❄Invierno❄

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Era una noche tranquila, a pesar del el frío que llegaba a cada rincón y que afuera amenazara con comenzar a nevar. Nunca le había gustado de todo el invierno, principalmente porque su pareja, a pesar de adorar la helada estación y de recibirla con euforia y alegría, era muy débil al frío y siempre terminaba enfermando. Ingresó a la habitación y lo primero que hizo al ver ese pequeño bulto en la cama temblando fue ir a buscar más sábanas abrigadas y algunos acolchados, aparte de prender la calefacción.

– Ka~Kageyama, ve~ven a aquí. – el llamado del chico se ahogó entre las sábanas saliendo como apenas un murmullo, Tobio se acercó y lo tapó con las suaves, gruesas y acogedoras mantas, luego fue al baño un momento para ponerse el pijama y asearse, antes de acostarse a su lado.

Hinata no perdió ni un segundo y se aproximó al pelinegro para que este le brindara parte de su calor, aferrándose a su cuerpo como un koala y metiendo sus pies congelados por dentro de la camiseta del pijama, provocando en este (al contacto de sus pieles de temperaturas totalmente contrarias) un escalofrío.

– Hinata idiota, deja de usarme como estufa, te dije que debías abrigarte.- reclamó Kageyama y lo abrazó, maldito Hinata y sus expresiones tan tiernas, si no lo amara tanto probablemente lo hubiera tirado de la cama. Shouyou murmuró algo inentendible para su pareja antes de meter sus manos igualmente frías por entre las ropas del armador tratando de alcanzar la parte superior de su espalda. – Tsk, eres tan idiota, idiota.- exclamó el de cabellos oscuros temblando ante la sensación.

Unos minutos después Hinata parecía más tranquilo y su cuerpo se encontraba a una temperatura más cálida, Kageyama frunció el ceño molesto consigo mismo, lo estaba mal acostumbrando, pero... miró con cariño el revoltijo de cabellos naranjas sobre su pecho, los ojos cerrados y sus pestañas oscuras y un tanto abundantes, su nariz pequeña y ahora un poco rojiza.

 Hinata era su pequeño sol, y él sería el escudo que lo protegiera del frío, ya que Shouyou no era de aquellos soles que calientan el ambiente, Hinata era de los soles que calientan y descongelan corazones.

– Kageyama idiota ¿Estás pensando cosas pervertidas conmigo, cierto? – interrogó el joven alzando la mirada, con sus ojos ámbar destellantes, sonriendo pícaramente a Kageyama mientras un sonrojo suave se apoderaba de sus mejillas.

– Quizá. – respondió serio, agachando su cabeza unos centímetros para unir sus labios lentamente.

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Bueeeno, esta es mi primera historia en esta plataforma. Sin embargo es algo que había publicado anteriormente en fanfiction y que pienso continuar después de un largo descanso de dos años. Van a ser historias cortas (a menos que me agarre un ataque de inspiración bien hardcore), sin relación entre sí (si lo hay va a ser mínima) y dentro de todo no escribo cosas sad así que...

Se aceptan críticas constructivas, recomendaciones y eso ;)

Saludos!

AppleLove26 (this cambiará algún día)

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