🏐Celos🏐

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Miró con odio al chico nuevo, no era extraño que algunos jóvenes prodigio fueran a visitar el gimnasio durante la hora de entrenamiento, pero lo que sí había sido una sorpresa era que ese chico fuera ahora un miembro oficial del equipo, además el muy creído había tenido la osadía de presentarse como la futura estrella de su equipo, y se había pasado todo el maldito día pegado a SU Kageyama.

– ¡Kageyama-senpai! ¡Sus levantadas son grandiosas! Pero... creo que estoy completamente listo para que pruebe conmigo una de esas jugadas rápidas que hace a veces con Hinata-senpai. – aseguró el joven, sin sentirse intimidado por la mirada corta cuellos que le dirigía el pelinaranja desde atrás. Shoyo era un sol, una persona demasiado amable y amistosa, pero eso no aplicaba cuando sentía que lo desafiaban tan descaradamente.

El armador esperó alguna ayuda del capitán, si hacía eso, estaba casi seguro de que Shoyo le aplicaría la ley del hielo por todo un mes, si no es que se mudaba con Suga y Daichi. El capitán sonrió con malicia y dijo con voz clara y firme "Es una idea grandiosa, Kageyama está muy dispuesto a ayudar a los miembros más jóvenes del equipo." El muy maldito aún seguía enojado porque el entrenador tenía una muy notable preferencia por él.

Hinata sintió esa molesta incomodidad en su pecho, sabía que eran celos, muchas veces los había sentido, pero esta vez era diferente, no solo amenazaba con quitarle a Kageyama, sino que también su lugar como titular, las dos cosas más importantes en su vida y en su corazón. Definitivamente no perdería, le envió una mirada desafiante al nuevo. El chico lo ignoró totalmente, así que intento con un poco más de intensidad cargada de odio al ver cómo este le sonreía con superioridad llevando del brazo a Kageyama.

Se posicionó a un lado de la cancha, justo dentro del campo visual de su pareja y cuando la pelota fue enviada por el líbero a las manos de Tobio, justo cuando este se posicionaba concentrado y nervioso para enviarla al chico nuevo, Hinata colocó el mohín más condenadamente triste y adorable que pudiera hacer. Y fue inevitable.

El gimnasio se sumió en un profundo silencio hasta que la pelota rebotó contra el suelo exactamente tres veces, Kageyama se encontraba a un lado de su novio acariciándole las mejillas cariñosamente, ambos sumidos en su burbuja, ignorando absolutamente todo. El capitán rodó los ojos, casi rogando que el entrenador llegara para regañarlos por sus demostraciones públicas de afecto.

El nuevo miró a la pareja enfadado, Hinata desde su lugar en brazos de Tobio lo miró con superioridad al más estilo Tsukishima.

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Actualizando por fin uwu, al parecer tener un día malo me motiva o algo así. Enserio odio tener que entregar cosas por classroom :c

Saludos! ;)

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