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Ambos jóvenes hicieron una reverencia ante el antiguo pilar del rayo. La castaña abrazo a Zenitsu, se había encariñado demasiado con él.

- Si sigues entrenando así estoy segura de que conseguirás una hermosa esposa, Zenitsu-kun.- Le sonrio dulcemente. El chico se sonrojo y sin pensarlo mucho tomo sus manos.

- ¿Te casarias conmigo, ___-Chan?- Pregunto mirándola a los ojos, ocasionandole un sonrojo.

- ¿E-eh? Yo...- Kaigaku la apartó del rubio, mirándolo mal.

- No te aproveches de los menores, Zenitsu.- El pelinegro la puso detrás de él, protegiendola. La imagen de su tigre albino vino a la mente de la chica, haciendo que está soltara una tierna risa. Ambos la miraron en cuanto la escucharon.

- No me molesta, Kaigaku-Kun. Y Zenitsu-kun,- Volvió a tomar sus manos.- si logras enamorarme con gusto me casaría contigo.- El rubio asintió entusiasmado ante la propuesta.

Finalmente emprendieron camino hacia la estación de tren, luego de ahí serían otras horas más de caminata.

La castaña noto como el mayor iba molesto pero decidió dejarlo pasar. La castaña rio al ver como su tigre bengala molestaba al albino, el cual iba vigilando el camino.

Luego de unas horas de caminata, al fin llegaron a lo que era la estación de tren.

- Iré a comprar los boletos, Kaigaku-Kun, por favor cuida a los tigres.- Se alejó hacía la boleteria, dejando al pelinegro con los dos tigres. El chico miro fijamente al albino, el cual era mucho más sobreprotector con la castaña, se sorprendió al ver que tenían el mismo color de ojos y como este se acercaba a él esperando que lo acariciara, lo cual hizo sin muchas dudas. Observo al tigre bengala el cual poseía ojos dorados como la menor, sonrio al darse cuenta de eso. Estiró su mano para que este se acercará y se dejará mimar. Mientras que el albino se mantenía estático, el bengala buscaba más contacto.- Lamento la demora, había mu- oh, veo que se llevan realmente bien. Me alegro de que así sea.- La chica sonrio a la vez que le entregaba su boleto, ambos entraron en el tren, ocupando dos asientos. Uno en frente del otro, cada uno con un tigre a su lado.

Kaigaku iba mirando por la ventana tranquilo, mientras que ___ iba jugando con el tigre a su lado.

- Ne, ne~, Kaigaku-Kun.- Lo llamo. Este volteo a verla, notando como el tigre estaba casi sobre ella, con sus cabezas lado a lado.- ¿No crees que nos parecemos a ellos?- La miro extrañado hasta que recordó sus pensamientos antes de subir al tren, haciendo que aparte la mirada algo sonrojado, provocando la risa de la menor.- ¿Sabes? Shiva es hembra, mientras que Snow es macho. El segundo siempre ha estado conmigo y ambos fuimos rescatados juntos.- Murmuro.- Pero hace unos años encontré a esta encantadora niña.- Abrazo a la tigresa.- ambos se volvieron inseparables desde entonces.

El pelinegro miro con atención a ambos tigres, luego de unos segundos se levanto del lugar y la tigresa lo ocupo rápidamente, volviendo a molestar al albino. Kaigaku se sentó al lado de la castaña, cerrando sus ojos en el proceso y cruzandose de brazos.

- Entonces hay que dejar que estén juntos.-Murmuro sin abrir los ojos. La chica sonrio dulcemente al oir esas palabras.

- Si, tienes razón.- Se apoyo en su hombro, cerrando también los ojos, dispuesta a dormir.

...

Los Tokito miraban con el ceño fruncido al pelinegro, el cual había llegado con la castaña hace unos minutos. Kaigaku se removió incómodo en su lugar, tomando su té e ignorando las miradas.

- Mui-kun, Yui-Kun.- Ambos la miraron con una sonrisa, cambiando totalmente a como veían al desconocido.- Kaigaku-Kun va a vivir desde hoy aquí junto a nosotros, así que tratenlo bien, ¿si? No quiero enterarme de que le hicieron algo.

Ambos hermanos asintieron ante la petición de la menor, pero en cuanto está se dio la vuelta, volvieron a mirar mal al más alto.

- También dejen de mirarlo así. No ha hecho nada malo.

...

-Bien, Kaigaku-Kun.- Hablo la castaña. Ambos estaban en el patio de la fianca, con ropa para entrenar.- En un mes será la prueba final de este año. Así que deberás terminar de entrenar con las posturas del aliento del rayo. Luego de eso, empezaremos con tu entrenamiento para pilar del rayo y el de las posturas del tiempo.

- ¿Pilar del rayo?- Murmuro extrañado. La chica asintió, sonriendole dulcemente.

- Si vas a tener el honor de que ___-san te entrene, debes de apuntar a ser un pilar.- Hablo fríamente Yuichiro.

- Es lo mínimo que debes hacer como agradecimiento.- Continuó Muichiro.

- No le pongan peso en sus hombros, chicos...- Hablo la castaña.- Siempre debes de apuntar a llegar a los pilares, Kaigaku-Kun. Pero sólo da tu mejor esfuerzo, que no te importen los rangos.

- ___-san rechazó el puesto de pilar durante varios años.- Siguió Yuichiro, ignorando las palabras de la castaña.

- Conciderate afortunado por respirar a su alrededor.

- Ya. Basta.- Los corto la menor, frunciendo el seño. Vio como Kaigaku apretaba los puños a la vez que fruncia los labios.- Kaigaku-Kun tiene el potencial suficiente para llegar a ser pilar. Sólo debemos pulir algunas cosas.- Murmuro la chica, analizandolo con la mirada. El pelinegro alzo la mirada extrañado.- Pero su técnica es casi perfecta. Debemos de ayudarlo a dominar la primera postura. También cambiar tu actitud. Ya tenemos suficientes malhumorados con Sanemi-kun y Oba-kun.

- ¿Qué estas insinuando?- Gruño el más alto.

- Eso mismo, Kai-kun. Deja de lado tu orgullo o puedes ir tomando tus cosas para irte. De nada te servirá aferrarte a algo sin valor.- Hablo la castaña, sus ojos brillaron por un segundo.- No le enseñaré a alguien que siente rencor.- Murmuro.

Los gemelos se quedaron en silencio, al igual que Kaigaku. Sólo que este último miraba con enojo a la más pequeña.

- ¿Quien te crees...?

- ¿... Que soy? Soy ___. No tengo apellido. Soy cazadora de demonios desde los 8 años y pilar desde los 11. Esos es todo lo que debes saber y tener claro.- Colocó un dedo en el pecho del pelinegro, señalandolo.- Soy tu superior. Acepta lo mis consejos o puedes irte. No voy a entrenar a alguien que no está dispuesto a escuchar.

Tiempo - Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora