II

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Al llegar a casa voy directamente a ponerme el pijama y recostarme bajo las cálidas cobijas de mi cama.

Allie no ha llegado, lo que significa que se quedará con su novio y llegará más tarde.
Si es que llega.

A los pocos minutos de estar cómoda en el colchón, mis ojos se cierran y caigo en manos de Morfeo.


Dios Santo.
Este día a pasado demasiado lento, comparado a los demás.
No han habido muchas urgencias y los doctores de apoco se van más temprano de lo normal.

Yo siempre me quedo más que los otros por que no estoy apurada.
No tengo mas cosas que hacer.
O por ahora.

-¿Como has estado hoy Lu? -pregunta Ana, una de las enfermeras que trabajan aquí.

-Bien. Estoy algo cansada -hago pucheros.

-Entonces vete a casa mi niña, no hay mucho que hacer por acá...

Justo antes que Ana termina de hablar las puertas de la sala de emergencias se abren y entra un joven cargando a una chica, mas bien a una adolescente de cabello rosado.
Siempre quise pintarme el pelo así.

-¡Necesito un doctor! -grita el joven un tanto desesperado.

Ana va a socorrer a la joven que se queja casi a gritos que le revisen su tobillo.

-La doctora llegará en un minuto -dice Ana.

-Mucho gusto, soy la doctora Lucie Schield. Dígame que es lo que pasó -le digo al joven.

Éste me mira. Su rostro ya no refleja aflicción y preocupación, ahora sólo muestra que está anonadado, sorprendido, y algo así como casi hipnotizado.

Casi.

-¡MI TOBILLO AAAH! -grita la joven de cabello rosado.

Detengo el contacto visual con el joven, que por cierto se me hace bastante conocido.
Es muy guapo.
A quien engaño está bastante caliente.

Miro el tobillo de la chica y veo que está muy morado. Le digo a Ana que valla a buscar hielo mientras le pregunto que sucedió.

Se llama Katia y ella estaba patinando en un skate y bajó una pendiente, se desequilibró y calló, dándose muchas vueltas. Luego de parar, se dio cuenta que su pie estaba doblado para el lado contrario.
Auch.
Le dije que mantuviera hielo en el lugar del dolor mientras voy a avisar que una paciente irá a la sala de rayos x, para que pueda verificar si todo esta en su lugar.

Cuando se la llevan, me quedo a solas con el joven, que supongo es su novio. Aunque por el gran parecido entre ellos, dudo que sea su novio y no un familiar.

Ojalá sea sólo un familiar. Como dice Allie, está para comérselo.

Después de todo, no me vendría mal coquetear un poco.

Nada mal creo. Hmm.

Estas en tu trabajo idiota, me dice mi conciencia.

Carajo.
-¿Y usted es...? -pregunto para romper la tensión.

Abrió su boca para responder pero antes, llegan a la sala dos hombres, una mujer y un chico.

Todos con los ojos azules, excepto el hombre que se ve mas mayor.

-¡Eric Dios mío! -dice la mujer.

Abrasa al joven que vino con la chica, el mismo al que yo le estaba preguntado algo.

-¿Está bien? Dime que no se ha roto nada por favor -dice uno de los hombres.

Pareciera que todos fueran familiares. Todos se parecen demasiado, mismos ojos azules, cabello claro, altos, bastante altos.

Cosas del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora