Wish You Were Here

22 4 26
                                    

-Tengo algo muy importante que contarte, en una semana vuelvo a Liverpool, y vas a poder vivir conmigo de nuevo- dijo emocionada, aunque mi sonrisa se borró.

27 de Marzo de 2007. Liverpool, Inglaterra.

Por fin había llegado el día de mi cumpleaños, mamá había querido que viva con ella, pero yo no quería, las cosas cuando estábamos solos eran difíciles, nos peleábamos mucho, y ella estaba siempre enojada por muchas cosas.

Los abuelos no eran así, no me dejaban hacer todo lo que quería, pero no me gritaban como mamá. Ella se enojaba por muchas cosas, y papá no estaba allí para calmarnos a ambos.

Lo extrañaba. Lo extrañaba mucho. Mamá también lo extrañaba, y a veces estaba triste y se enojaba mucho. A veces me gritaba porque yo lloraba sin razón, aunque estaba triste. La quiero mucho a mamá, pero no me gusta vivir con ella, y eso la enojaba.

Los abuelos hablaron con ella, y accedió a que me quedara por un tiempo más, aunque no podría estar con ellos siempre.

Pero hoy la historia era diferente, es mi cumpleaños y estamos todos juntos festejándolo. Muchos de mis amigos vinieron a casa de mis abuelos, además de mi familia y amigos de ellos.

Mi mamá junto a mis abuelos también me regalaron una batería, era el mejor regalo del mundo, estaba realmente contento con esto. Creo que ya estaban cansados de que me la pase golpeando las ollas o cualquier cosa con dos palitos.

Después de agradecerles por este regalo espectacular, me fui hacia el jardín a jugar con Tom y mis otros amigos.

-¿A qué escuela te van a enviar?- me preguntó Tom, mientras jugábamos pasándonos una pelota.

-Mamá dijo que me inscribió en Arnot Saint Mary- dije pateando la pelota.

-Probablemente vaya a la misma, papá dijo que aunque quede más lejos va a ser más fácil entrar allí que en otras- respondió devolviéndome la pelota.

-Mamá dijo lo mismo, además está más ceca de acá que Pavilion, va a ser mejor- respondí mirando al suelo.

-Por lo menos vamos a seguir juntos- dijo con una sonrisa.

-Hey, eso es verdad, Tom- respondí con una sonrisa también.

Estuvimos festejando hasta que se hizo de noche y los invitados se fueron. Cuando solo quedaban mamá y los abuelos, corrí hacia mi habitación para poder probar mi regalo.

-¿Cómo se usa esto?- pregunté para mí mismo. Tomé las baquetas entre mis manos y me senté en el taburete que tenía en frente.

Pisé con fuerza el pedal que tenía en mi pie derecho y se escuchó demasiado fuerte. Me tapé rápidamente los oídos y con cuidado volví a pisarlo para que saliera a un mejor volumen.

No tenía ni la menor idea de cómo tocar esto, así que simplemente tocaba cosas al azar, sin ritmo ni patrones. Sonaba muy extraño, ya aprendería.

Estuve bastante rato intentando, hasta que me mandaron a dormir porque ya era muy tarde.

16 de Septiembre 2007. Liverpool, Inglaterra.

Hoy comenzaría la primaria, y no voy a mentir, estaba bastante asustado, no conocía a nadie además de Tom. Me vestí con el uniforme que consistía en una camisa blanca, un pullover negro con el logo de la escuela, zapatos y pantalón de vestir del mismo color. Peiné con cuidado mi cabello y lavé mis dientes. Tomé mi mochila y fui hacia la sala de estar, donde mi abuela me esperaba para llevarme a la escuela, y debíamos pasar por Tom, cuya casa nos quedaba de camino.

Me hubiese gustado que papá pudiese verme en mi primer día de clases. Mamá ni siquiera llamó.

Nos encaminamos para la escuela. Quedaba cerca de casa, pero el abuelo dijo que prefería irme a buscar porque era muy chico para ir solo. En apenas 10 minutos ya estábamos allí, me despedí de la abuela y entré con Tom a la escuela.

-Es muy grande- dijo él mirando la edificación.

-Lo sé, da miedo- dije observando para todos lados.

-Por lo menos tenemos las mismas clases- dijo apoyando una mano en mi hombro.

-Este va a ser un buen año- le dije con una sonrisa.

Entramos al lugar y nos dieron una pequeña charla introductoria, y luego de eso tuvimos la primera clase, donde prácticamente no hicimos nada más que presentarnos. Tocó el timbre indicando el receso y salimos hacia los pasillos.

-Hey, allá hay una niña que está sola- dije mirando a una castaña.

-¿Vamos a hacerle compañía?- preguntó Tom.

-Vamos- dije sin pensarlo dos veces.

Nos acercamos dónde estaba la niña y nos sentamos a su lado.

-Hola, soy Tom- dijo el pelirrojo.

-Yo soy Tim- dije algo tímido.

-Hola- respondió igual que yo- soy Sophia. Mucho gusto, chicos- añadió, ambos le sonreímos.

-¿Qué te gusta hacer?- preguntó Tom, con la confianza que lo caracterizaba.

-Me gusta cantar y escuchar música- respondió la castaña con una sonrisa.

-Mirá, es perfecta para vos Tim- soltó el pelirrojo mirándome. Mi cara enrojeció de inmediato.

-¿Por qué? ¿Qué te gusta hacer?- preguntó ella.

-¿Él? Oh, es un maestro en la guitarra, la batería y el piano- dijo sin dudar Tom.

-No es cierto, Tom. Solo los toco algo, pero no soy muy bueno, ni siquiera aprendí a hacerlo- respondí sonrojado con la cabeza baja.

-Me gustaría escucharte algún día- dijo con una sonrisa- ¿Y a vos qué te gusta, Tom?-

-Dibujar y jugar videojuegos- respondió orgulloso.

-Dibuja muy bien- dije ahora yo.

-Eso es muy cierto- dijo Tom, a lo que los tres reímos.- Y... Sophia... ¿querés ser nuestra amiga?- preguntó.

-Por supuesto, son muy graciosos- dijo con una sonrisa- además creo que estamos en la misma clase, así que podemos vernos todo el tiempo- añadió.

-Eso es muy genial- dije.

Estuvimos toda la mañana hablando, y a la hora del almuerzo nos sentamos juntos.

-¿Qué tal fue tu primer día?- preguntó el abuelo, una vez que me fue a buscar.

-Muy bien, estamos en la misma clase con Tom, y tenemos una amiga nueva, se llama Sophia, le gusta cantar y toca el piano- dije mirando a mi abuelo por el espejo retrovisor.

-Algún día podés invitarlos a casa a jugar- propuso el abuelo.

-Quizás lo haga, son muy divertidos ellos- dije con una sonrisa.

Al cabo de unos minutos llegamos a casa, llegué y le conté todo mi día a la abuela. Cuando terminé, fui hacia mi habitación a cambiarme el uniforme. Me cambié con unas bermudas de jean y una remera blanca.

Me senté en frente del televisor y puse un viejo casete de mi papá en el que él estaba tocando la guitarra en el reproductor que estaba conectado en la televisión. Tomé dicho instrumento y comencé a imitarlo, al cabo de unos minutos de esforzarme logré tocar algo bastante similar, era una canción de Eric Clapton, siempre me gustaba tocarlo porque era muy difícil, me gustaba mucho Layla.

En el teclado me estaba costando más tocar, y para cantar siempre me salía una voz muy rasposa y no me gustaba.

Era muy lindo ver a papá, aunque sea por la pantalla, se veía tan joven, creo que fue unos 3 años antes de que yo naciera. E imitarlo podía llegar a ser muy difícil en algunos momentos, tocaba muy bien, y yo no. Había unos 5 casetes con unas 4 o 5 canciones cada uno, todas eran muy difíciles.

Ya era muy tarde, debía irme a dormir, mañana tenía que ir a la escuela nuevamente. Guardé la guitarra, junto con los casetes y me fui a bañar. Una vez que salí, me sequé y me cambié con mi pijama, lavé mis dientes y me fui a dormir.

Comfortably NumbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora