Cosas del Destino.

III

Aveces todo es tan confuso.

No te das cuenta de la vueltas que puede dar la vida. Es algo loco.
Suele ser divertido, o también puede ser una tortura.

El mundo es muy pequeño, y lo genial es que tu no sabes si la persona con la que más cercano estás será un completo desconocido en un futuro cercano o lejano.
O por el contrario, no sabes si el extraño al que te quedaste mirando en la calle -o en el metro- lo volverás a ver.

Una ves leí algo que tiene mucha razón, y que también de alguna forma explica parte de las situaciones locas que nos suceden día a día.

"Si vas a amar la vida, ama las casualidades"

¿No te has puesto a pensar que siempre en las películas y libros románticos, cuando las dos personas que terminarán enamoradas, se conocen a partir de un acontecimiento simple?

En "Tres metros sobre el cielo" la tipa quedó enganchada con el tipo por que éste le dijo fea.

Dios que palabra mas apropiada para decírselo a una chica.

En "If I Stay". ¿Quién no lloró con esa película? ¿O con el libro? Adam miraba a Mia tocar su chelo. Los dos compartían el sentimiento de amor hacia la música. Quizás no del mismo estilo, pero aun así eso los unió.

En el libro "Eleanor y Park" se conocieron por que Eleanor no tenía otra opción que sentarse con Park en el autobús escolar.

Una casualidad.
Una estúpida, rara y simple casualidad.

Vaya... Mi casualidad tiene unos labios terriblemente adictivos.

Abro los ojos de golpe. ¡¿QUE DEMONIOS?! Empujo a mi imprudentemente sexy casualidad para que deje que besarme.

-¡¿QUE MIERDA HACES?! No puedes besar a alguien sin ni siquiera conocer. ¡IMBÉCIL! ¡Mucho menos en un hospital!

Eric solo me observa, con una sonrisa de medio lado. Es muy alto, le llego a los hombros.
Hace que me sienta tan pequeña...
Pero no indefensa.

-Deja de mirarme y largo de aquí ahora, o llamaré a seguridad -le dije, tratando de amenazarlo.

-¡Oh dios santo llamará a seguridad! -dice fingiendo desesperación y riéndose.

Que mierda con éste.

-Ya te besé cariño, lo quieras o no, por los próximos cuatro meses tendrás partículas de MI saliva en tu dulce boca -recargó su voz al decir "mi".

-Es por seis meses idiota.

Que tonto. Eso está científicamente comprobado, digo, lo de la saliva. El que sea tonto...quizás.

-¡Mejor! -ahora está sonriendo abiertamente. -Y si mal no recuerdo, tú fuiste la que trato de ligar conmigo primero.
-¿YO? Solo te dije...
-Sexi. Me llamaste sexi.
Abro la boca para decir algo inteligente pero no me salen las palabras.
Y el idiota sigue riéndose de mi.
Santa Madre, qué sonrisa.

¿Escuchas eso? Son las maripos... No. No son mariposas, son abejas. Grandes, amarillas y zumbadoras abejas en mi estómago.

Malditas abejas.

Eric no para de mirarme. Y casi me siento desnuda.

Haha. Ya quisieras Lucie.

-Doc, ¿Por que no me da su número? Ya sabe, tal vez podamos salir, caminar, ir a mi apartamento -dice levantando reiteradas veces sus cejas.

-No. ¿Por qué no te vas ahora de aquí?

-Me iré si me das tu número.

Tou che