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-Esto es verdaderamente humillante - comentó Sophia hacia un joven Adrien Changretta.
-¿Por? - preguntó curioso.
-Parezco una maldita criada en esa casa, Darby me manda de arriba hacia abajo, tengo este estúpido horario y sobre todo tengo 5 minutos más en este maldito restaurante antes qué me envíen a buscar por no estar en mi habitación.
- Eso es lo normal para una niña de 17 años Sophia. - contestó compartiéndole de su comida.
- Tú lo dices por qué eres hombre y tienes 21, no debería ser diferente para mí por el hecho de ser mujer.
- Escapate conmigo entonces.
- ¿Huh?
- Sabes qué mañana Luca y yo regresamos a Italia, y el abuelo te adora, te recibiría con los brazos abiertos.
-Creo qué tu oferta el realmente tentadora - le sonrió.- Además escaparme con mi novio, típico cliché, los adoro.
- Hazlo - la tomó de la mano - Hazlo y sé mi esposa.
Los ojos de Sophia se abrieron en señal de sorpresa.
Adrien sacó el anillo de su bolsillo y procedió a colocarselo en el dedo anular.
- No es un diamante enorme cómo el qué mereces, sabes qué aún no estoy de lleno en los negocios de la familia y aunque esto sea lo qué puedo darte en este momento, no dudes qué mi amor será pobre.
- Me casaría contigo aunque estuviera viviendo en una cloaca y comiendo sobras de los demás - le contestó con una sonrisa mientras se lanzaba a los brazos de Adrien. - Debo volver a casa y contarle a todos al respecto. Hablaremos qué pasará con Italia en la mañana.
Adrien asintió con una gran sonrisa mientras Sophia se alejaba.
Sophia procedió a salir del restaurante, su departamento de paso estaba a unas cuantas cuadras y quería guardar varias cosas antes de ir a casa de su hermano.
