❄Nevada❄

164 15 1
                                    

– Disculpe, emm... Daichi-san, ¿Puedo prender la calefacción de la casa? Ya sabe cómo es el idiota de Shouyou, probablemente ahora mismo esté corriendo por la sala sin camisa, y la verdad, no quiero tener que estarlo cuidando cuando enfermo, se pone muy... extremista. – comentó el armador un tanto nervioso frente al que alguna vez fue el capitán de Karasuno. Daichi no había cambiado mucho en ese aspecto, seguía imponiendo el mismo respeto que antes, claro que no era lo mismo, Kageyama se encontraba indeciso, dudaba cuál sería la reacción del hombre ante algún comentario sobre lo femenino de su delantal.

Daichi le brindó una mirada tranquilizadora y lo guió hasta la sala para hacerlo sentarse sobre el sofá, casi como si el momento hubiese sido planeado, Suga-san se acercó trayendo de la mano a Hinata y ubicandolo a su lado, a lo que este le dirigió una mirada confundida, tenía el cabello despeinado, las mejillas sonrosadas por el frío y la campera con la que había llegado colgada en su brazo. Ambos se pararon frente a ellos.

– Miren, chicos...

– Esto fue un imprevisto de último momento, no queríamos preocuparlos por eso no se los mencionamos.

– Tobio, te ruego que no entres en crisis, ya que eso sería un gran problema.

– ¿Cómo decirlo?... Debido a un incidente, nuestra calefacción se averió, y como una nevada se acerca, no creo que podamos llevarla a arreglar pronto. – dijo Sawamura estudiando las facciones de los dos chicos – sí, porque para él seguían siendo sus chicos.- Fue de alguna manera mejor de lo que supuso que sería, la pareja permanecía en shock, Hinata repentinamente empezó a temblar y Kageyama lo abrazó entre sorprendido y preocupado, ¿Todo... era una broma cierto?

– Kageyama-kun, ¿Recuerdas lo que dije? Eso de "no es necesario que me abrigues tanto" ¿Sabes que lo decía en broma cierto? – interrogó el de cabellera naranja acurrucándose en el pecho del más alto. Kageyama estaba nervioso ¿No había calefacción? ¿Ni siquiera una pequeña estufa? Miró a Sugawara interrogándole con la mirada, este pareció comprender y negó.

– Tú tranquilízate, ponte esa campera y espérame, volveré pronto. – anunció Tobio con una pose seria y su ceño fruncido, Hinata lo miró con sus ojos brillantes, por la emoción, esa expresión en el rostro de su armador favorito le recordaba tanto a sus años de secundaria, suspiró y se acercó a darle un beso en la mejilla. Tobio era su héroe.

– Estaré esperándote Tobio, no tardes mucho.– dijo sonriéndole. Si Tsukishima hubiera estado allí en ese momento seguramente hubiera rodado los ojos ante el drama de esos dos.

....

Sugawara sonrió al ver la escena entre la pareja, eran tan extremistas, le recordaba tanto sus inicios con Daichi, excepto porque, él no era tan pequeño como Hinata en comparación a su novio y, su actitud distaba mucho de ser parecida al hiperactivo comportamiento del pelinaranja, además Sawamura era mucho más apasionado, a esos dos los rodeaba un aura más inocente.

Una vez que Kageyama se fue, Hinata estuvo tranquilo y se colocó nuevamente el abrigo, caminó hacia la habitación donde estaban los demás y se distrajo conversando con Tanaka y Nishinoya, ellos realmente no habían cambiado mucho, Asahi se había quedado dormido a un lado de ellos, tanto Shouyou como Ryuunosuke prefirieron no hacer comentarios sobre cómo sutilmente Yuu acariciaba el cabello del gigantesco castaño.

Yamaguchi se sentía un poco solo, Tsukishima se había ido a Tokyo y no volvería hasta dentro de dos semanas, pero la compañía de Yachi (aunque fuera a través de mensajes de texto) era por demás reconfortante para el pecoso.

El entrenador Ukai les había enviado unos bollos de carne que compartirían después de la cena.

La tormenta y nevada pronosticadas habían empezado ya hace unas horas, pero a medida que pasaba el tiempo iba empeorando, Suga y Daichi les mostraron a cada uno sus habitaciones, claro que tendrían que compartir ya que solo tenían dos cuartos de visitas en la casa y no querían que nadie pasara frío, Hinata compartía cuarto con su – aún ausente Kageyama- y Yamaguchi, al cual había estado hostigando con un bombardeo de preguntas sobre la ausencia de Tsukishima y otras tantas referidas a las curiosas pecas en su rostro. 

A decir verdad se encontraba muy nervioso y todos lo notaban, estaba preocupado por Tobio, la tormenta afuera era muy tenebrosa, quería que el idiota de su novio volviera de una buena vez, aún si tuviera que pasar frío por la noche por culpa de la falta de calefacción, quería que Tobio volviera para poder darle un buen golpe por tenerlo tan asustado y luego hacer Gwaaah luego de que este lo besara como disculpa. Nishinoya le extendió un pañuelo con una amable sonrisa plasmada en el rostro, agradecía los esfuerzos de sus senpais por hacerlo sentir mejor.

Unos minutos después la puerta principal se abría dejando entrar todo ese aire helado, una figura cubierta de escarcha entró y la puerta volvió a cerrarse con estrépito, Hinata no perdió tiempo y prácticamente saltó sobre el hombre.

– Idiota Bakageyama! No vuelvas a asustarme así, empezaba a sentirme mal por haberte dejado ir. – exclamó haciendo pucheros y con lagrimillas en los ojos.

Kageyama lo miró entre aliviado y sintiéndose culpable, normalmente no se separaban mucho, desde que habían empezado a salir, en su segundo año en Karasuno se habían convertido completamente en un dúo inseparable, donde estaba Hinata, Kageyama debía estar cerca y si Kageyama faltaba, Hinata se vería nervioso y terminaría por irse temprano para ir a visitarlo, quizá, de alguna forma eso era lo que había estado buscando, alguien que permaneciera siempre a su lado, que se preocupara por él, que ambos se necesitaran.

Para cuando tomó cuenta de que no estaban solos sino que todo el antiguo Karasuno los miraba desde atrás, ya era demasiado tarde, Yamaguchi y Tanaka sacaban fotos nada discretamente, lo que más le molestó fue el: "Quisiera ver la cara de Tsukki cuando reciba esto." Que se escuchó claramente.

....

– Ey, Tobio, ¿Dónde conseguiste esas cosas? Creí que hacer compras de último momento antes de una tormenta sería difícil. – comentó el pequeño acurrucándose bajo las gruesas mantas y el cálido cuerpo de Kageyama, este lo abrazó, suspirando. Si, había sido difícil pero no demasiado, más bien lo complicado fue volver, con todas esas frazadas y con cuidado de no dejar caer las dos estufas (Suga había insinuado que todo eso era un poco exagerado). El dinero no había sido un problema, después de todo ambos trabajaban, pero no era del todo cómodo llevar todas esas cosas en las manos.

– No fue difícil, estaba preocupado por ti. – dijo en un susurro suave, con las mejillas un poco sonrojadas, aún le era difícil expresar sus sentimientos tan abiertamente, además, sabía que Yamaguchi estaba despierto y empezaba a sospechar que grababa su conversación para enviársela a Tsukishima y que este pronto le enviaría un mensaje diciendo algo como: "El gran Rey nos muestra a los plebeyos el patético acto que hace por su reina ¿Deberíamos sentirnos alagados y tirarles pétalos de rosas?".

Hinata estaba muy feliz, su corazón estaba saltando dentro de su pecho, y quería agradecer a Kageyama de alguna forma, pero no sabía cómo, decidió dejar de pensar y simplemente acercó su rostro al del chico para besarlo suavemente, él no tardó en corresponderle, rodeando su cintura y empezando a colocarse sobre el delicado cuerpo de su novio, pasados unos minutos de suaves besos, Kageyama empezó a repartir caricias por el cuello del pelinaranja, escuchando de este suspiros y jadeos casi inaudibles, sin duda sería una noche larga.

Yamaguchi decidió que ya era momento de dormir, se colocó unos audífonos y puso música con un volumen alto, se tapó por completo y esperó impaciente a que el sueño llegara a él.

.

.

.

Bueeeno, este al momento de escribirlo fue de mis favoritos y al momento de revisarlo me gustó un poco más. También es el más largo que tengo hasta ahora. Espero poder actualizar de nuevo pronto ;)

Junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora