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___ se aferró a sus ropas, sintiendo el dolor recorrer su cuerpo. Comenzó a toser, llegando a escupir sangre. Su vista se nublo repetidas veces, logrando marearla. Además de que los gritos que de repente invadieron la habitación no ayudaban.

Un Kakushi la alzo rápidamente, siendo de los primeros en reaccionar. Comenzó a correr hacía la fianca mariposa en donde podrían ayudarla.

Pero nadie entendía como habían llegado a esa situación.

La guardia de los pilares se había mantenido perfecta hasta aquel momento, ¿Cómo había llegado ella allí?

Pero lo más importante era:

¿Por qué de repente ella tenía las mismas heridas que el patrón?

...

Kagaya se confundió al no sentir dolor pero si la presión que el cuerpo de la menor hacia sobre él. Luego de unos segundos, comprendió la razón y desesperado intento quitar las manos de la castaña.

- Aliento del tiempo.- La escucho murmurar. Estaba demasiado débil y no era un secreto que ella tenía demasiada fuerza guardada.- Tercera postura modificada...- Tomo con fuerza las manos de la chica, negando con la cabeza repetidas veces.

- No tienes que hacer esto, ___.

- Reloj del corazón.- Una luz dorada iluminó la habitación.

La desesperación invadió el cuerpo del pelinegro cuando su vista inexistente comenzó a aclararse, viendo lo que era su habitación. Busco con la mirada rápidamente a la castaña, quien se retorcia en el suelo y escupia sangre, con una tos interminable.

Intento tomarla entre sus brazos, pero sus piernas fallaron. Rápidamente pidió por ayuda a lo cual los que hacían guardia respondieron luego de unos momentos.

Kagaya miro con preocupación el cuerpo de la pequeña pilar, sintiendo un dolor en el corazón ante las marcas que habían aparecido en su cuerpo.

La chica entreabrio los ojos, dejando ver como el dorado se había vuelto opaco, casi nulo, llevándose su vista.

...

Kaigaku miro en silencio el cuerpo de su maestra, corriendo con cuidado el cabello que estaba en su rostro. Quería regañarla y a la vez abrazarla. Había hecho un acto más irresponsable de lo normal, el cual casi se llevaba su corta vida.

Se sentía más aliviado al ver como las marcas de a poco comenzaban a desaparecer. Su mirada se dirigió a los Tokito, quien habían ido en cuanto se enteraron de lo sucedido. Muichiro dormía en la punta de la cama, en donde el cuerpo de la menor no alzanba, desparramado en el poco espacio. Mientras Yuichiro de había quedado dormido en una silla del lado contrario en donde el Tsuguko se encontraba, apoyando su cabeza sobre sus manos, las cuales sostenían la de ella.

De nuevo estaban en la enfermería, preocupados por la salud de alguien tan suicida como ella.

Sonrió de lado ante ese pensamiento. Realmente su pequeña maestra era una suicida.

Su mano dejo los cabellos para centrarse en la mejilla pecosa. Era una pequeña niña ante sus ojos. Y se sentía sucio al pensar que había caído ante alguien con esa apariencia. Se recordó mentalmente que ella tenía catorce y que no estaba del todo mal.

Tiempo - Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora