Quiero estar a tu lado

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- Por favor, Eren.- presionaba para que se detuviera el sangrado, pero los ojos verdes estaban perdiendo su brillo- ¡No me dejes! ¡Es una orden, mocoso!

El castaño poco a poco se le dificultaba respirar la herida era profunda, miró a Levi sabiendo que eso era el fin, se esforzó por sentir la mejilla del pelinegro una última vez.

- Lo siento, capitán- ese fue lo último que esos labios pronunciaron antes de que aquel soldado cayera como muchos otros.

La batalla había terminado, las consecuencias fueron grandes. Una punzada en el corazón del capitán, eso fue lo que sintió al ver a su amado yacido en el suelo, a pesar de su fuerte cáracter esa vez no pudo resistir las ganas de llorar. Golpeó el suelo lleno de sangre mientras exclamaba su nombre, las lágrimas corrían por sus mejillas como dos ríos, estaba furioso, ¿Por qué tenía que ser él? Y otras cuestiones lo hacían enojar más y más.

Ese día, un grito de lamento se escuchó en el campo de batalla, ningún soldado fue olvidado, menos aquel que dió victoria a la humanidad para poder ver el mañana sin temor.

                                                 -------- Época actual-------

La alarma lo despertó, volvió a tener aquel sueño, tenía las mejillas húmedas era obvio que había llorado mientras dormía. Se levantó de su cama con poca gana, no era la primera vez que soñaba con aquella batalla donde lo que se perdió fue mucho para él, su él del pasado.

- Mierda- mencionó mientras movía el cuerpo de la mujer con la que se había acostado esa noche, de alguna manera ya no sentía el placer que buscaba como las primeras veces, no importaba con quién tuviese sexo. Y no podía dejar de soñar fragmentos de su vida pasada, aquel joven que era su amado, siempre era lo mismo.

Tomó una ducha, tenía que alistarse porque ese día era el inicio de clases y siempre hay un problema con los de nuevo ingreso. No le gustaba lidiar con mocosos pero la institución le pagaba bien así que procuraba estar en calma. 

Saludó a sus compañeros de trabajo una vez que arribó a la sala de maestros, nada había cambiado aunque supuestamente ese año iban a hacer remodelaciones en algunas áreas de la preparatoria. Cuando le entregaron su horario, vio que tenía clases a primera hora con un grupo de primer semestre, faltaba poco para que sonara el timbre de la primera hora. Tomó sus cosas y salió de la sala, todo estaba muy tranquilo afuera, le agradaba el silencio y la serenidad. Bien sabía que no tendría dificultad alguna para hacer callar a quién interrumpiera su calma, tenía sus métodos.

- Buenos días, mocosos- saludó el pelinegro viendo alguna de las caras de los estudiantes, siguió su camino hacia el escritorio. Algunos lo miraron extrañados y otros con un gesto de ofensa, tomó un marcador y escribió en el pizarrón su nombre.- Desde hoy les impartiré la clase de matemáticas, será mejor que pongan atención a la clase y que cierren la boca durante la hora, si tienen dudas hablen. 

Volteó a ver a sus alumnos porque sí sus oídos no lo engañaban alguien dijo su nombre, una voz familiar, era extraño. Los ojos de maestro y alumno se abrieron al asombro, amantes se reencontraron en esa vida de nuevo- .....capitán- no podía creerlo. Se escucharon algunas risitas por detrás y el maestro lanzó el marcador hacia esa dirección.

- ¿Qué sucede?- preguntó con calma, sus labios temblaban, la sorpresa era enorme. Aquellos fragmentos de sueño volvieron a Levi, su antiguo amante era ahora su alumno y tendría muchas obstáculos sí quería estar cerca del castaño.

- Nada, se me ha olvidado- se rascó la mejilla con uno de sus dedos, estaba nervioso. 

Un silencio se apoderó del aula, el maestro se encaminó al escritorio- Tráiganme el marcador- ordenó sentándose en la silla.

IRREGULARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora