Don't Cry

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8 de Junio de 2006. Liverpool, Inglaterra.

Hoy papá se había ido. Seguramente estaba feliz en su asteroide, y yo estaba un poco triste porque no lo iba a ver por mucho tiempo, hasta que sea muy mayor dijo él. Pero me gustaba que ahora estuviese en un lugar bonito.

Lo extrañaba mucho, a pesar de que solo hoy se había ido, pero no quería llorar, él me dijo que siempre me iba amar, y que no estuviese triste porque nos íbamos a reencontrar. Antes de irse me dijo que me iba a regalar sus guitarras, sus discos, sus fotos y sus posters, y todo lo que hubiese en su habitación de la casa de los abuelos, así que eso me gustaba.

Ahora me encuentro en la casa de una amiga de mamá, ella quiso que no estuviese en casa cuando papá se fuera, así que me despedí cuando se quedó dormido. Le di un beso en la frente y me fui con Marian. La mujer no tiene hijos, así que me consentía. Ella decía que así se me iba a hacer más fácil la ida de papá.

Me había gustado que no se fuera antes de mi cumpleaños, el 27 de marzo. Cumplí 5 años, me regaló las zapatillas que tanto quería. Eran azules, con la goma y los cordones blancos.

En este tiempo, a veces no podía evitar pensar que yo había hecho algo para que se fuera. Él siempre me respondía que no era culpa de nadie, que son cosas que pasan porque tienen que pasar, como el sol que sale y se pone todos los días. Tampoco era culpa de mamá, ella había sido muy buena con él y conmigo.

Eran cosas que pasan, supongo que es cierto lo que dijo.

Mis abuelos habían estado muy tristes, algunas veces la vi a mi abuela llorar, no me gustaba. Pero todos extrañamos. Yo no había llorado, papá me dijo que no tenía que hacerlo. Y antes de irse me enseño algunas cosas en la guitarra, aunque a veces me costaba. Era difícil llegar con los brazos, y a veces me dolían los dedos.

Tenía una hoja en casa de los abuelos con todos los acordes escritos, y practicaba a veces. No era muy bueno, en absoluto. Pero me gustaba. Él tenía muchas revistas guardadas con canciones, que me regaló. Además encontré un teclado eléctrico en la parte de arriba del placard con un soporte. Papá me lo regaló y lo dejé en su antigua habitación, puesto a mi altura, donde también tocaba algunas cosas que me había enseñado y dejado escrito en una hoja. Tampoco era muy bueno.

-Timmy, tu mamá llamó, preguntó si preferías quedarte en casa esta noche- me preguntó Marian.

-Como ella prefiera- dije sin interés, no estaba de muy buen humor.

-Bueno Timmy, te puedo preparar el cuarto de invitados si querés- dijo la mujer. Asentí suavemente y volví a concentrarme en mi dibujo.

Ya se había hecho de noche y tenía que ir a dormir. Extrañaba los cuentos o las canciones papá antes de acostarme, o que me arropara. Lo extrañaba a él. Había pasado menos de un día, pero igual.

Me recosté en la cama, era bastante cómoda. No podía dormirme, no paraba de pensar en él, en mamá. Ella debía estar muy triste también. La extrañaba, pero prefería estar acá.

La noche pasó, aunque tardé mucho en dormirme, y tenía pesadillas toda la noche, papá no estaba para decirme que estaba todo bien y que solo había sido un sueño. Al día siguiente volví a casa.

9 de Agosto 2006. Liverpool, Inglaterra.

Ya habían pasado dos meses desde que papá se fue. Bueno, no se fue, ya saben que pasó. Mamá me contó la verdad, dijo que tardó en decirme porque pensaba que me iba a hacer peor. La verdad es que fue lo mismo. Ambos extrañábamos a papá, pero de a poco íbamos mejorando.

Lo que más extraño de él era que lograba calmarnos a ambos, ahora estamos todo el tiempo peleando con mamá, y he pasado varias noches con mis abuelos. Ellos también están tristes.

-Timmy, tenemos que hablar, amor. ¿Podés venir un momento?- me llamó mamá desde la sala de estar.

-¿Qué pasa mami?- pregunté asomando mi cabeza por la puerta de mi habitación.

-¿Podés venir para acá?- repitió.

Asentí y fui hasta allí, me senté en el sillón a su lado.

-¿Qué pasa?- pregunté un tanto preocupado.

-Estoy pensando en volver a Estados Unidos, con tus abuelos. Todo acá me recuerda mucho a Liam- soltó, me sorprendí.

-Pero mamá, yo no me quiero ir- rogué.

-Ya lo sé, por eso hable con tus abuelos antes de hablar con vos. Ellos tampoco quieren que te vayas, y me preguntaros si nos parecía que te quedaras con ellos- me dijo esperando mi respuesta.

-Pero no quiero ninguna, no quiero que te vayas- dije triste.

-Lo sé, pero sería solo por un tiempo- me tranquilizó acariciándome una de mis mejillas- En menos de un año volvería, poco antes de que empieces la primaria- añadió.

-Bueno mami, si a vos te va a hacer mejor andá- dije cabizbajo.

-¿Querés venir conmigo?- me preguntó.

Negué con la cabeza baja. Esta ciudad era mi hogar, no me quería ir, no quería dejar a mis abuelos solos.

-Está bien, Timmy- dijo abrazándome- Todo va a estar bien- me repitió- Mañana podemos guardar tus cosas y llevarlas a la casa de los abuelos- agregó sin soltar su abrazo, acariciando mi cabello.

Nos fuimos a acostar, aunque de nuevo me costaba dormir. Me costaba entender todo. En menos de un mes empezaría el preescolar, y había muchas cosas que no entendía, y me enojaba.

10 de Agosto 2006. Liverpool, Inglaterra.

-¿Qué más falta llevar?- preguntó mamá dando vueltas por la habitación.

-Creo que nada más- respondí sentado en el piso, jugando con la vieja GameBoy de papá.

Ya habíamos puesto toda mi ropa y juguetes en cajas, además de mis cuadernos de dibujo y los discos de papá que estaban en casa. Y teníamos la guitarra de él también acomodada para llevarla.

Cargamos todo en el auto y lo llevamos a la casa de mis abuelos. Una vez bajamos del auto, corrí a la puerta para tocar el timbre. Ya no necesitaba pararme en puntas de pie.

-¡Timmo!- me saludó con emoción el abuelo, agachándose a mi altura para abrazarme.- Cyn, ¿te ayudo con las cajas?- preguntó con una sonrisa.

-Sí, muchas gracias Serafin- respondió mamá. El abuelo se separó de mí y fue a ayudarla a mamá.

Entré a la casa y me dirigí para la que sería mi habitación, ahí estaba mi abuela. La saludé con entusiasmo.

-Estaba limpiando todo para cuando llegaras Tim. Pero necesitaba de tu ayuda para algunas cosas- dijo mi abuela

-¿Qué necesitás?- pregunté con una sonrisa, frotando mis manos.

-¿Querés dejar todos los posters y las fotos o querés que los saquemos?-

-Quiero dejarlos, aunque mamá me trajo mi estantería para guardar más cosas. Me gustaría poner los discos y los juegos ahí- respondí buscando las cajas del placard.

Nos pusimos a ordenar todas las cosas. La estantería quedó con los discos grandes y negros en la cima, los discos pequeños y plateados en el siguiente, los juegos y las películas en el tercero, y mis carpetas de dibujo en el último, junto con algunos libros que tenía papá guardados allí. En el placard dejamos toda mi ropa y juguetes. Las dos guitarras, junto con el amplificador quedaron al lado del escritorio con ambos reproductores. Aprendí que el más grande se llama tocadiscos, era bastante sencillo.

La habitación era muy grande, del tamaño de la sala de estar de nuestro departamento, tenía las paredes de ladrillo con muchas fotos en una y posters en otra, en las otras dos paredes estaban el placard y la televisión, y la cama y el escritorio en la otra. Y aun así sobraba mucho espacio. Me gustaba estar acá, y la cama era muy cómoda para dormir. Me gustaba mirar las estrellas pegadas en el techo, o las fotos de papá y mamá en la pared.

Era mi primer día acá, pero ya los extrañaba.

Comfortably NumbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora