CAPÍTULO I: LUNA

44 6 0
                                    



Cada noche empieza igual, cada estrella se mueve de un lugar a otro, pero siempre siguen el camino trazado por algún dibujante descuidado. Luna suspira cada vez que el Sol asoma sus tenues rayos en el horizonte, una vez más se tiene que esconder, manteniendo viva la ilusión de que un día pase algo extraordinario, algo que lo cambie todo.

Mientras Luna se distraía imaginando mil formas para hacer que todo cambie, descubrió a lo lejos a una mujer con un aspecto muy distinto al resto de los humanos, Trató de inclinarse para verla mejor y se percató que además de ser una mujer muy extraña también actuaba de una manera peculiar. La mujer estaba cavando en la tierra, la Luna sintió una tremenda curiosidad, quería saber quién era aquella criatura casi plateada, pero deseaba mucho más encontrar antes que ella lo que tanto buscaba en medio de la arena.

Y como si no le bastará el no poder bajar del cielo para preguntar o asomarse sobre el hombro de ella, la Luna escucho un suave cántico, un murmullo que fue creciendo, acompasado, dulce y amenázante a la vez. La mujer iba repitiendo una y otra vez una serie de palabras sin sentido, pero que en La mente de Luna parecían encadenarse, tomar forma, crecer y decirle a gritos: ¡Baja! ¿Quieres ser humana? Otórgame tu poder y yo te regalaré mi vida.

Luna hubiese deseado tener piernas para huir del lugar, tener ojos para cubrirlos con unas manos temblorosas. ¿Acaso esta mujer le estaba ofreciendo lo que tanto había soñado? ¿Entonces por qué el miedo la recorría?

Luna sabía lo que significaba dejarlo todo, sabía que la inmortalidad era un don que una vez otorgado no se podía recuperar, pero ahí estaba, atrapada por el murmullo, hipnotizada por el agua que empezaba a brotar en el hoyo cavado con tanta desesperación. La sangre de la mujer se mezclaba con el agua, creando formas hermosas y misteriosas, Luna tenía claro que en cuanto tocara sangre humana, se convertiría en uno de ellos.

Luna podía imaginar el terror, el amor, el deseo, pero realmente no podía sentirlo, después del largo tiempo que ya había vivido, los sentimientos eran alguna debilidad humana olvidada para los seres como ella. Pero hoy, lo hubiera dado todo por recordar esas sensaciones. Solo el movimiento del agua y la sangre la guiaban, en su mente solo se repetían las palabras de la mujer, y entre un impulso y el arrepentimiento, Luna caía a la tierra, dejando el cielo sumido en una aterradora oscuridad.

- ¡No!

Alcanzó a gritar, antes de estrellarse en el agua y sentir por primera vez dolor, dolor y unos deseos enormes de salir de ese agujero.

Se removió desesperada, pero mientras más peleaba por asirse a los bordes, más cedía la arena, llevándola al fondo. En medio de su frustración, sintió algo también nuevo, cálido y que empezó a llenar todo de una seguridad que no sabía de dónde había salido.

- Espera, deja de pelear. Toma mi mano con fuerza y deja que yo te ayude a salir.

Luna obedeció a la voz varonil, tocó por primera vez una mano humana y en lo más profundo de su ser deseó que no la soltará nunca más. 

Vida de LunaWhere stories live. Discover now