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Entré a la limusina de Timothée una hora después, pensé que él me habría dejado para entonces, pero no fue así, en cambio parecía bastante acoplado a la situación en la que se encontraba, tenía dos computadoras abiertas, una de ellas con una junta a tiempo real, además de que seguía viendo información en su celular y lanzaba datos como si fuera una máquina. Tardó media hora en darse cuenta que yo me encontraba a su lado.

"¿Cómo han ido las cosas?"

"Genial" dije sarcástica y lo miré, "mi querido, querido esposo."

Timothée volvió la cara rápidamente hacia mí y frunció el ceño.

"¿Qué dijiste?"

"Hablemos de negocios" suspiré, "sé que las empresas de mi familia están en la ruina, pero siguen teniendo el prestigio y aún no se sabe que están a punto de ir a bancarrota, por lo cual los Volker pueden aprovechar para tenerlas."

"¿Un matrimonio?" sonrió, "¿Sabes lo que quiere decir un matrimonio, Raphaela?"

"Sí" saqué mi teléfono, "no es que sea idiota, tengo dos maestrías y un doctorado como para no saber del matrimonio"

"Quiero que sepas que no hay medias tintas, esto es un matrimonio en toda la regla, con las funciones que deben tener."

"Comprendo todo bastante bien, Timothée" dije molesta, "sé que no hay divorcios de por medio ya que no nos convendría, por lo tanto lo demás está de sobra ¿vale? Vayamos a lo importante."

"¿Lo demás?" se burló. "Creo que se te pasa lo más importante. En un matrimonio hay hijos y si hay hijos hay..."

"Sexo Timothée" le dije obvia, "lo sé y comprendo bien que es una parte que a ti te vuelve un poco loquito, pero por ahora no es lo más importante."

"Creo que es importante tocar ciertos puntos, como los hijos ¿qué dices de eso?"

"Eso es demasiado por ahora ¿los quieres en este momento? Me imagino que la respuesta es no, por mi parte es lo mismo" froté mis sienes, "me volveré loca antes del jueves."

"Espero que no, ese día se abrirá la galería de Federico Bombardy, tengo invitación de ir y supongo que tu también" dijo sin más, "creo que sería un buen día para comenzar a mostrarnos en público como una pareja ¿no te parece?"

"Y hacer algunos negocios mientras tanto" dije esperanzada, "sé que irán muchos importantes inversionistas."

"El que nuestro compromiso esté formalizado para ese día nos dará el beneficio de la duda" asintió, "podré trabajar para que incluyan capital en la empresa Van Wyngaarden"

Gruñí con fuerza a lo bajo y lo miré molesta.

"¿Cuánto porcentaje tienes de la empresa justo ahora Timothée?"

"Veinticinco" dijo sin más.

Elevé una ceja.

"Te mueves bastante rápido considerando que yo tengo el sesenta por ciento." Timothée no contestó, simplemente no hacía falta que lo hiciera. Quién lo conociera sabía que era un hombre de cuidado, con los números en su cabeza y una inteligencia bastante superior a la media, lo detestaba por esa razón. "¿Ahora a dónde vamos?"

"Tengo algunas cosas que resolver en las empresas de aquí antes de regresar a Nueva York" dijo sin más, "creo que sería bueno además que Demian te volviera a ver después de tanto tiempo."

"¿Millie trabaja contigo también?"

"Ella se ocupa de las caridades de la familia Volker, no suele ir a la empresa, pero da la casualidad que está aquí toda mi familia."

El regreso de: RaphaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora