Hasta El Final

¿Preparados para el nuevo curso?

~Narra Hugo~

Mañana es mi primer día en la uni y ni si quiera se hablar italiano, así que no sé ni cómo voy a poder atender en las clases y lo de hacer algún amigo yo creo que ya queda totalmente descartado; aunque estoy intentado poner buena cara delante de mí madre porque ya ha soportado demasiado cómo para tener que preocuparse por mi vida aquí.

~Narra Eva~

Acabo de llegar a Venecia después de un vuelo horrible con un montón de turbulencias, que además ha sido el primero que hecho sola en toda mi vida, pero por lo menos ya ha acabado y lo puedo dejar para el olvido. Ahora estoy en el metro y cuando salga ya solo me quedará encontrar el piso que he alquilado a  medias para todo el curso con una chica también española, que ya conozco un poco porque hablamos unos cuantos días para ver cómo nos llevábamos antes de alquilar el piso y me pareció bastante maja, así que espero que todo vaya bien, ya que a parte de compartir el piso con ella, vamos a estar estudiando lo mismo en la misma clase.

Media hora después

Ahora mismo estoy parada en frente de la puerta y no sé si abrir con mi llave o tocar al timbre, ya que recuerdo que mi compañera me dijo que ella llegaría por la mañana y no sé si sería de mala educación abrir así de sopetón, así que finalmente decidí tocar al timbre y cinco segundos después me encuentro con una chica bastante guapa con un lunar encima de la ceja, que parece muy ilusionada por verme.

Nueva compañera de piso: ¡Hola soy Anaju! ¿Tú eras Eva verdad? ¡Encanta de conocerte en persona por fin!

Eva: ¡Hola! Sí, soy Eva, encantada de conocerte también.

Esta chica parece demasiado emociona y yo un poco nerviosa por caerle mal o algo.

Anaju: Bueno, ¿voy a dejarte pasar no? –dijo riéndose– ¿Que tal el vuelo?

Eva: Pues ha sido horrible la verdad, habían un montón de turbulencias y era mi primera vez sola en un avión, pero bueno, ya estoy aquí.

Anaju: Vaya no me lo esperaba la verdad, el mío de esta mañana ha ido genial; pero vamos a cambiar de tema. Mira –me dijo hacercandose a una habitación que quedaba enfrente– esta es la habitación que elegimos para ti el mes pasado. Te la he decorado un poco, espero que te guste.

No me iba hacer falta mentir; había dejado una habitación preciosa.

Eva: ¡Bua esto es increíble, muchas gracias!

Anaju: No hay de que, me encanta decorar habitaciones y mientras dejaba la mía bien bonita he pensado que a ti también te gustaría, así que toda tuya.

A partir de ahí me empezó a enseñar el resto del piso y me ayudó a guardar mis cosas mientras hablábamos de cualquier tontería y de cómo sería el día de mañana. Creo que ya estábamos empezando a tener bastante confianza entre las dos, pero yo todavía no me sentía preparada para a contarle porque estaba aquí realmente.