siete

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         Sehee trae pastelitos de canela cuando llega el fin de semana y por fin puede escaparse de su madre y Yoongi para ir al lago y ver a Taehyung. Taehyung una vez más está allí, esperándola. Una vez más él está con la misma ropa, aunque su cabello está diferente, está más opaco, y se lo queda mirando notando que le quedaba muy bien. 

 A la escuela a que asiste nota que hay varios chicos que se pintan el cabello, así que sabe que el color de  Taehyung no es natural, aunque recuerda haberle visto con ese color en el pasado. Como si él adivinara sus pensamientos, se toca la cabeza, jugando con sus cabellos suaves. 

—He intentado pintármelo a negro, así como el tuyo. 

Ella abre la boca y le dice que le iba a quedar muy bien. Sehee le abraza y cierra los ojos cuando él una vez más huele a flores. Se siente en calma cuando lo hace y descubre que le ha extrañado aunque solo ha pasado seis días. 

Sehee era consciente que su madre en cualquier momento le atraparía y le castigaría, más si ahora ni siquiera quería pasar tiempo con Yoongi para solo poder venir a ver a Taehyung. Ella había notado la expresión triste de Yoongi cuando ella dijo que ese fin de semana estaría ocupada, no, que todos los fines de semana a partir desde ese día lo estaría. Yoongi quiso preguntar porqué, pero su tristeza le dejó mudo y solo la dejó ir. 

Sehee sabía que también debía pasar tiempo con Yoongi, pero ambos asisten a la misma escuela, así que le hablaría como siempre. 

—Ya quiero que las vacaciones de verano lleguen —. Ella comenta una vez que se vuelven a sentar en la banca de siempre. Taehyung había traído un soplador de burbujas, y soplaba observando las burbujas crecer hasta explotar. —¿Estarás aquí o viajarás? Normalmente mamá y yo vamos a la playa por unas semanas, pero este año no quiero ir. 

Taehyung le mira soplando para crear una burbuja, y luego habla. —Estaré aquí, no me iré. 

—¡Entonces podremos pasar el verano juntos! 

Taehyung le sonrió, asintiendo. Ella comió un pastelito, y le invitó uno, pero Taehyung negó, pues estaba lleno. Sehee no dijo nada y solo comió su pastelito tranquilamente. 

Le gustaba escuchar a Taehyung  riéndose al crear las burbujas, y ella solo le observó, bastante atenta, cuán bonito él se veía. 

El tiempo pasa y el verano llega. Sehee deja de ver a Yoongi en algún momento. Ella piensa que posiblemente Yoongi se ha ido de viaje por las vacaciones, pero no cuestiona mucho, pues cuando baja del bus frente al lago, ella ve a Taehyung ahí, esperándole como siempre. 

Esta vez ya viste otra ropa, aunque cada vez más es repetitiva, pero no le da importancia cuando le abraza y pega sus labios contra los de él. 

Sehee está enamorada de él y lo siente tan real, siente tan real su amor, a pesar que a veces tiene dudas, pero no lo importaba realmente, porque Taehyung era dulce con ella.

Taehyung gusta de acariciar su cabeza, jugar con sus dedos y darle muchos besitos por doquier. A veces no solo se quedaban en la banca, sino caminan bajo un árbol, no muy lejos de ahí, donde pueden apreciar el sol caer, justo antes que Sehee se marche.

A Sehee le gusta estar en sus brazos y cerrar los ojos oliendo a Taehyung.

Sin embargo, ese día se marcha un poco más temprano porque se encuentra cansada, parecía que se iba a enfermar, así que Taehyung le acompaña hasta el paradero, donde ella cierra los ojos cuando él besa su frente y le susurra un adiós. No quiere irse, pero el malestar es algo fuerte.

Sube al bus y se dirige a casa. Apenas ella llega allí corre a la lavandería, donde se despoja de su ropa, porque su ropa huele a pasto y flores, y ella siempre debe borrar toda señal de que estuvo fuera de casa cuando en realidad su mamá cree que se mantuvo en casa leyendo libros. 

Sin embargo, Sehee siempre nota la mirada de su madre, como si sospechara de la verdad, pero no le riñe, no le dice nada, solo le escucha suspirar. 

Ambas se sientan a comer al anochecer  y Sehee siente una presión extraña en el pecho. Su madre está muy seria y cuando le habla, se tensa.

—¿Qué es de Yoongi? ¿Hablas con él? 

Ella le pregunta. Sehee deja sus palillos a un lado y le mira.

—No mucho. —miente. —Demora en responder, pero está bien. 

Sehee ni siquiera tiene idea en dónde está él. Solo sabe que no está al rededor.

—Ya veo. Mañana iremos a visitar a tío Jung ¿Si?

Tío Jung era doctor, su doctor desde pequeña y aunque no era necesariamente su tío, le llamaba así de cariño. Una o a veces dos veces al año iba a verle para hacerse un examen general. No esperaba que su madre le dijera para que se haga uno cuando solo hace tres meses ha ido, pero asiente, para no darle la contraria.  

—¿Te has sentido bien? 

Asiente. 

Se ha estado sintiendo más que bien gracias a Taehyung.

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