Capítulo 4

65 3 0
                                    

Justo como ella lo planeo semanas antes, ella volvió a Nueva York y todo había vuelto a la normalidad. Una semana había transcurrido y una vez más, esos días en Mary Dew habían vuelto a quedar en el pasado, su madre no tenía nada que pudiera molestarla en un futuro y ella podía seguir disfrutando sus días en el Upper East Side. Sin embargo, Jasmine se sentía más lejos que nunca de esa realidad. 

Como lo espero, sus amigos más cercanos le hicieron una fiesta de bienvenida a Jasmine apenas piso Manhattan. Verónica era la que se había encargado de hacer que toda la fiesta fuera perfecta y que hacer que todos los invitados entendieran lo difícil que había sido para ella ir de nuevo a su pueblo natal, para que todos se comportaran de maravilla con la pelinegra. Claro, esto sin decir a donde había ido ella en realidad.

Allí era que se encontraba Jasmine, en el balcón del apartamento de uno de sus amigos, mirando a la ciudad que nunca duerme, sintiendo de nuevo la energía que caracterizaba a la ciudad, el constante ruido, pudiendo observar la multitud que parecía nunca acabar. Ella giro su cabeza, viendo hacia la fiesta que había dentro, la cual tenía las mismas cualidades de la ciudad, la energía, el ruido, la misma multitud que no se acababa. 

Y, a pesar de todo esto, de todas las personas a su al rededor, de todo el ruido que la rodeaba, Jasmine no pudo evitar encontrarse a si misma en el balcón sola, durante su fiesta, pensado en el porque Andrew no la había llamado.

Ella lo sabía, era lo más patético que podía hacer, estaba más que consiente de eso. No había razón para que ella estuviera esperando la llamada de Andrew, él solo le había hecho un favor y ya, esa era toda la relación que ellos estaban destinados a tener. Andrew volvía a su vida de casanova y Jasmine volvía a tener su vida como una socialité. Todo volvía a su ritmo normal, justo como debía ser. 

Pero... ¿Entonces por qué su mente volvía a él cada vez que podía? ¿Por qué no se dejaba de preguntar por él? ¿Por qué no la había llamado todavía? 

—¿Ahora por qué te tormentas, Jas? —preguntó Verónica.

Jasmine se volteo a ver a Verónica, su mejor amiga era una rubia bastante capturadora, siempre tenía una mirada feroz, pero con un corazón de oro. Ella estaba recostada en la pared, mirando a la pelinegra con bastante curiosidad. Jasmine al ver que era Verónica, volvió a girar su rostro, teniendo de nuevo su mirada puesta en la ciudad. 

—No es nada importante, Ronnie —respondió Jasmine, restándole importancia al asunto.

Verónica sabía mejor que nadie que volver a Mary Dew había sido difícil para Jasmine, ella estuvo allí cuando obtuvo la invitación de Sofía le llego, también estuvo durante las semanas en las que ella se decidía si valía la pena enfrentarse de nuevo a su madre, estuvo incluso cuando se monto en el avión para irse a Mary Dew. Así que, Verónica se había dado a la tarea de hacer que el regreso de la pelinegra fuera lo más agradable para ella. Todo esto tomando en cuenta todo lo que a Jasmine le gustaba, fiestas discretas, con solo las personas que ella apreciaba y sus canciones favoritas. 

Sin embargo, aún ella parecía distante, más de lo que su amiga había imaginado, definitivamente tenía su cabeza en otra parte. 

—Cuando dices eso significa algo importante —difirió su amiga, tomando asiento al lado de ella —. ¿Paso algo en Mary Dew? 

—No —respondió Jasmine, apoyando su barbilla en su mano —. No me paso nada en Mary Dew. 

—¿Entonces? —inquirió Verónica —. ¿Tú madre te quiere de vuelta? ¿Te dijeron algo? ¿Alguien te ofreció trabajo?

Mary DewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora