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___ y Kaigaku caminaban con cuidado por las calles de Tokio. Ambos se habían detenido en una casa de glicinas para cambiarse. La castaña llevaba el kimono que Iguro y Kyuojuro le habían dado, mientras Kaigaku llevaba un yukata, aunque llevaba un hakama para más comodidad.

Ambos llevaban sus espadas escondidas, gracias a que estas estaban prohibidas desde hace ya un tiempo.

Había mandado a su búho a avisarle a aquella mujer que ya estaban en el lugar, por lo cual ya deberian de encontrarla.

- Tamayo-San es un gusto volver a verla.- Hablo dulcemente al finalmente encontrarla.

- Lo mismo digo, ___-san.- Kaigaku miro impresionado a la demonio. La chica hizo una reverencia ante ambos.

- También es bueno verte, Yushiro-Kun.- La castaña sonrio dulcemente.

- Me alegra ver que sigue gozando de buena salud, ___-san.- El peliverde murmuro.

- Nos asustamos un poco cuando no respondiste a nuestra carta.- Volvió a tomar palabra la mayor.- Pero veo que sólo fueron heridas leves...

- Estuve en coma unos tres mese. Pero ya estoy bien. Viene lo más antes que pude.- La chica miro alterada al pelinegro, quien la empujó hacía detrás de él.- ¿Kai-kun que haces?

- La estoy protegiendo, ___-sama.- La chica suspiro mientras tomaba su brazo con cuidado para quitarlo.

- Lamento eso, Tamayo-San. Él es mi tsuguko, Kaigaku. Es de quien les hable la última vez. Acaba de enterarse de esto, así que espero que puedan comprender su reacción.

- Decuida, es un poco normal ver que los cazadores reaccionen así. El último pilar del Tiempo lo hizo.- La chica agachó la cabeza avergonzada.

- Tamayo-San es un demonio, Kaigaku-kun.- Hablo mirando a su aprendiz.- Pero ha estado buscando una cura para esto durante años. Ella es médica y ha apoyado incontables veces a los cazadores desde el anonimato.- El pelinegro miro impresionado a la mujer, hasta que sonrio un golpe en su cabeza.- Así que disculpate.- El chico gruño por el golpe, aún asi, también se inclinó levemente.

- Lo siento...- Murmuro.

- Descuida.- Tamayo hizo una seña para que este se levantará.

- Yu-Kun, raramente estas callado hoy.- Hablo riendo suavemente la castaña.

- Sólo está disimulando su felicidad por verte.- Tamayo siguió la broma. Ambas rieron al ver como el chico se enfureció un poco.

- ¿No haz traído a tu tigre?- Miro alrededor de la chica.

- No está vez, puedes estar tranquilo.

Gritos se empezaron a escuchar cerca de ellos. La chica rápidamente se acerco, aunque Kaigaku tomo su mano.

- Podría ser sólo una pelea normal.- La puso detrás de él, acercándose lentamente a la escena, siendo seguidos por los demonios.

- Tanjiro-Kun...- Murmuro impresionada al verlo luchar contra un demonio.

- ¿Lo conoces?- Hablo Tamayo a lo cual la castaña asintió.

- Será de gran importancia...- Murmuro alejándose de ellos para ir por el lado en que un pelinegro se alejaba. Se paró delante de él, obstruyendo su camino.

Su mirada dorada chocaba con la roja de aquel ser. La chica alzo la cabeza con orgullo, aunque también para ver al hombre al rostro. Camino en línea recta, aun manteniendo esa lucha de miradas. Al estar lo suficiente cerca acomodó su haori dejándolo ver por segundos su nichirin.

En cuanto el hombre estuvo lejos la técnica demoníaca de Tamayo envolvió el lugar. La castaña volvió a su lugar junto a Kaigaku.

- ¿Qué fue eso?- La menor se encogió de hombros ante la pregunta del pelinegro.

- Intimidación, supongo.

...

Ambos se encontraban en la sala de aquel lugar tomando un té que Tamayo les había preparado. Estaban esperando a que terminará de atender al paciente y que Yushiro volviera con Tanjiro.

- Kai-kun.- Hablo la menor, este ma miro atento.- No puedes decirle a nadie de lo que viste o verás hoy. Yo soy la encargada de comunicarle las cosas a Oyakata-Sama. Cuando yo no pueda será tu turno, pero mientras tanto debes guardar silencio.- El pelinegro asintió.

- ¿Por qué... por que protegemos a un demonio?- Murmuro con el ceño fruncido. La chica sonrio dulcemente.

- Tamayo ha adaptado su cuerpo para sólo necesitar tomar sangre de humano. La obtiene pagando por ella a personas necesitadas, quitando una cantidad que no los daña. Y lo de protegerla...- La chica suspiro, intentando recordar.- El primer usuario de alientos se encontró con ella hace aproximadamente 100 años... no recuerdo bien la fecha. Fue su deseo que la protegieramos, y esa misión fue encargada a los protectores del tiempo. Pero también quiero que entiendas que estoy aquí como su amiga. Por eso no llevamos los uniformes.- Kaigaku asintió, conforme con la explicación.

El ruido de la puerta se escucho, junto a los gritos de Yushiro y ma voz de Tamayo.

- Oculta tu espada.- Hablo la castaña. El mayor hizo caso rápidamente ante las palabras de ella.

Luego de unos segundos, los demás entraron a la habitación.

- Ellos... ellos son humanos...- Hablo impresionado el pelirrojo al verlos.

- Claro que lo somos, Tanjiro-Kun.- Sonrió dulcemente.- Mi nombre es ___, él es Kaigaku. Es un gusto conocerte.

- ¿Qué... que hace aquí?- Pregunto aun sorprendido.

- Soy amiga de Tamayo-San.- Se encogió de hombros con una sonrisa. Luego de eso, el pelirrojo no pregunto más. Quizás ella no estaba consciente de que la mujer era un demonio.

- Necesito pedirles dos favores.- Hablo Tamayo.- Es por eso que también te llame, ___-san.

- Lo que pidas lo haré, Tamayo-San.- La mujer sonrio hacía la chica, mientras Yushiro gruñia.

La amable demonio les pidió que consiguieran más sangre de demonio para formar una cura. Tanjiro aún más sorprendido que antes al ver como la chica, quien parecía mucho menor que él, asentía ante la petición.

- También le pasaré el pedido a unos amigos. Espero que no le moleste. Son de confianza.- Tamayo la miro con duda.- Aunque no les diré el propósito. Lo hablaré con el patrón tambien, si no es molestia. Mientras más sangre consigamos la cura tendrá mayores posibilidades, ¿no?- La mujer asintió, dando un suspiro.

- Confío en ti y en tu buen criterio, ___-san.- La chica sonrio.

Sus ojos brillaron por unos segundos y miro hacía afuera, Tanjiro copio su acción al sentir el olor de demonios.

- Abajo, ahora!- La chica cubrió al pelinegro con su cuerpo, aunque este cambio la situación y la puso debajo de él rápidamente. Los ojos de la castaña volvieron a brillar y casi en un parpadeo había cortado a aquella pelota.

- ¿Cuantos son?- Hablo Yushiro.

- Dos.- La chica acomodó rápidamente el haori del pelinegro, para que lo cubriera bien.

Tanjiro fue el primero en salir a la batalla, siendo seguido de Yushiro.

- Protege a Tamayo, Kaigaku.- La chica salió detrás de los otros dos.


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Quizás tarde unpoco con esta parte, necesito volver a ver los capítulos para recordar con exactitud la pelea.

Tiempo - Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora