brazos con insistencia para darse calor. Las personas abundaban, de un lado al otro, caminaban resueltamente, ignorándolos. Naruto quiso salir de ahí pero Sasuke lo tenía bien agarrado de la mano, como si supiera lo que pretendía hacer

-Sasuke…- trató de persuadirlo pero fue tarde para intentarlo. El moreno le dedicó una fugaz mirada altiva antes de dirigirse a uno de los inmensos pasillos. Nunca imaginó que el centro comercial estuviera tan atiborrado a esas horas. Sin embargo, no importaba mucho. Simplemente iba a comprar lo indispensable, más alimentos en conserva, bebidas energéticas, artículos personales y algunas pastas con exceso de conservadores. Naruto no dejaba de fastidiarlo con ellas

Miró de un lado al otro, siempre manteniendo su distancia con el resto de individuos, en su mayoría familias. No hacía falta exagerar posturas, Sasuke lo supo al reparar más detenidamente en el pasillo. Naruto le seguía el paso forzosamente. Sasuke entornó la mirada al cabo de unos segundos, en primera instancia había sopesado el hecho de dejar a Naruto en su casa, bajo llave y con las advertencias previas que le recitaba a menudo. No obstante, el rubio quiso acompañarlo. En ningún momento Naruto se apartó de la puerta, lo miraba fijamente con sus expresivos ojos azules, estudiándolo. Era tan hilarante aquella faceta enigmática y sobre protectora de Naruto que le fue imposible dejarlo solo

-¿Qué es esto?

Sasuke se volvió enseguida, el rubio se zafó de su agarre en su distracción para correr hacia uno de los altos estantes. Hurgó ansioso entre las latas, filas y filas de ellas, varias cayeron al piso encerado

Sasuke apretó con fuerza los puños. Se olvidaba lo estresante que era estar junto a Naruto, el chico era prácticamente lo opuesto a él. No podía estarse quieto ni siquiera cinco minutos, tampoco estar en silencio, sin obviar las excesivas muestras de cariño, las cuales, afortunadamente, no habían tenido lugar, al menos ese día

Curioso, Naruto alzó una lata de atún frente a él, recorrió el contorno con la mirada y se la llevó a la boca para hacer presión en la orilla con uno de los colmillos. Así había abierto varias latas en la casa del Uchiha

-Nos llevaremos unas cuantas- dijo Sasuke, arrebatándole la lata de las manos. Naruto lo siguió en aparente calma. No le gustaba que Sasuke fuera tan callado, tenía que preguntarle hasta tres veces antes de obtener una respuesta a sus dudas

-¡Lleva muchas!- exclamó para llamar su atención. Sasuke se giró y sus parpados se entrecerraron al ver como Naruto tomaba toda una hilera de latas entre sus brazos

El resto del recorrido, Naruto no dejaba de preguntar que era tal o cual cosa. Sasuke se había limitado a tomar una de las canastillas, debido a que la lista mental que había elaborado se había extendido al doble y todo por los caprichos de Naruto porque llevara más de cada cosa

Se abasteció de lo necesario y estuvo seguro de que no volvería a la ciudad hasta pasados dos meses. Aun con el insaciable apetito del hibrido. Debía reconocer que Naruto era menos enfadoso en su estado animal, dormía mucho más y no corrían el riesgo de ser descubiertos por alguien. ¿Quién rayos se fijaría en un sujeto que llevaba un pequeño zorro consigo?