Con cicatriz

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9:29am, viernes 12 de Marzo, 2018, el sol apenas iluminaba el nuevo día. En los medios de comunicación de toda la ciudad como toda Francia se hacía alertar a la población de Brest del psicópata de Sable, nombre que le dieron al asesino de los hechos del sábado 4 de Febrero del mismo año.
La gente aún se veía en las noches en varios locales de la ciudad, pero alejándose de zonas apartadas cerca de la costa como zonas con fama de mala muerte, solo se sentía vida y la socialización en la luz, adoptando la regla de alejarse de la obscuridad. Se sentía el miedo y el temor muy dentro de los ciudadanos, sin hacerlo notar.

En el hospital central, en una habitación especial del último piso, se encontraba una mujer acostada observando el techo, con rostro frío y aparentemente pensante, a su lado estaba sentado un hombre de 39 años, blanco con ligera barba, de mirada firme y compasiva, estaba observándola y poco a poco hablando con palabras calmadas, mientras una pequeña bocina en la habitación reproducía una canción serena y lenta;

—Guillory, ¿cómo te sientes hoy?

La mujer no mostró respuesta, solo observaba el techo de manera calmada con la música de fondo, pareciendo buscar algo.
El hombre, un psicoterapeuta, mordió suavemente sus labios y suspiro ligeramente.

—Escogí esta habitación por, el espacio que ofrece y las 2 ventanas de allí —el hombre mira al fondo de la habitación observando con calma las ventanas—, el aire cálido que entra lo creí perfecto para ti.

—Gracias —Dijo Aline sin dejar de observar el techo con extrema calma.

—Guillory. Tus padres y el personal del hospital encargado de ti, me dijeron que hablara contigo acerca de la situación en que estás, creo que no es necesario que la diga

—No.

El doctor a pesar de haber tenido experiencia con diferentes pacientes, con ella no pudo evitar sudar sus manos, como nacer una ligera sensación de presión en su pecho.

—Hemos hablado muy poco de esto las sesiones que hemos tenido. Necesitamos avanzar para llegar a un punto con esto, Guillory.

Un pequeño instante de silencio verbal existe en la habitación, solo la música calmada se percibe, como las ansias del doctor por una respuesta. Es donde Aline comienza a abrir un poco los labios.

—No. No sé que hacer. No sé lo que quiere.

El doctor la ve de manera calmada, piensa un poco acerca de lo que se refiere con "No sé lo que quiere", y rápidamente piensa en alguien con quien conectarlo. Piensa en diferentes respuestas y prepara sus palabras de forma tranquila.

—¿Te refieres a tu agresor?

Se ven los ojos de la mujer moverse lentamente sin dejar de ver hacia arriba, como si pensara en algo.

—Estoy viva, me dejó así. ¿Quería verme así? o, ¿no pudo matarme? —Aline voltea a ver fríamente calmada al doctor —¿Qué crees?.

El doctor mira directamente a sus ojos, siente en el pecho aún más la sensación de pesar que va arrastrándose hasta su cuello.

—Él Guillory, ya no puede acercarse a ti, dejar a alguien que revelara su paradero como su apariencia es algo que evitaría. Sobreviviste, eso es lo importante.

Aline lo ve unos segundos en silencio.

—No.

El doctor la ve con calma pero sin dejar de sentir la sensación de pesar cada vez más intensa, la música de fondo en la habitación más que calmarlo lo comienza a hacer sentir incómodo con la situación.

—Guillory. Ya pasó un mes, debes dar una respuesta acerca del aborto, las enfermeras me mencionaron que parece que haz intentado hacer todo para llegar a este punto. La decisión de tu familia es obvia.

Émergence (En Desarrollo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora