once

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—Sehee, ven acá. — La señora Cho le indica cuando ella está apunto de subir las escaleras. Tiene ganas de llorar porque no ha visto a Taehyung por ni siquiera un segundo cuando ha estado en el lago por casi dos horas y no le responde aún los mensajes, incluso cuando le ha dicho que ha vuelto de su viaje.

—¿Si?

—¿No quieres ver una película conmigo? Escoge tu favorita.

A Sehee le parecía raro que su madre se esté comportando así, así que se encogió de hombros, cruzando sus brazos sobre su abdomen.

—¿Sucede algo? —su madre cuestiona el silencio de su hija.

—Mamá ¿Qué sucede?

Sehee sabe que el comportamiento de su madre no es normal. Sin embargo, ella sonríe, levantándose tranquila hacia su hija.

—No sucede nada, pero es que te veo tan diferente, mi amor. —Su madre se acerca lo suficiente, al punto de tocarle sus hombros en un gesto suave. —No hablas ni de Yoongi. ¿Sabes que conversé con su mamá? La señora Min me dijo que Yoongi está triste y que no te menciona para nada.

Sehee de repente se siente mal. Yoongi, su mejor amigo, con quién siempre había estado, está triste.

—¿Ustedes se han peleado, o... Será que te ha empezado a gustar? —Sehee niega, triste, ante esa posiblidad. —¿Él se te ha declarado?

—No, mamá, simplemente...

Se queda callada. Realmente se siente mal por haber alejado a Yoongi.

—¿Sabes cuándo regresa?

Sehee pregunta con voz suave y su madre sonríe.

—Mañana está volviendo del campo. Sería bueno si le haces unos pastelitos, a él le fascinan. Si quieres puedo ayudarte, mañana aún tengo el día libre.

Sehee asiente. Su madre sonríe calmada y le vuelve a preguntar qué película quiere ella ver, así que Sehee se acerca al sillón, buscando qué ver.

🌧

Sehee suspira y envuelve sus brazos en el cuerpo delgado de Yoongi. De repente siente que ha pasado siglos desde que le ha visto, pero ha pasado solo un mes. Un mes desde el último día de clases. Cierra los ojos, oliendo la esencia  con olor a vainilla que emana Yoongi, la que siempre también le ha calmado.

—Te he extrañado estúpida, ¿Por qué no me has mandado un mensaje? Pensé que hasta algo te había hecho para que te enojes y me evites así.

Siente a Yoongi gruñir, pero Sehee le sigue abrazando, al menos por unos segundos más, puesto que él le aleja de los hombros.

—Perdón, Yoongi, yo solo quería estar sola en estos días...

—Estás así desde que fuimos al lago, Sehee.

Yoongi le dice y Sehee aparta la mirada. Yoongi sospecha que algo pasó allí y no se queda callado.

—¿Qué sucede? Puedes confiar en mí, lo sabes ¿No?

Sehee lo sabe, pero no quiere decirlo. Sabe que Yoongi le diría a su madre y no sabe cómo ella lo tomaría, porque apesar que su madre le llevó al lago, tiene una corazonada que no le gustará saber que ella vuelve por su cuenta casi a diario.

Tiene una corazonada terrible.

Aún así, cae ante el encanto de Yoongi.

—Estoy enamorada de alguien... Es eso. —Yoongi, quién había estado sonriendo y acariciando las mejillas para que entre en confianza, borra por completo su expresión feliz. Sehee continúa.— Yo no quiero decir su nombre aún, ni cómo lo conocí, así que respeta eso... Solo tengo miedo que mamá no me deje estar a su lado. Sabes cómo es... Me protege mucho a veces y realmente lo quiero.

Yoongi está en silencio y traga duro, porque le duele, le duele que Sehee hable así de otra persona, aún así, con su expresión triste, le acaricia el cabello.

—Así que es eso... ¿Has estado viéndote con él, entonces?

Sehee con las mejillas sonrojadas asiente. Yoongi siente un dolor en el corazón.

—Te guardaré el secreto, pero... —hace una pausa para que Sehee le mire, pues ella solo mira al suelo. —solo te pido de favor que te cuides. No todos los chicos son buenos como yo, habrá chicos que querrán aprovecharse de ti.

—Él...—Sehee habló en defensa. —Él no es así.

—Solo lo digo para que tengas en cuenta eso, porque yo no lo conozco y no puedo protegerte de él, ni siquiera advertirte si él es malo o bueno.

Yoongi es directo. Sehee sabe que él tiene razón. Yoongi siempre le protege de los chicos que le quiere hacer daño. Siempre lo ha hecho.

—Algún día te lo presentaré, pero por el momento no...

—Con tal que no me abandones.

—No lo haré, te lo prometo. 

Sehee suelta, enseñándole el dedo meñique, que Yoongi mira con diversión, pero que poco después une con el suyo, haciendo una promesa, una promesa que Sehee rompe tan fácilmente.

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