Capítulo 24 | Perdón.

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Narrador Omnisciente.


- ¡No puede ser!, ¡no puede ser, maldición!
Clamó la mujer peliverde dando un puñetazo a la pared de la casa que yacía sin nada.

Tsumi tenía ambas cejas entre juntadas, con una mirada neutra. Estaba furiosa, pues cuando salió de su casa, antes de ir a su querido hospital, optó por ir primeramente a la casa de Nozomi, que ella misma había comprado para su mejor amiga.
Cuando vió las ventanas cerradas, se extrañó mucho ya que la pelinegra suele abrirlas al despertar para que entrará aire puro al interior de la casa.

Al llegar a la puerta, tocó varías veces pero nadie respondió a los golpeteos. Miró la perilla y la agarró, lentamente la giró y completamente se abrió. No estaba cerrado con llave, y eso la alarmó un poco más. Sin pudor entró de golpe llamándola pero nadie respondía. Asustada se dirigió a la habitación de ella y se llevó la gran sorpresa.

El clóset estaba abierto y la ropa de ella no estaba.
No tardó mucho para darse cuenta que había huido. Pero huido con alguien y ese alguien había llegado a la mente de ella.

- Maldito Uchiha - musitó con rudeza a lo bajo, dándose la vuelta.

Con prisa salió del lugar y fue hacía el hospital para informarle al jefe que iba a salir a buscar alguien y que era una misión sumamente importante. El encargado entendió y le dio el permiso de dejar por unos días el trabajo. Después de todo, ella era la mejor en la clínica y tal vez, necesitaba unos días de descanso.

Luego de eso, salió y fue para ir a donde el Raikage para pedirle el permiso de salir de la aldea; pero esta vez fue diferente, a lo que hubo bastante interrogación.
Para hacer acceder al mismísimo Raikage era de por sí muy complicado.

- ¡Por favor, le pido señor, que me dejé salir para buscar a una persona importante para mí! - suplicó con ambas manos juntadas.

- Es que no puedo dejar salir a nadie al menos que sea una misión otorgada por mí - respondé duramente mirándola con un semblante molesto.

- Por favor, se lo pido. Soy una de las mejores kunoichis, ¿no es así?, entonces déjeme y confíe en mí. Solo iré a Konoha porqué mí intuición me dice que se dirige allí.

El moreno puso sus dedos en el tronco de la nariz. No estaba para nada contento con aquella petición, pero es que ella tenía razón. Nunca le había fallado.
Abrió sus ojos y la mirada la clavó en ella quién estaba con sumo nerviosismo.

- Está bien - contestó derrotado e irritado. La peliverde dió un saltito de emoción al escuchar la respuesta -, pero, me enviarás un mensaje por águila, diciéndome que llegaste sana y a salvo, ¿entendido?

Asiente enérgicamente - Sí, de eso no se preocupe, señor Raikage - sonrió ampliamente.

Hizo una reverencia y salió de allí. Se dirigió a su casa para poner un poco de ropa y alimento, pues iba hacer un viaje demasiado largo. Nuevamente pasó por el hospital para despedirse de sus compañeros y después fue hacía la entrada de su aldea.

- Bien, es hora de partir - dice para así misma y salir a pura prisa.


(...)


Una pelinegra estaba ante un estado de shock total. Su mano, apoyada en el tronco del árbol para no caerse ante la explosión de recuerdos fuertes que, Sasuke le hizo ver a la Uchiha ante su Mangekyoū Sharingan.

Su vida, había sido vista de nuevo como una película. Lo raro ante todo esto, es que no se había desmayado ni nada. Pero el dolor de su cabeza estaba presente.
Nozomi quién tenía la mirada perdida, los clavó duramente ante los ojos carmesí del azabache que permanecía en su sitio. Parado, con su semblante tranquilo, como si no hubiera pasado nada. Ella sostenía de su vientre, como si tuviera miedo de que a esa criatura que yacía adentro de ella le hicieran algo malo también. Comenzó a tener dolores y se retorció. Se inclinó un poco, comenzó a inhalar y exhalar profundamente, tratando de calmar ese horrible dolor que la aturdía.

𝗡𝗼𝘇𝗼𝗺𝗶 𝗨𝗰𝗵𝗶𝗵𝗮 ; 𝗡𝗮𝗿𝘂𝘁𝗼. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora