Capítulo 11

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Lucas pasó su brazo frente a mi para abrir la persianita del avión golpeándome un poco con el codo.

-¿Te desperté? -preguntó el al ver que me movía en mi asiento.

-No... Sigo dormida -contesté sarcástica.

Él bufó y sacó su celular y sus audifonos. La princesa no había dormido bien.

(...)

"To all the passengers, the breakfast will be gived in 10 minutes, please, pick something from your menus and a flight attender will be in your places in just one moment"*

Abrí un poco los ojos despabilandome.

-¿Que hora es?

Lucas seguía meneando la cabeza al ritmo de la música, tiré del auricular de su oído.

-¿Qué hora es? -reiteré mi pregunta. Él rodó los ojos y encendió la pantalla de su teléfono.

-9:24 de la mañana.

-¡Quiero comer!

-Pide algo -dijo y se volvió a colocar el auricular. Cabrón.

Una de las sobre cargos se acercó.

Pedí un par de hot cakes y leche de chocolate, ella me preguntó si quería algo para él, dije que no y luego de alejó al otro lugar.

Lucas despertó 20 minutos después, cuando recién traían mi comida.

-Hey, yo quiero -dijo.

-Pide algo -imité sarcásticamente.

-Calla Sophia -pero en vez de pedir algo, durmió de nuevo. Cuándo terminé de comer, saqué un libro que traía y comencé a leer.

La sobrecargo se acercó de nuevo y preguntó si necesitaba algo.

Pedí algo de vino, y al mirarme extraño, le mostré la identificación americana de Lucas. La chica entonces me sonrió extrañada y poco después me trajo el vino.

Lo bebía de a sorbos cuando Lucas abrió un ojo aún dormido.

-¿Qué diablos bebes? -preguntó despabilandose al instante.

-Vino, ¿gustas? -él negó mirándome, arqueando una ceja.

-¿Qué? -pregunté indignada.

-¿Cómo demonios te dieron vino?

-Con tu identificación.

-Pero en Suecia soy menor de edad aún.

-Pero en Estados Unidos no -sonreí maliciosamente.

-¿Y cómo demonios tienes mi ID americana?

-Ya sabes, ¿recuerdas esa vez que me la diste para entrar tu cumpleaños en el club?

-Ya no quiero saber más, sólo, cuidala.

-Bien -dije y me giré a mi derecha para dormir.

-Aterrizamos en 4 horas

-¿En donde?

-Ya te dije, en notedire...

-Ya sé... -interrumpí -niunapalabra.

Y me dejó dormir.

A las 2:00 me despertó, quince minutos antes de aterrizar, y 5 después de que dijeran donde estabamos -porque él me distrajo y yo me idiotice y no vi a donde íbamos-.

-Ya, dime donde estamos.

-Te daré una pista, ópera.

-¿Estamos en Sydney? -pregunté entusiasmada.

-Estamos en Sydney -confirmó.

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