La suite de la noche

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En la isla de Mykonos nace Brooke Antzas, una niña que desde bebé se podría apreciar su maravillosa belleza, cuando su familia la sacaba a pasear en su coche, todas las personas paraban 10 minutos para admirarla. A medida que iba creciendo, se podían observar un poco más sus facciones, pelo negro, liso y bastante largo, unas pestañas churcas grandes, unos ojos color cielo que deslumbraban al momento de abrirlos, una sonrisa angelical y unas cejas casi perfectas. Al comenzar su niñez, Brooke se ingeniaba distintos planes para siempre obtener lo que quería, pues sus padres, desde que era un bebé le otorgaban todo lo que ella les pedía por la simple razón que al su hija ser tan bella, miles de agencias y programas de televisión los llamaban para que Brooke apareciera en un comercial o para que fuera la cara de una nueva marca. En pocas palabras, la única fuente significativa de ingresos para los Antzas era su única y adorada hija. Gracias a esto, Brooke manipulaba a sus padres siempre que se le antojaba. En la secundaria, Brooke era la típica adolescente que lideraba a todos los alumnos, nunca tuvo novios, pues no tenía tiempo para cursilerías cuando todos y cada uno de los adolescentes la deseaban. Para Brooke, el enamorarse conllevaba varias tragedias, disminuía drásticamente su status social, la "volvía débil" y aborrecía las cursilerías. Toda su adolescencia se podría resumir en una sola palabra, "FIESTA", no había semana en donde Brooke no saliera por lo menos dos veces. Actitudes que sus padres no apoyaban o soportaban. Sin embargo, Brooke siempre encontraba la manera de manipular su camino para hacer lo que quisiera. Cuando terminó la secundaria, ninguna universidad quería admitirla, pues estaba tan enfocada en salir de fiestas y en la diversión, que sus notas eran lamentables. Por este motivo, sus padres, en su cumpleaños número 18 le cortaron todos los soportes económicos y le dieron una sola semana para buscar cómo hacer su vida, porque, al acabarse el tiempo, debía abandonar inmediatamente la casa, pues solo había traído desgracias a la familia. Brooke estuvo destrozada todos los días de esa semana, pues no tenía ningún plan para salir de esta, su vida estaba prácticamente arruinada, cuando, de repente, una buena idea llegó a su cabeza. Uno de los muchos niños que estaban "hipnotizados" por la belleza de ella, había aplicado a una beca en Estados Unidos, más específicamente, en Nueva York, la ciudad en donde los sueños se hacen realidad. No le costó más que unos cuantos mensajes, un par de besos,  y el chico le consiguió la entrevista y le preparó todo lo que debía decir para ser admitida. Así fue, en menos de unos 3 días, Brooke ya había aprobado la entrevista y tenía sus boletos de avión directos a Nueva York con todo pago. Cuando sus padres se enteraron de la noticia, sus corazones saltaron de la alegría, pues ir a Estados Unidos era una meta casi imposible, por lo que quisieron arreglar la situación que tenían con su adorada hija. No obstante, la conversación no salió tan bien como lo pensaban, pues las únicas palabras que salieron de la boca de Brooke fueron "Ustedes ya no son mi familia, olvídense que existo como yo voy a hacer con ustedes".

Dos meses después, Brooke se encontraba en la sala del aeropuerto con sus maletas, lista para emprender su viaje hasta Nueva York. Mientras esperaba a que la llamaran a abordar no podía dejar de imaginarse paseando en una alfombra roja, con un vestido negro bastante elegante, con millones de paparazzis intentando tomarle fotos y siendo adorada por todo el mundo. Todos esos pensamientos se frenaron cuando se escuchó por los altavoces la voz de la azafata diciendo que todos los pasajeros ya podían abordar su vuelo, mientras iba cruzando el largo pasillo de cristales, por fuera de ellos había un cuervo, viéndola fijamente, observando cada paso que realizaba, lo cual era bastante raro, pues justamente en Mykonos, los cuervos eran bastante escasos. Esto llamó la atención de Brooke, pero inmediatamente lo ignoró y siguió su camino.

Luego de 13 horas de vuelo, finalmente pisa el aeropuerto John F. Kennedy. Al bajarse del avión, vuelve a encontrarse con otro cuervo negro que la estaba observando, pero, este tenía algo distinto, en su pico cargaba una pequeña piedra que irradiaba una luz entre negra y morada. Brooke no podía dejar de observar esa pequeña piedra, pero el vidrio del pasillo la separaba de ese cuervo. Brooke siguió derecho, tenía que recoger sus maletas, que por cierto, eran DEMASIADAS.  Cuando la última maleta se asoma por la cinta, Brooke ve que encima de ella se encontraba la misma piedra negra que tenía el cuervo en su pico, como si él la hubiera ubicado perfectamente ahí, como si supiera que aquella maleta le pertenecía a ella. Sin pensarlo dos veces, Brooke cogió esa piedra de manera apresurada, pero al tocarla, esta desaparece y de un momento a otro, todo el aeropuerto se encontraba a oscuras, no se podía ver nada, solo un pequeño brillo morado que salía de la muñeca derecha de Brooke, un tatuaje, con la forma parecida a la de un ojo emanaba una leve luz morada y por más fascinante que sonaba, Brooke estaba totalmente petrificada. Su actitud cambió repentinamente, como si toda su emoción se hubiera visto inundada por un sentimiento de ira y venganza indescriptible. En un instante, todo el aeropuerto volvió a la normalidad, el tatuaje extraño de Brooke había dejado de brillar, pero una voz resonaba en su cabeza

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