Taeyong (Taeten)

Capítulo 7

Taeyong medio cambio en la ducha, todavía tan loco que quería sangre.

Una vez que la pelea había terminado, Hyunsik había gritado que era su derecho acostarse con Ten. Taeyong no había matado al hijo de puta enfermo sólo porque Hyunsik se había ido.

¡Eso era todo! Taeyong había terminado con su viejo. Si volvía a ver a Hyunsik, arrancaría el malvado corazón del desgraciado. El solo pensamiento de Hyunsik respirando el mismo aire que su compañero embarazado tenía a Taeyong golpeando la pared de la ducha. Aunque Ten no estuviera embarazado, habría matado a su padre por tocarlo.

Taeyong no podía negar que había caído duro por Ten. Nunca en su vida se había sentido tan enfurecido, tan violento. Y nunca su corazón se sintió tan retorcido y dolorido.

Sentía que no podía darse una ducha lo suficientemente rápida para llegar con Ten. Taeyong volvió a golpear la pared. Maldición. No había querido pelear contra su padre, no así. El anciano había sido alto como la mierda, por lo que su batalla no había sido justa. Básicamente había golpeado a Hyunsik y se sentía mal del estómago por hacerlo.

Pero Hyunsik no dejó ir el desafío. No cuando se puso serio y se dio cuenta de que él y Taeyong habían luchado. El anciano era demasiado orgulloso, demasiado intratable y demasiado cerrado a sus modos. Volvería, y cuando lo hiciera, entonces lucharían hasta la muerte.

Taeyong salió de la ducha y se secó, luego abrió la puerta del baño el vapor pasando por delante de él. Ten estaba acurrucado en la silla junto a la barandilla, mirando por la ventana más allá de la cama.

Un millón de cosas le pasaron por su mente, pero Taeyong no dijo ninguna de ellas. Ten había visto la humillación de su familia. ¿Qué podría decir Taeyong? ¿Lo siento, pero mi papá es un idiota y un pervertido enfermo? ¿Que no era la primera vez que había intentado atacar a alguien? Taeyong había visto la determinación en los ojos grises de Hyunsik cuando fue tras Ten.

Esto no iba a terminar bien.

—¿Te sientes mejor? — Ten se estiro y se sentó. Su aroma decía que estaba inseguro, incluso asustado. Taeyong había estado trabajando tan duro por hacer que Ten se sintiera más como en su casa para que no intentar escapar, y en el proceso se había enamorado del humano.

—Siento que tuvieras que pasar por esto. —Él tiró la toalla sobre la cama y buscó en su cajón algo de ropa interior—. —La vida en las montañas no siempre es bonita.

Pero Taeyong quería que al menos fuera pacífica. Antes de que su hijo naciera, se aseguraría de eso.

~~~

Ten se sentó en una silla en el porche delantero con una manta sobre su regazo mientras veía a Jaehyun y Yuta luchar en sus formas de oso.

Había pasado un mes desde que Hyunsik había intentado ir tras él y los hermanos Lee estaban inquietos. Taeyong juró que su padre atacaría, pero hasta ahora, Hyunsik no lo había hecho.

Y para su total confusión, Ten se había vuelto más redondo. Ya no podía negar que estaba embarazado, pero todavía no se sentía real para él. Se sentía como si hubiera engordado.

Taeyong salió y le entregó a Ten una taza de chocolate caliente. Las noches se habían vuelto aún más frías y algunos copos de nieve habían caído, pero Ten odiaba quedarse dentro. Le gustaba mucho el bosque y su serenidad.

—Esos malditos tontos. — Taeyong sonrió mientras se sentaba a su lado.

Ten sopló al vapor que subía de su taza. El cacao olía fantástico. Si había aprendido una cosa en el último mes y medio era que Taeyong era un cocinero increíble y un panadero aún mejor. Cada vez que entraba en la cocina, la magia pasaba.